Nanni Moretti es uno de esos cineastas que ha sabido contar parte de su propia vida a través del cine. Tras la comedia amable que fue 'Habemus Papam', el realizador italiano decide volver con una propuesta más intimista y, por qué no decirlo, auténtica. Se trata de 'Mia Madre', que muestra varios planteamientos personales del realizador y que pudo ser vista en la Selección Oficial del 68 Festival de Cannes.
Margherita es una mujer de mediana edad que debe enfrentarse a varios problemas al mismo tiempo. Ella es directora de cine y está muy comprometida social y políticamente. De hecho, está rodando una película sobre un ERE en una empresa. Sin embargo, Margherita no está atravesando un buen momento, no solo por los problemas del rodaje; sino también porque se está separando de su marido, Vittorio, con el que tiene una hija que está en plena adolescencia y además es uno de los actores principales de su película. Si los problemas no fuesen suficientes, también deberá lidiar con la enfermedad de su madre, que ha empeorado y parece que no saldrá de ésta.
El legado de los progenitores
Moretti retoma los problemas familiares como desencadenante de las demás dificultades. Mientras que en 'La habitación del hijo' era la pérdida de un descendiente, en este caso es el de la madre como metáfora de homenaje a aquello que da la vida y que produce un legado. 'Mia Madre' explora, con un tono amable, los problemas que puede causar el aceptar que un ser querido se va. Cierto es que, en esta ocasión, Moretti muestra un problema propio de la naturaleza: El ver cómo los progenitores parten. Sin embargo, y en esto incide sutilmente, no deja de ser un drama para sus familiares más cercanos.
Pero Moretti va más allá y abre varias pistas sobre esa base. El personaje de Margherita parece una versión alternativa de los propios problemas del realizador. Una mujer comprometida socialmente pero a la que le cuesta crear algo diferente y artístico. Aquí se ve lo difícil que es mostrar cine social de calidad, sino qué se lo pregunten a los Hermanos Dardenne. Al igual que afrontar una separación sentimental, máxime cuando se trabaja todos los días con esa ex pareja. Enfrentar cada uno de esos problemas a la vez es algo que se consigue gracias a la magnífica interpretación de una de las actrices más aplaudidas del cine italiano: Margherita Buy. En esta ocasión, la intérprete italiana refleja tanto anímica como emocionalmente el estado en que se encuentra su personaje.
El compromiso del artista
Junto a ella unos magníficos secundarios que enriquecen el relato. Moretti, como es costumbre, escoge el papel del hermano sensato, el que ayuda y da un respiro a la situación. Además está John Turturro, el actor estadounidense actúa como ejemplo de la autoparodia, sabiendo reírse de sí mismo y aportando ese punto ligero que consigue que 'Mia Madre' se convierta un drama y una comedia al mismo tiempo y hace que la fuerte carga emocional de la película consiga ser contenida y digerible.
Moretti cumple con las complejas capas que contiene la película. El aceptar la pérdida de la madre, ese ejemplo que marca de por vida, el saber hasta qué punto hay que comprometerse con los problemas sociales como artista, el aceptar que una relación de pareja ya no funciona y tener el valor de romperlo. Todo ello se plasma satisfactoriamente en 'Mia Madre', un reflejo con tintes autobiográfico en el que el realizador ha sabido plasmar parte de su ideario dándole ese toque necesario de ficción. Sin duda, una de las propuestas europeas más complejas pero también más amables y cercanas vistas últimamente. Moretti logra llegar al nivel de la magistral 'La habitación del hijo', supera ampliamente a 'El caimán' y muestra cómo el drama debe dialogar con la comedia. Magnífica, un canto de amor a la madre y al cine.
Nota: 8/10
Lo mejor: Los diferentes temas que es capaz de contar.
Lo peor: El no conectar con ella y no poder apreciarla.