Tras su paso por el D'A Film Festival, llega a salas comerciales 'Mía y Moi', el debut como realizador del representante de actores Borja de la Vega, el cual ha contado con la complicidad de parte de sus representados para levantar este proyecto, que camina entre el melodrama familiar y el cine de suspense. Un complicado equilibrio que recuerda a ratos al cine de Cesc Gay o Robert Guédiguian y al de Jaime Rosales o Carlos Vermut. Un duelo interpretativo a cuatro bandas entre Bruna Cusí, Ricardo Gómez, Eneko Sagardoy y Joe Manjón.
'Mía y Moi' podría dividirse en dos. Por un lado está el drama familiar y por el otro el del angustioso thriller. Es más, De la Vega lo hace muy evidente, de manera que es imposible no diferenciar el momento de quiebre. En ese camino del cine contemplativo y pausado al más sórdido e inhóspito, el debutante aprovecha para narrar una relación fraternal viciada, marcada por el pasado familiar, del que De la Vega da poca (por no decir nada) información, lo que deja al espectador divagar sobre cómo uno ha acabado con una depresión profunda y cómo el otro ha construido una situación sentimental contradictoria con su estilo de vida.
Y es aquí cuando surge el problema. De la Vega, que también ha escrito el guion, sabe crear una buena ambientación, tiene el atino de combinar la teatralidad que le ofrece la casa de campo con secuencias en las que la playa, el mar, ejercen de segundos protagonistas, enfrentando dos situaciones que parecen no querer encontrarse. Sin embargo, esto no casa con los diálogos y las situaciones que viven sus personajes. Por un lado, las conversaciones parecen impostadas, pero por otro lado, se crean ciertos momentos en los que no es evidente hacia dónde quiere ir el director.
Un ritmo pausado que quiebra en su desenlace
Y eso se nota especialmente en el personaje de Ricardo Gómez, el cual está taciturno en, prácticamente, todo el metraje. Su ensimismamiento provoca hastío en el público, hasta el punto de que llega a desconectar con su supuesto sufrimiento, el cual tampoco es explicado ni insinuado. Es verdad que no hay por qué dar toda la información a los espectadores, pero sí es cierto que falta algún diálogo que deje intuir lo que el director ha declarado en varias entrevistas sobre su ópera prima. En ese sentido, le falta la sutileza de Jaime Rosales, el cual supo mostrarlo en películas como 'Petra' o 'Las horas del día', que combinaban magníficamente el drama familiar con el thriller.
'Mía y Moi' acaba en terreno de nadie, especialmente cuando se torna como cine de suspense. Su ritmo pausado inicial tampoco ayuda, esa supuesta calma tensa es enterrada en secuencias que, precisamente, invitan a lo opuesto, a la calma. El resultado final es muy similar al de otras propuestas españolas de autor como 'La ofrenda', 'Ons', 'Boi' o 'Arima'. No obstante, se percibe a un director que está encontrando su sello y no sería extraño que lo encontrase en un segundo largometraje.
Nota: 4
Lo mejor: Las conversaciones entre los cuñados, tanto en el lado de Mía (formidable Bruna Cusí) con Biel como este con Mikel.
Lo peor: Su excesivo tono pausado y su giro al thriller provocan el efecto opuesto al intencionado por su director.