Siempre que se habla sobre el cine de acción o ciencia ficción americano de los últimos 25 años es imposible que no se nombre a Roland Emmerich. El cineasta estadounidense es uno de los nombres clave de este aclamado género, con películas de la talla de 'El día de mañana' o '2012', que a pesar de no ser grandes éxitos de crítica, sí lo fueron de público (la primera logró superar los 540 millones y la segunda llegó hasta los 769 millones a nivel mundial). Emmerich es sinónimo de 'Independence Day', franquicia con la que estrenó película hace tres años y que no logró estar al nivel en ningún ámbito, por lo que el director se ha querido alejar de los aliens para traernos 'Midway', la secuela espiritual de 'Pearl Harbor'.
Emmerich ha vuelto a la gran pantalla para contarnos una historia que ya todos deberíamos conocer. Tras los hechos acontecidos en el ataque a Pearl Harbor, durante la Segunda Guerra Mundial, la tropa americana se encuentra mermada y sin apenas fuerza para afrontar otro ataque del ejercito imperial japones. Sin embargo, mientras los asiáticos comienzan a planear un segundo ataque que acabe para siempre con las posibilidades de los Estados Unidos, estos comenzarán a trazar un plan de contraataque que hará que todas las miradas se centren en la remota isla de Midway, lugar donde se decidirá el transcurso de la historia y de una guerra que, en ese momento, parece no tener final.
Acción insuficiente
Como en cualquier película de Emmerich que se precie, el entretenimiento y la acción son dos piezas clave. 'Midway' es una película apabullante, frenética, en la que están pasando cosas en todo momento (de hecho, puede ser que incluso te pierdas en la trama) y en la que la batalla y la guerra se siente en cada plano. Si te gusta el cine que suele hacer Emmerich y te apasionan las películas bélicas llenas de explosiones, acción y diversión, esta cinta es perfecta. La película respira un aire muy noventero (de hecho, si no fuese por los efectos, casi podría pasar por una película de 1998), de evasión. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce.
Ya hemos comentado que 'Midway' es una cinta que respira acción, pólvora y mucha, mucha testosterona en cada uno de sus planos. Pero, a pesar de esto, el film tiene un problema: no consigue conectar con el público a nivel emocional. 'Midway' es una película en la que el único objetivo es, precisamente, la acción, sin ningún tipo de reflexión más allá ni ninguna moraleja que el espectador pueda sacar a partir de su experiencia con la pantalla. Sé que ese es el objetivo de esta clase de películas, conseguir el entretenimiento del espectador a toda costa, pero eso resulta insuficiente teniendo en cuenta su extremada duración. Un guion simple, lleno de momentos que están al servicio de la acción, y en el que incluso te puedes llegar a perder.
Poco amable con sus personajes
Esta indiferencia hacia la historia y la reflexión que tiene 'Midway' en su guion también se hace evidente en la forma de construir, desarrollar y concluir a sus personajes. Cuesta encontrar un protagonista con el que empatizar o al que se le pueda ver una reflexión. A pesar de que muchos de los personajes que vemos son interesantes y tienen historias que dan incluso para una película en solitario, los hombres (porque, obviamente, el 99% de los personajes son hombres) que aparecen están al servicio de la trama y del frenesí y el caos que quiere mostrar 'Midway', por lo que no se pueden permitir tener una evolución o ser algo más profundos de lo que cabría esperarse en este tipo de películas.
Eso sí, hay que reconocer que la dirección de Emmerich es envidiable. El cineasta sabe perfectamente cómo conseguir que la audiencia esté en tensión y entretenida durante sus más de 120 minutos de metraje, lo cual es digno de alabar. Las secuencias de batalla que se pueden ver en la película son un espectáculo que convencerá a todos los públicos, tanto a los más exigentes como al público más comercial, a pesar de contar con una narración bastante básica, sin alma y que tampoco aporta nada nuevo al cine bélico o de acción.
Americanada a la antigua usanza
Anteriormente he comentado que 'Midway', fácilmente, podría haber sido sacada de la década de los 90. Sin embargo, esta película es, ante todo, una cosa: americana. No se corta en mostrar a los combatientes del bando aliado como si fuesen los mayores héroes que han existido alguna vez en la Tierra, cosa que no casa si tenemos en cuenta la poca exploración y desarrollo de personajes que encontramos en la película. A 'Midway', en ciertas situaciones, le puede su nacionalismo, su ímpetu por retratar a Estados Unidos con demasiada subjetividad y sus ganas por alabar a su nación, tal y como ya hacía el propio Emmerich en 'Independence Day'.
Una de las cosas que hay que reconocerle a 'Midway' es todo su apartado técnico. En primer lugar, los efectos especiales son una absoluta pasada. Está claro que Emmerich ha ido a por todas y ha derrochado millones y millones en realizar unos efectos visuales que sorprenderán al espectador. Esto, unido a un montaje extremedamente frenético que funciona como un tiro y a un sonido con el que retumban los oídos, hace que el público quede inmerso en la acción que propone la película sin pestañear y sin pensárselo dos veces. Un despilfarro de dinero que consigue lo que se propone: entretener y hacer pasar un buen rato.
Interpretaciones solventes
La película cuenta con un reparto de infarto, un cast que casi rivaliza con el de una de las grandes películas de este año, 'Puñales por la espalda'. Sin embargo, estos son muy diferentes: mientras que en la de Rian Johnson, parece que todos los actores tienen un propósito o una intención con su interpretación, los de 'Midway' están al servicio de una trama y de un personaje que no da mucho de sí. Esto hace que el film no tenga apenas interpretaciones destacables y que, en su mayoría, resulten solventes y aceptables. Los actores hacen su trabajo bien y sin despeinarse ni un pelo (porque, obviamente, todos están guapísimos). Si tuviese que destacar a unas figuras del reparto, tendría que ser a Woody Harrelson y a Ed Skrein. Los dos realizan interpretaciones medianamente notables, que sobresalen de la media de la película (aunque el primero es gracias a su trabajo actoral, mientras que el segundo es en parte a la personalidad de su personaje).
En conclusión, 'Midway' es una película entretenida, que logra su objetivo de evadir al público con una trama simplona, sin ningún tipo de reflexión o moraleja que se pueda sacar de ella y con unos personajes que no tienen otro objetivo que el de hacer que la historia funcione, careciendo de un desarrollo interesante y quedándose unos protagonistas típicos y clichés. Sin embargo, a 'Midway' no se le puede negar una dirección que controla el frenesí de la batalla de una manera elogiable, que realiza unas secuencias de guerra que podrían, incluso, quedar para la posteridad, y que cuenta con un apartado técnico a la altura del acontecimiento que narra. Una cinta que convencerá al gran público y que mantendrá al espectador atento, excepto si lo que está buscando es algo más profundo.
Nota: 4
Lo mejor: Las escenas de batalla y el espectáculo visual.
Lo peor: Que decida convertirse en una película más de explosiones.