Don Cheadle tenía un sueño: llevar la vida de Miles Davis a la gran pantalla. Para ello, se ha hecho un "Juan Palomo" y se ha puesto delante y detrás de las cámaras en 'Miles Ahead', un biopic atípico que huye de aquellos que narran de forma lineal la vida de sus protagonistas y se sumerge en un caos espacio temporal con la música del gran trompetista como hilo conductor.
Quizá tú que me estás leyendo ahora mismo seas un gran melómano y hayas oído alguna que otra vez el nombre de este artista y sus composiciones pero un servidor no tenía ni la más absoluta idea de lo que se iba a encontrar. 'Miles Ahead' es un relato fraccionado que nos recuerda más a 'Mi semana con Marilyn' o 'Hitchcock' que a 'Ray', aunque haga muchísimos esfuerzos por romper con la tradicionalidad de las dos primeras y darle un aire moderno y actual a su forma.
La película arranca con un Miles Davis acabado al que sus productores le piden un regreso por todo lo alto que, sorpresa, lleva años sin llegar; sin embargo, la aparición de un periodista caradura y un joven de indudable talento harán que Davis se ponga el mundo por montera y haga lo posible por sacar su música adelante.
Cuando tienes tantas ganas de sacar algo adelante haces todo lo posible por hacerlo... y hacerlo bien. Cheadle lleva a la gran pantalla a uno de sus ídolos pero no de cualquier manera: 'Miles Ahead' es una especie de videoclip de más de 90 minutos en el que las imágenes se ven poseídas por una música que fluctúa del drama a la comedia, de la tragedia a la acción, en un par de segundos. El actor ha sabido capturar el alma de la obra de Davis con un montaje alocado, rompiendo en mil pedazos una línea temporal que vuelve a recomponer a base de flashbacks de una forma original: todo recuerdo del protagonista es una forma de explicar sus composiciones, su mente, su manera de ver la vida y de trasladarla a la partitura.
Esos viajes al pasado siempre tienen un pilar, su mujer, una fuerza de la naturaleza que se adueñó del corazón de Davis pero no puedo adueñarse de su genio, de sus ganas de comerse el mundo y de autodestruirse, para qué negarlo. Davis no podía llevar grilletes y su esposa, a la par que su musa, era una soga al cuello que no podía soportar; de esta manera, los flashbacks siempre son dolorosos y, aunque necesarios para conocer mejor al artista, están algo cargados de clichés de estos melodramas de romances abocados al fracaso, con platos chocando contra las paredes y gritos en la cocina.
Toda la modernidad que Cheadle intenta alcanzar con el montaje la pierde al viajar al pasado, donde acoge la subtrama, probablemente, más relevante en la obra del autor pero también la más innecesaria dentro de la película: la línea central con la entrevista y los problemas con los productores es una comedia desenfrenada divertidísima, ¿por qué recurrir una y otra vez al lado más oscuro de su vida si, en realidad, no aporta nada a lo que quiere contar en la línea central?
McGregor y Cheadle, lucha de gigantes
Dejemos a un lado al Cheadle director y pasemos al Cheadle actor, quien brinda una interpretación contenida pero llena de pequeños detalles (la cojera, la voz rota) que hacen que nos transportemos irremediablemente a la figura que intenta imitar... pero no terminamos de ver a Miles Davis sino a Cheadle haciendo un 'Celebrities' del legendario trompetista. El actor hace todo lo posible por llevar a cabo esa mímesis pero se ve muy forzada y, quizá, sea por esa continua carraspera que el personaje tiene y que el propio Davis tenía; sin embargo, en Cheadle se ve falsa, fingida, y, al menos en mi caso, no dejé nunca de ver al actor.
No me pasó lo mismo con un carismático Ewan McGregor, quien interpreta al valiente periodista que se presenta en casa del artista para poder realizarle una entrevista. El actor, como siempre, muestra su mejor sonrisa y nos regala los momentos más divertidos de la película; además, tiene una química extraordinaria con Cheadle y nos deja con ganas de poder vivir más de esa buddy movie que se intuye en la línea argumental principal y que se ve diezmada por esos continuos viajes al pasado más oscuro de Davis.
En definitiva, 'Miles Ahead' es un ópera prima que brilla más por su forma que por su contenido: gran montaje, interpretaciones notables pero lo más probable es que la olvides a la mañana siguiente.
NOTA: 6
Lo mejor: Un montaje que organiza de manera brillante un loquísimo caos.
Lo peor: La predecible y repetitiva subtrama romántica.