Uno de los rasgos más importantes de un buen programa de televisión es el ritmo. Mantener la atención del espectador durante las horas en emisión se vuelve lo primordial, porque es muy fácil cambiar de canal. Sí, el ritmo marca el éxito de un programa, como ocurre con los thrillers. Si un thriller no consigue enganchar al que lo está viendo, lo más probable es que salga de la sala y ya se le haya olvidado lo que acaba de ver. En otras cosas puede cojear, pero sin un ritmo trepidante, no tiene nada que hacer. ¿Está 'Money Monster' abocado a la cancelación?
Jodie Foster vuelve a ponerse detrás de las cámaras en su proyecto más ambicioso como directora (al menos, el más grande), un thriller con dos de las mayores estrellas de Hollywood en su reparto y una trama muy relacionada con la recesión económica que vivimos en los últimos años. El título coincide con el programa de televisión en el que se centra la historia, un show en el que su presentador, Lee Gates (George Clooney), ofrece consejos para invertir en bolsa, todo con un toque festivo, bastante guasa, algún que otro baile y botones rojos gigantes. Hace la economía divertida. Hasta que una mala inversión deja en la ruina a Kyle (Jack O'Connell), un joven que decide buscar justicia colándose en el set y secuestrando a su presentador. Todo mientras las cámaras siguen apuntando.
La película de Jodie Foster llega solo meses después de 'La gran apuesta', una película que intentaba enseñarnos cómo hemos llegado a este punto de crisis económica con un toque desenfadado y frenético, pero con un guión igualmente complejo y bien estructurado. 'Money Monster' va por derroteros completamente distintos. Comparte ese acercamiento a la economía más ligero, pero no pretende dar una lección de forma tan directa como la cinta de Adam McKay. En este caso opta por hacer un thriller de suspense de lo más clásico, buscando más el entretenimiento inocente y no el debate posterior. En eso funciona muy bien. Como he dicho al principio, lo importante de películas como esta es que nos mantenga en vilo, y durante su hora y media 'Money Monster' lo consigue.
Gran parte de ello es gracias al escenario televisivo de la película. La sensación de "en directo" del largometraje magnifica la acción, el ver el delante y detrás de las cámaras (jugando tanto con planos cinematográficos como televisivos) nos hace sentirnos espectadores de la película y del programa a la vez y, admitámoslo, como nos dejó bien claro ese primer capítulo de 'Black Mirror', a los seres humanos nos es imposible rechazar el morbo. Y un hombre con una pistola "hacheando" un programa en directo es oro puro. Resulta muy interesante ver cómo Lee Gates intenta utilizar su carisma para calmar a su secuestrador e intentar salir de ello ileso, y cómo su regidora, Patty Fenn (Julia Roberts) también hace todo lo posible por sacar a todo el equipo y a su amigo del estudio. La amistad que une a Clooney y Roberts traspasa la pantalla y hace que funcione esta relación cuando Lee casi nunca puede ver a Patty y se tiene que fiar de lo que le dice a través del pinganillo.
Pero el que de verdad termina destacando es Jack O'Connell como este hombre que, por seguir el consejo del programa, ha perdido su dinero. Esta joven promesa sigue dejando claro que no hay que perderlo de vista y que tiene talento de sobra. Muestra como nadie la rabia de haberse sentido engañado, y de a la vez verse abrumado por la situación. Es un gran contrapunto frente a los personajes de Clooney y Roberts, y hay que admitir que está muchísimo mejor que ellos, aunque no me termina de cuajar esa faz de estrellita que muestra a veces su personaje, que parece estar más interesado de que las cámaras lo capten todo bien que de conseguir respuestas. El único problema que puede tener su personaje es que no sintamos empatía con él al pensar que el camino que decidió tomar intentaba ser una vía rápida y demasiado arriesgada, por lo que alguno podrá pensar que se lo buscó él solito.
Y algo de razón no faltaría, de no ser porque la película también nos muestra la razón por la que Kyle se ha quedado sin dinero, y es por culpa de una gran empresa y la codicia de su cabecilla, Walt Camby (Dominic West). Un supuesto error informático hizo que los inversores de IBIS perdieran su dinero, y aunque el CEO iba a aparecer en el programa del personaje de Clooney para intentar explicarlo, canceló en el último momento y puso en su lugar a su encargada de prensa. Un lado menos conocido del periodismo (aunque, como bien dice el personaje de Julia Roberts, no es que 'Money Monster' sea precisamente periodismo) y que sale retratado bastante bien, con sus tejemanejes entre los relaciones públicas y los medios de comunicación, por mucho que Patty Fenn y Lee Gates luego opten por la ética, algo que por desgracia suele ser bastante irreal.
Hablando de irreal, precisamente 'Money Monster' no resulta completamente redonda porque la segunda mitad de la película se vuelve un poco demasiado exagerada y nos saca un poco de ese ambiente tenso que había conseguido crear al principio. La inclusión de los hackers para descubrir qué hay detrás del supuesto error informático o el motivo por el que Lee empieza a modificar su comportamiento con Kyle podrían estar mejor desarrollados, pero al menos no pincha en lo que a ritmo se refiere. Jodie Foster hace un papel solvente en la dirección, aunque no consiga darnos nada que no hayamos visto antes. Al menos ha conseguido mostrarnos a Clooney marcándose un baile, quedémonos con eso.
Minuto de oro
Al final, lo que nos ofrece Jodie Foster es una película que se disfruta realmente bien. Tiene un curioso aire a esos thrillers de los 90 que repiten una y otra vez en la televisión y que, aunque nos sabemos hasta los diálogos, si los empezamos a ver no los dejamos hasta el final. Por lo tanto, cumple su cometido. No busca adoctrinar por mucho que pique un poco con el tema de la crisis, porque lo toca de una forma totalmente inocente. Queda claro desde el principio que no pretende ser la nueva 'La gran apuesta', quiere ser esa película entretenida que nos ayuda a desconectar con los problemas de otros, sin mayor pretensión y sin tampoco innovar mucho en el asunto. Lo que quiere es darnos un espectáculo con un ritmo muy bien llevado, y eso lo consigue. Si por el camino nos muestra de lo que es capaz el morbo y de los niveles de estupidez a los que ha llegado la televisión (el periodismo en general) últimamente, son puntos extra. Pero lo importante es que, gracias a su escueta duración y su ritmo bien llevado, 'Money Monster' nos va a tener pegados a la pantalla.
- Nota: 7
- Lo mejor: Que no baja el ritmo y nos ofrece hora y media de suspense. Jack O'Connell.
- Lo peor: El fantasioso o exagerado tramo final. Que sea un thriller bastante de manual.