Estamos tan acostumbrados a esperar guiños adultos en el cine infantil que, cuando uno se encuentra con una película como 'Monster Trucks', vuelve a perder la fe en el entretenimiento más básico. Nickelodeon y Paramount están detrás de esta cinta de aventuras y adrenalina, pero habría cabido esperar un resultado más maduro a pesar de su reducido público potencial. A juzgar por su excesivo presupuesto, de 125 millones de dólares según Forbes, las intenciones del estudio eran las de crear una rentable franquicia. La película queda muy lejos de cumplir con ese objetivo, ya que falla en tantos aspectos que resulta complicado justificar su arriesgada existencia.
Tripp, un adolescente que trabaja en un desguace, sueña con conducir la camioneta que él mismo está componiendo a partir de diversas piezas -como Zipi y Zape con sus bicicletas por fascículos. El pueblo en el que se reside se encuentra bajo el dominio de una compañía petrolífera, que al excederse con su explotación del terreno provoca la salida a la superficie de una extraña especie subterránea. El joven se encuentra con uno de esos seres, al cual protegerá en la base de su vehículo. Con una base narrativa que recuerda irremediablemente a 'E.T.', 'Monster Trucks' además expone el abuso de las multinacionales a las zonas en las que desempeñan sus labores. Pero con un tono tan liviano que no hay demasiado espacio para la crítica. Una reflexión que choca con los propios actos de un protagonista que explota a su nuevo compañero para poder conducir finalmente.
Manteniendo en la mira que nos encontramos ante una cinta infantil, cabe destacar que no tiene un mensaje precisamente ejemplar para ese sector del público. Los niños estarán entretenidos con la cinta, ya que los elaborados efectos especiales hipnotizarán sin problema, pero cierto tratamiento machista a la compañera de Tripp, manifestado con total naturalidad y alegría, y una trama con nula profundidad, provocarán que los adultos algo avispados levanten la ceja con frecuencia y extrañeza. La principal causa de esa suspicacia será la pobre construcción de unos personajes cuya escasa inteligencia es equiparable a la que se le presupone al público. Ninguno de los personajes humanos tiene el carisma para cargar con la película, ya que tampoco se les presta la atención necesaria como para ello, y cuando sí que se les trata de enfocar con más precisión, se cae en el tópico de la relación paternofilial frustrada. En el reverso de la moneda, los seres de la otra especie, o monstruos, están muy lejos de ese aspecto entrañable al que estamos tan acostumbrados. No hay ningún elemento reconocible en la fisionomía de esas moles de colores que nos lleve a acercarnos a ellos. Algo que se podría haber salvado con una relación más emocional con Tripp, pero en ese sentido queda a medio gas.
Sin brillo
Al frente del reparto se encuentra Lucas Till, acompañado por un grupo de actores reconocibles, pero no muy conocidos, como Rob Lowe o Amy Ryan. Así que el presupuesto no ha recaído en ese apartado precisamente. El elenco funciona como exige el guion, por lo que no hay mucho que reprocharles, ya que las quejas habría que entregárselas al director Chris Wedge y al guionista Derek Connolly. El primero fue el responsable de 'Ice Age. La edad de hielo', por lo que tiene un bagaje considerable. Mientras que el segundo es el colaborador habitual de Colin Trevorrow en tareas de guion, lo que levanta preocupaciones de cara al libreto del noveno episodio de 'Star Wars'. El realizador dirige un guion mediocre con ausente personalidad, dando forma a una película que podría estrenarse directamente en televisión sin que desentonara en la pequeña pantalla.
'Monster Trucks' cuenta con un espectáculo visual muy disfrutable para los más pequeños, con unas numerosas secuencias de acción que al menos evitan la presencia del diálogo. Los mayores no lo pasarán tan bien, ya que con total seguridad en otra sala del cine estarán proyectando una cinta "infantil" mucho más atractiva y estimulante.
Nota: 3
Lo mejor: Unos efectos especiales que no rompen con lo establecido pero que al menos tratan de justificar el presupuesto.
Lo peor: El encierro del guion en prototipos exageradamente infantiles que no benefician ni a los niños.