Desde su fallecimiento el 10 de enero de 2016, apenas dos días después de su 69 cumpleaños, la imagen de David Bowie y su legado continúan más que presentes en la memoria colectiva. Mucha expectación causaba la que es la primera película que cuenta con el apoyo oficial y explícito de los herederos del artista, el cual trascendió a la música, siendo todo un icono de la cultura pop desde sus inicios, allá por 1962, hasta su deceso. Eso sí, 'Moonage Daydream', documental que hace un repaso completo a su carrera y a su figura, trasciende al mero homenaje, al convertirse en toda una experiencia cinematográfica.
Dirigido por el veterano documentalista Brett Morgen, quien ha demostrado una habilidad única a la hora de acercarse a figuras célebres como hizo con la primatóloga Jane Goodall en la magnífica 'Jane' o con el malogrado líder de Nirvana, Kurt Cobain, en 'Kurt Cobain: Montage of Heck'; el cineasta muestra la que es su propuesta más ambiciosa, tanto en materia técnica como artística, al ser toda una experiencia cinematográfica que se extiende más allá del simple homenaje y repaso artístico a una figura imprescindible del rock.
Desde su inicio, Morgen envuelve plenamente al público, como si lo transportarse al universo que Bowie tenía en su mente. Lo hace con una serie de secuencias alucinantes, en las que el realizador muestra todo el poderío visual que tiene el documental, el cual ha mostrado ser una de las miradas más vanguardistas e innovadoras del séptimo arte. Morgen huye del cine de declaraciones que combina comentarios de expertos o allegados con escenas de archivo (el cual, por cierto, hubiera sido un ejercicio notable, dada la profesionalidad del director).
Puro Bowie
Morgen es muy consciente de la trascendencia de este ejercicio cinematográfico, para el que ha tenido acceso a imágenes de archivo y documentación de forma exclusiva. Lo que realiza es que sea el propio Bowie el que narre su historia, a través de sus propios comentarios a la prensa, de sus conciertos, de sus apariciones en diferentes medios y, por supuesto, de su música. 'Moonage Daydream', cuyo título es una referencia a la canción homónima de 1971, envuelve completamente al público en la obra de Bowie, la cual trascendió a la musical (aunque esta es la principal).
Al darle a Bowie la propia voz de su carrera (de manera similar a lo que hizo Tom Volf con la célebre soprano Maria Callas en 'Maria by Callas'), puede verse a un hombre que buscaba encontrar su sitio en sus inicios; que supo captar la atención del público con sus atrevidas prendas; que rompió tabúes sexuales en una época en la que no se hablaba públicamente de bisexualidad u homosexualidad; que derrumbó estereotipos de género y que, finalmente, tuvo una ambición artística sorprendente, al querer trascender a otras artes, fue el primer ídolo rock en triunfar en Broadway; trabajó en el cine con directores de la talla de Nagisa Ôshima, Tony Scott o Julian Schnabel; sin nombrar su afición a la pintura y al coleccionismo de obras.
'Moonage Daydream', gracias a su apuesta plena por querer justificar su paso por IMAX, ofrece ser una experiencia cinematográfica a la altura de Bowie, inclusive para profanos de su música y su carrera; al ofrecer esa sensación de que envuelve y traslada al público a la psique de un genio. Morgen realiza su obra más ambiciosa y la más redonda de su carrera. 'Moonage Daydream' es libérrima, atrevida, vanguardista, ofreciendo una experiencia que roza la sinestesia, un filme imprescindible y uno de los auténticos milagros cinematográficos de este 2022.
Nota: 9
Lo mejor: Su cuidada selección de escenas y efectos, cuyas sensaciones van más allá de la explicación verbal o escrita.
Lo peor: Su visionado fuera de salas comerciales le restará esa fuerza cinematográfica que posee solo en la gran pantalla.
