Warner tenía una tarea complicada a la hora de reinventar la franquicia 'Mortal Kombat' para las nuevas generaciones. La mala reputación de las adaptaciones cinematográficas de los 90 creaba una sombra sobre la propiedad difícil de evitar. El ultraviolento videojuego es todo un clásico para los gamers y ya hemos visto en más de una ocasión lo difícil que es trasladarlos a la gran pantalla, así que es normal que las dudas surgieran con respecto a una nueva película.
Sin embargo, en esta ocasión el estudio ha apostado por mantenerse fiel al espíritu violento del juego y lo ha convertido en un espectáculo increíblemente brutal y sangriento que hace honor a los macabros fatalities del clásico de las consolas; una película con calificación R que no ha escatimado en sangre (digital, eso sí) y gore para complacer a los fans y evitar que digamos: "Esto no tiene nada que ver con el videojuego". Porque para bien o para mal, esto es 100% 'Mortal Kombat' en todo su violento esplendor.
Un cambio esencial y necesario
'Mortal Kombat' está dirigida por el debutante Simon McQuoid. Por la mayor parte, la película es fiel a la mitología creada en 1992 por Ed Boon y John Tobias, los creadores del clásico de Midway Games. Pero claro, para convertir un simple juego Arcade de lucha en una película de casi dos horas, hay que construir una historia que sirva como excusa para el festival interdimensional de mamporros y vísceras. Para ello crearon un nuevo personaje que sirve como punto de entrada para el espectador, tanto el que conoce bien el lore del juego, como para los neófitos que simplemente quieren ver un blockbuster de acción sin perder demasiado el hilo.
La película cuenta la historia de Cole Young (Lewis Tan), un luchador de MMA (Artes Marciales Mixtas) en horas bajas que posee la Marca del Dragón sin saber que esto significa que pertenece a una casta legendaria de luchadores destinada a salvar la Tierra. Su personaje está creado como excusa para explicar lo que es 'Mortal Kombat' desde cero y presentar a sus míticos luchadores en sus respectivas historias de orígenes.
Cuando el emperador Shang Tsung (Chin Han) de Outworld (El Mundo Exterior) envía a su mejor guerrero, Sub-Zero (Joe Taslim), temible Cryomancer sobrenatural y antiguo rival de Hanzo Hasashi / Scorpion (Hiroyuki Sanada), para darle caza, Cole emprende un viaje para encontrar y reunir a los mayores campeones de la Tierra, un grupo de luchadores con los que participará en una batalla de enorme envergadura por el universo.
A Cole se unen Sonya Blade (Jessica McNamee), Jax (Mehcad Brooks), el mercenario Kano (Josh Lawson) y los experimentados guerreros Liu Kang (Ludi Lin) y Kung Lao (Max Huang), con quienes entrenará en el templo de Lord Raiden (Tadanobu Asano), Dios Anciano y el protector del reino de la Tierra, para desbloquear su arcana (el inmenso poder que surge del interior de su alma y le da sus poderes en el campo de batalla) a tiempo de salvar a su familia y detener la amenaza de Outworld.
No engaña a nadie y da lo que promete
Teniendo en cuenta la dificultad de traducir al lenguaje cinematográfico un concepto como 'Mortal Kombat', la película hace un trabajo decente de adaptación, poniendo el foco sobre la acción y la violencia en cantidades ingentes, en lugar de aburrirnos con historias que nada tienen que ver con el juego.
El film arranca por todo lo alto con un potente prólogo en el que asistimos al épico enfrentamiento entre Sub-Zero y Scorpion que pone en marcha la cadena de acontecimientos que nos conducirá al combate por el universo; un comienzo contundente que es toda una declaración de intenciones en su despliegue de artes marciales y violencia gráfica. Ríos de sangre, carnicería sin piedad y golpes que se pueden sentir desde la butaca. Es como si el espíritu del japonés Takashi Miike ('Hara-Kiri', '13 Asesinos') se hubiera apoderado de la película.
Tras este chute de adrenalina es fácil entrar en la propuesta y dejarse llevar. Algo recomendable teniendo en cuenta lo que viene a continuación. Y es que por muchos esfuerzos de los guionistas, Greg Russo y Dave Callaham, por dar lógica a la historia, es inevitable que por su propia naturaleza caiga en el absurdo. Pero no importa, 'Mortal Kombat' abraza (y golpea repetidamente) la falta de lógica de su historia para presentarse orgullosa como el espectáculo de acción descerebrado y salvaje que es.
Es decir, esta es una de esas películas en las que el argumento es lo de menos y con las que es recomendable no ponerse exquisito o exigente, porque su objetivo no es ganar el Oscar a mejor guion, sino hacernos pasar un rato divertido a base de acción desmesurada, aventura fantástica a gran escala y peleas bestiales. Reto que supera con creces. Y sangre, vísceras, huesos rotos, desmembramientos, poderes mágicos, criaturas monstruosas, brazos robóticos y todo lo que puedas imaginar...
El punto medio entre fan service y general service
Aunque el ritmo decae en un par de momentos y la historia hará poner los ojos en blanco a más de uno, 'Mortal Kombat' se alza como escapismo puro y sin complejos. Visualmente también está a la altura, con personajes de aspecto muy cercano a sus análogos del videojuego (aquí no habrá quejas porque han cambiado completamente a algún icónico luchador) y un acabado estético bastante estilizado. A destacar especialmente los efectos digitales que dan vida a los poderes gélidos de Sub-Zero, todo un festín visual.
En cuanto a los personajes, no se puede decir que sean el colmo de la profundidad, claro, pero teniendo en cuenta la naturaleza de la premisa, han hecho un trabajo correcto a la hora de caracterizarlos y darles personalidades e historias de orígenes sin caer en el ridículo (que teniendo en cuenta sus perfiles, era fácil), destacando el humor irreverente que aporta Josh Lawson como Kano, la fiereza humana de Sonya Blade y la combinación de fuerza y sensibilidad de Liu Kang y Kung Lao.
En general, 'Mortal Kombat' lleva el mundo del videojuego al cine con bastante mimo y atención al detalle, asegurándose de que los fans salgan satisfechos. Puede que los que desconozcan su mitología no entren al mismo nivel, pero aun así sigue siendo una película de acción bastante sólida y entretenida para aquellos que disfruten de este tipo de cine sin importar su origen, y sin que el fan service para los gamers suponga un inconveniente.
Aunque los hay que defienden la primera película de los 90 como un clásico de su generación (y están en su derecho), con este reboot, la franquicia tiene por fin la adaptación al cine que pedía, una orgía de sangre y violencia que hace por el cine de videojuegos lo que 'Expediente Warren' hizo por el terror comercial, elevarla en un espectáculo bien calibrado para el público masivo y aumentar su potencial como franquicia (no en vano, James Wan es un de los productores del film). Sin dar la sensación de ser solo un preámbulo/excusa para crear una saga, 'Mortal Kombat' deja con ganas de más y pide la revancha en una secuela que esperamos que llegue.
Nota: 7
Lo mejor: La acción, las peleas y el elevadísimo nivel de violencia, puro fatality para satisfacer a los fans.
Lo peor: Un guion que no hay por dónde cogerlo y cae progresivamente en el absurdo.