Para su tercer largometraje como director, el británico-japonés Will Sharpe ha propuesto la que puede ser su película más ambiciosa en términos de diseño de producción y narración, al adentrarse en la vida del dibujante y artista inglés Louis Wain, reconocido en todo el mundo por sus diversas ilustraciones y retratos de gatos, que revolucionaron el siglo XIX, especialmente a lo referente a la imagen colectivo que tenía la sociedad británica de los felinos, los cuales eran vistos como meros cazadores de ratones para las zonas rurales y bestias callejeras en las ciudades industriales. Lo hace con 'Mr. Wain', un biopic con el que busca explorar tanto su obra y vida, como su compleja psique.
La principal virtud de 'Mr. Wain' es poder ver en escena a Benedict Cumberbatch, quien se mueve como pez en el agua con un personaje histriónico, complejo, cuya mente caminaba entre la consciencia y el delirio y que estuvo marcada por la tragedia constante, lo que le llevó a ser erróneamente diagnosticado como esquizofrénico (actualmente, se considera que Wain tuvo un tipo de autismo, neurodivergencia o una profunda depresión por todas las pérdidas familiares y personales que tuvo a lo largo de su vida, en la que apenas tuvo momentos de alegría).
Cumberbatch sabe darle calidez a los manierismos propios de Wain, ofreciendo una interpretación entrañable, al retratar a un hombre cuyo carisma e ingenuidad fueron sus mayores virtudes... y también los que hicieron que el cruel mundo buscase rédito a su costa. En medio de un hombre con una imaginación desbordante, estaba una mujer que le puso los pies sobre la tierra durante el tiempo que estuvo a su lado y que le complementó, una magnífica Claire Foy, quien vuelve a demostrar su afinidad para los papeles de época. La actriz, curtida con personajes regios como su Isabel II en 'The Crown', sirve como contrapunto durante los momentos en los que acompañó al artista.
Benedict Cumberbatch vuelve a ofrecer una interpretación de lujo
Junto con ellos, Sharpe logra reunir a un reparto de primera línea, destacando Andrea Riseborough, Toby Jones, Stacy Martin, Nick Cave o Taika Waititi, eso sin contar a Olivia Colman, quien ejerce como narradora omnipresente de la historia. El cuidado de sus interpretaciones, como también el de su diseño de producción, vestuario y fotografía, hacen de 'Mr. Wain' un relato fascinante, mágico e hipnótico, que puede evocar a 'Big Fish' de Tim Burton... al menos en lo referente a su parte estética.
Porque, tristemente, 'Mr. Wain' está más cerca de 'Big Eyes' que de 'Big Fish'. Aunque sus actuaciones son magníficas y Cumberbatch sabe mostrar los problemas de un genio, así como Sharpe -quien firma el guion también junto con Simon Stephenson-, busca plasmar la importancia del cuidado de la salud mental (comete el error de hacerlo con la mirada actual y no la de la primera parte del siglo XX); el director ambiciona demasiado, al querer abarcar toda la vida del ilustrador, lo que provoca que esta tierna historia de gatos artísticos cometa los errores típicos de los biopics, con un ejercicio de síntesis que provoca que haya muchas elipsis y la trama se sienta algo accidentado.
'Mr. Wain' es un biopic correcto, con un Cumberbatch en estado de gracia, que está muy bien acompañado por Claire Foy y un reparto de lujo. Es una experiencia tragicómica, que se disfruta más cuando se centra en los pequeños detalles. A pesar de eso, se siente que Sharpe hubiera podido narrar mejor la historia de este artista, quien, quizás, se merecía una propuesta más compacta, que se hubiera centrado solo en algún momento de su biografía, lo que demuestra lo complicado que sigue siendo realizar un biopic y evitar caer en los convencionalismos propios del género.
Nota: 6
Lo mejor: La entrega de Benedict Cumberbatch a su papel.
Lo peor: La sensación de que se busca abarcar toda una vida y no hay minutos suficientes para ello.