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CRÍTICA

'Mud': La pérdida de la inocencia

El filme está dirigido por Jeff Nichols y lo protagonizan Matthew McConaughey, Reese Witherspoon, Tye Sheridan y Jacob Lofland.

Por Carlos Manuel Hernández Fernández 27 de Agosto 2013 | 10:00

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Con tan solo dos películas en su haber, Jeff Nichols se postuló como uno de los directores norteamericanos emergentes a tener en cuenta durante los próximos años. Una rara avis en el panorama norteamericano actual que, junto a nombres como Kelly Reichardt, Debra Granik o Benh Zeitlin, se mueven al margen de la industria realizando películas desde un enfoque muy personal alejado de las corrientes mainstream que imperan en Hollywood.

'Mud'

Con 'Take Shelter', Nichols confirmó lo que en 'Shotgun Stories' parecía apuntar: su condición de autor. Nichols ejerce una mirada sobre el sur de los Estados Unidos singular y, me atrevería a decir, que íntima y casi autobiográfica. Primero porque el cineasta nació y se crió en Arkansas, lugar donde transcurren sus tres largometrajes y, segundo, porque filma los parajes y la naturaleza que forman el paisaje como si conociera al detalle cada pequeño rincón del territorio.

'Mud', su tercer largometraje, es una historia sobre la pérdida de la inocencia de un chaval que se da de bruces con la cruda realidad. A la orilla del río Misisipi, en una comunidad pesquera del sur de los Estados Unidos, aquel sur que Zeitlin también retrató en 'Bestias del sur salvaje', encontramos a un joven de 14 años, Ellis (magníficamente interpretado por Tye Sheridan, el niño de 'El árbol de la vida'), que, rebosante del albor correspondiente a la edad, poco a poco va dando sus primeros pasos hacia la edad adulta. Junto a su mejor amigo, Neckbone, recorren el río con una pequeña lancha a motor en busca de nuevos territorios por explorar hasta que dan con una isla donde se encuentra, escondido, un delincuente llamado Mud (interpretado solventemente por Matthew McConaughey) que huye de su pasado mientras aguarda la llegada del amor de su vida, Juniper (Reese Witherspoon).

El filme conecta con 'Shotgun stories' y 'Take shelter' en el retrato de aquella sociedad norteamericana sureña alejada de las ciudades y en permanente contacto con el medio ambiente más rural. Una sociedad en la que todo hijo de vecino tiene un arma o rifle en su casa, donde la familia y el honor son ideales que deben sustentar una comunidad en la que la propiedad privada es un derecho inquebrantable y la Ley es sagrada. "Es la Ley" responde, Ellis, con resignación en un momento determinado del filme al ser preguntado sobre la actuación de "la Autoridad del río". Una contestación sintomática de esa comunidad agreste que disfruta de un estilo de vida salvaje y no se cuestiona las normas que rigen la sociedad.

'Mud'

Los personajes adultos, tanto los padres de Ellis, como su vecino Tom (interpretado por el legendario Sam Shepard) y Mud, responden al prototipo de personaje que puebla el cine de Nichols. Todos son individuos rudos, solitarios, de los que creen firmemente en que el pan se debe ganar con el sudor de la frente (en el sentido más literal de la frase) y, sobre todo, todos arrastran el peso de un pasado ambiguo y oscuro. Estos personajes adultos ejercen de perfecto contrapunto al de los dos niños protagonistas ya que el contraste entre ambos mundos (adulto/niño) le sirve a Nichols para reflejar esa etapa de desengaños, desilusiones y frustraciones que representa el paso de la adolescencia a la edad adulta.

Ellis aún conserva la visión romántica y naíf propia de la inexperiencia de un chaval de 14 años que da sus primeros pasos en el amor y en la vida y, por ello, decide ayudar a Mud, pese a que el contacto con ese ser salvaje destape la inocente venda que cubre sus ojos y le muestre la cruda realidad. Para Ellis y Neckbone, ayudar a Mud no implica cooperar con un delincuente, sino que supone una candorosa aventura más que vivir trepidantemente, y así lo consigue captar Nichols al optar por narrar la historia desde el punto de vista de Ellis. Mientras que en sus dos anteriores filmes desarrollaba una narrativa sosegada y afligida, poblada de largos planos fijos que permitían explorar los silencios y dar importancia a los fantasmas que arrastraban los protagonistas, en 'Mud', Nichols despliega una narrativa ágil y viva, mostrada a través de una steadycam (recurso poco o nada utilizado en su cine) que recorre, inquieta, los parajes naturales del río Mississipi como si de Ellis y Neckbone se tratase, deteniéndose en pequeños detalles silvestres como unas ramas estancadas en la orilla del río, un charco lleno de serpientes o el aleteo de una mariposa postrada en un árbol, lo que demuestra la capacidad que tiene el cineasta de adaptar su estilo al tipo de historia que está contando.

'Mud'

Conocerdor del territorio

El inconveniente de ello es que, en ocasiones, la dirección de Nichols es más funcional que reflexiva llegando, incluso, a subrayar en exceso el camino que ha de seguir el espectador para llegar a la conclusión final que, todo hay que decir, es más propia de una película de Sam Peckinpah que del propio filme de Nichols, un cineasta nada dado a los excesos. De todas maneras, si una cosa no se le puede negar al director norteamericano es el enfoque genuino que ejerce sobre un territorio, unas gentes y un estilo de vida que, en otras manos, podría fácilmente caer en maniqueísmos.

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