Por azares del destino (provocados por la pandemia del COVID-19), el alemán Christian Schwochow tuvo dos estrenos en el mismo 2021. El primero fue 'Je suis Karl', presentada en la pasada Berlinale, cuyo lanzamiento internacional ha corrido a manos de Netflix. Precisamente la plataforma también distribuye la segunda cinta que realizó el mismo año, la británica 'Múnich en vísperas de una guerra', una producción con la que el cineasta debuta rodando en inglés y con un reparto internacional y que ahora llega a cines seleccionados.
Basada en la novela 'Múnich' de Robert Harris, la película narra la cesión de las democracias europeas en la Crisis de los Sudetes, en 1938, que se saldó con la ocupación de la antigua Checoslovaquia por parte del gobierno alemán liderado por el nazi Adolf Hitler. Uno de los episodios más convulsos que sirvió como antesala de la Segunda Guerra Mundial, que comenzó un año después, en 1939, y convirtiéndose en uno de los capítulos más sangrientos y desalmados de la historia contemporánea.
Uno de los elementos que convierte a la producción en una propuesta singular es el correcto equilibrio de nacionalidades que tiene la cinta, dirigida por un realizador alemán pero escrita por un guionista británico, al contar también con un reparto mixto entre británicos y alemanes, que permiten poner en común la perspectiva histórica, dejando en evidencia cómo el primer ministro Neville Chamberlain buscó deliberadamente aplazar el conflicto bélico, a sabiendas que cualquier tratado de paz iba a quedar en papel mojado.
Lejos de crear el típico filme sobre la II Guerra Mundial en el que los británicos (o los estadounidenses) son los grandes héroes, Schwochow pone en valor a aquellos alemanes que buscaron parar a Hitler, que arriesgaron su vida por evitar la masacre que terminó cobrándose la vida de millones de personas, especialmente la de seis millones de judíos víctimas de la Shoá.
Un sublime drama histórico con una equilibrada visión sobre el conflicto bélico
El largometraje sabe utilizar la gama de grises para dejar bien claro la posición de Hitler y cómo su llegada al poder abrió los ojos a parte de la población sobre sus intenciones. También es interesante ver cómo los británicos tuvieron un papel pusilánime cuyo trasfondo tiene lógica, pues evitar una guerra es una acción loable, pero que también hace énfasis en cómo retrasar el conflicto permitió a los países aliados organizarse para hacer frente a las potencias del Eje.
En ese juego de movimientos, Schwochow y Power configuran un thriller histórico sublime, elegante y solemne, el cual atrapa al público gracias a un correcto ritmo, un diseño de producción muy cuidado (obra de Julia Roeske), así como también de vestuario (con Frauke Firl como figurinista) y, sobre todo, por unas interpretaciones entregadas.
Es evidente que George MacKay es uno de los mejores actores de su generación, al saber llevar el peso de todo un largometraje, así como también por defender muy bien papeles extremos, como pudo verse en '1917', 'La verdadera historia de la banda de Kelly' o 'El secreto de Marrowbone'. Junto a él, el alemán Jannis Niewöher, el actor de 'Borgoña' continúa ascendiendo y aspirando a ser el relevo generacional de Tom Schilling, al tener un estilo que evoca a los trabajos de juventud del protagonista de 'La sombra del pasado' u 'Oh Boy'. Mención para Jeremy Irons y el duro papel de tener que defender a Chamberlain, el cual logra que el público comprenda sus motivaciones, todo un logro dado el malo recuerdo histórico que tiene frente a un mucho más popular Churchill.
'Múnich en vísperas de una guerra' es un notable drama de época, que acierta al contar con un tono de cinta de espías que deja en evidencia los complejos vínculos políticos de uno de los episodios más convulsos de la historia europea reciente. El equilibrio y la combinación de un equipo artístico y creativo británico y alemán invitan a pensar que este tipo de coproducciones pueden ofrecer un tipo de propuesta histórica mucho más rica y con mayor capas de lectura, cosa que es más que bienvenida.
Nota: 8
Lo mejor: La ambientación histórica, las interpretaciones de sus protagonistas y el sentir el complejo juego político de la época.
Lo peor: Su limitado estreno en cines.