Hay algo molesto en la simple muestra de obviedades. Esto queda aún más latente en el cine, cuando lo que se nos muestra se pasa de simplificado y, sin sutileza o dobles lecturas, se enseña como un panfleto efectista sin lugar para la imaginación de nadie. Algo así como estar viendo una serie de obviedades sobre esta España de tiempos de crisis es lo que encuentro en 'Murieron por encima de sus posibilidades', una película que si algo ha logrado es juntar a un reparto de auténtico lujo, en un metraje que carece del potencial para estar a la altura.
Esta estrambótica historia se centra en cinco personas normales y corriente que se encuentran muy a menudo en la consulta del psiquiatra. Su problema: son solo algunos más de los millones de parados a los que la crisis económica les ha afectado de lleno. Sin salida y con la única esperanza de que las cosas vuelvan a ser como antes, deciden llevar a cabo un descabellado plan: secuestrar y torturar al presidente del Banco Central.
La cinta procura poner sobre las mesa los más que sabidos porqués de cómo este país ha caído en la crisis como lo ha hecho, y como en parte es culpa de nuestros coetáneos como de los dirigentes. Sin nada nuevo que aportar sobre el tema, su forma de hacerlo es con ejemplos vividos de cómo sus protagonistas pierden la cabeza debido a los escollos que de mala manera les ha puesto la vida. Aquí encontramos el porqué justificado de la locura de los personajes, con unas historias con un interés muy dispar entre ellas.
Se mezclan muchos géneros en el metraje: desde la comedia más descabellada hasta puntos de drama (la historia entre Albert Pla y Emma Suárez es la parte más interesante actoralmente desde mi punto de vista), además de otros como el gore más virulento. Esto provoca que no haya una cohesión verdaderamente fuerte en el metraje, y en ocasiones parece que estemos contemplando pequeños cortos dentro de una historia más grande en cuanto a minutos, no contenido.
Encuentro algunos fragmentos que me sacan de la ficción de una patada cuando sus personajes, que durante la historia se construyen de un modo más cercano a la idiotez que a lo erudito, comienzan a teorizar sobre los pormenores de la crisis económica y la actual situación de España. Es aquí donde la película quiere dar su punto inteligente y enriquecedor para el público, pero que desde mi punto de vista, solo se limita a decir obviedades en boca de personajes que, si bien algunos se muestran como macarras de barrio, no entiendo como conocen tanto de macroeconomía.
Gracias y desgracias
Pese a ser una cinta irregular, hay algunos momentos interesantes cuando se junta su grupo de actores en escena. El problema es que este no puede justificarse esta suma de talentos con un guión que no brilla, y que pese a tener un tema tan recurrente como actual como punto de partida, acabe siendo un despropósito para su propia historia, que si se mira desde un punto de vista mas laxo puede pasar como una comedia vehemente y visceral sobre la locura y el llevar las ideas al límite, pero que pierde ese concepto cuando su pretensión de teorizar sobre la crisis hace que olvidemos que estábamos aquí para reírnos.