Mentir cada vez es más popular. La verdad ya ha pasado de moda y ahora vivimos en la era de la posverdad, en la que no tiene ninguna relevancia la veracidad del discurso, sino el impacto emocional del mismo. Esa táctica ha sido practicada por todo líder que se precie, pero no se limita al círculo político. 'Negación' se adentra en el debate de la maleabilidad del pasado por intereses ideológicos, de lo sencillo que puede llegar a ser manipular los hechos y los datos para alcanzar el fin deseado. En este caso, la tragedia que se pone en cuestión es el Holocausto, genocidio perpetrado a lo largo de la Segunda Guerra Mundial.
El film se articula a partir del conflicto inicial entre una historiadora judía y un antisemita seudocolega de profesión, y el posterior proceso judicial que pondrá sobre la mesa las diversas teorías y verdades sobre el papel que jugaron los nazis en el exterminio de ciertas comunidades religiosas o minorías. Rachel Weisz encarna a Deborah Lipstadt, la protagonista de la cinta, que tiene como objetivo defender el honor de las víctimas de la Shoah al rechazar hipótesis que edulcoran la implicación de Adolf Hitler en este asesinato masivo y organizado. Uno de esos supuestos historiadores, de dudoso bagaje, que se siente ofendido por las palabras de Lipstadt, es el falsario David Irving, interpretado por Timothy Spall.
El duelo entre ambos conforma el cuerpo de la película, que se engrosa con el dilatado proceso judicial. A diferencia de lo que pudimos ver en 'Perdida' o 'American Crime Story' no se centra tanto la atención en el circo de los medios de comunicación, aunque Irving recurra a ellos como valioso megáfono para propagar su (pos)verdad de forma efectiva. En cuanto a la composición de ambos personajes, el guion no hace un gran esfuerzo por mostrar sus conflictos internos, simplemente se polariza la actitud de ambos para avivar el fuego de la batalla, sin complicar la percepción del espectador entre buenos y malos.
Los secundarios de lujo son Tom Wilkinson y Andrew Scott, sendos abogados. El primero se encarga de la defensa de Lipstadt y de los eventos históricos, y tiene un peso fundamental en la trama, al evitar que el ritmo decaiga en un juicio que por momentos se hace eterno. Scott organiza la defensa antes de llegar a los juzgados, por lo que su relevancia es algo menor, pero imprime su innegable carisma ante la cámara. El esquema tradicional y excesivamente convencional de 'Negación' queda maquillado con el magnífico trabajo de sus actores, aunque el guion no siempre les acompañe
Aires noventeros
La ambientación de los años noventa, en los que transcurre el relato, se extiende al propio estilo de la película. Entre el footing, la linealidad temporal y la atmósfera de épica minimalista, 'Negación' se convierte en un drama noventero, que no busca renovar el género, pero sí trascender en el mismo, aunque le costará conseguirlo. El debate sobre el calado de las mentiras en la sociedad y la manipulación de la realidad es evidente, al igual que las intenciones de unos personajes rebosantes de connotaciones negativas o positivas, las cuales jamás se combinan en un individuo complejo.
'Negación' podría haber sido un telefilm de manual, pero lo único que la distingue de ese tipo de productos es el trabajo de sus actores protagonistas, que no se encuentran con los papeles de sus vidas, pero sí que aprovechan cada palabra y cada pausa para insuflar credibilidad al producto final. Se agradece la reflexión que se nos invita a llevar a casa y el ritmo poco denso, pero es complicado postrarse del todo ante un film que apenas arriesga, y por lo tanto apenas gana.
Nota: 6
Lo mejor: El enfrentamiento entre grandes actores como son Timothy Spall, Rachel Weisz y Tom Wilkinson.
Lo peor: El planteamiento totalmente convencional del proceso judicial, que resulta rutinario.