La nostalgia, ese dichoso sentimiento que nos hace anhelar el pasado, es el responsable de que hoy en día se hagan películas como 'Ninja Turtles'. En vista del resultado quizá lo más sensato habría sido permanecer en ese estado de añoranza pero el cine siente una necesidad irrefrenable de recuperar los clásicos del pasado y probar suerte con su actualización. Las TMNT han sido objeto de esa actualización en numerosas ocasiones. Desde que en 1987 Yoshikatsu Kasai llevara a la pequeña pantalla las aventuras de las tortugas ninja hemos asistido a la reinvención de las mismas en casi una decena de ocasiones, siendo la más importante de ellas la que llevó a cabo Kevin Munroe en 2007. En 2014, cuando ya se contaba con la tecnología apropiada para ello Jonathan Liebesman ('Ira de titanes') creó la primera película de las TMNT de acción real de este siglo, y aunque dudamos que los fans de la serie original se vieran satisfechos con el resultado, el éxito de taquilla (fruto de la curiosidad probablemente) hizo inevitable su secuela.
Aquella película se proponía recuperar la mitología del universo creado por Kevin Eastman y Peter Laird y aunque eso lo hizo sin mayor complicación la cinta de Lieberman pasó a engrosar la lista de blockbusters superfluos que copan las carteleras de hoy en día. El mayor problema fue que el resultado, un mix perfecto (pero no por ello bueno) de los principales ingredientes de las películas de Michael Bay, no consiguió contentar ni a los adultos, que no veían en ella el homenaje a la serie original que se esperaba, ni los niños, más interesados hoy en superhéroes con capa y armadura que en las míticas tortugas. Aún así 'Ninja Turtles' introdujo con solvencia la historia de las tortugas en la cinematografía reciente, facilitando así el camino a su posterior entrega.
Esa segunda parte, que se puso en manos de Dave Green ('Tierra a Eco'), ha seguido la senda iniciada por la cinta de Liebesman. Introducidos ya los personajes, a la nueva entrega no le quedaba otra que proponer al espectador una historia con buenas dosis de acción, y si estaban secundadas por una trama decente mejor, pero a estas alturas del viaje la prioridad era entretenerse. Esta vez las tortugas debían proteger Nueva York del super villano Shredder, que tras escapar de prisión une sus fuerzas con un científico para llevar a cabo un malvado plan que se propone conquistar el mundo.
Esta secuela mejora sustancialmente algunos de los principales errores de la primera pero yerra por completo al no heredar el humor de la misma. Así, la inclusión de personajes originales de la serie como el General Krant, Bebop (Gary Anthony Williams) y Rocksteady (la súper estrella de la WWE Stephen "Sheamus" Farrelly) o la llegada de Casey Jones (Stephen Amell) aportan mayor dinamismo a las tramas y apelan a la nostalgia del espectador más crecidito pero el infantilismo presente en toda la película eclipsa por completo cualquier ventaja derivada de estas apariciones. Es cierto que 'Ninja Turtles' es la versión teen de las películas de superhéroes, por lo que no era de esperar un tratamiento muy profundo de sus personajes y tramas, pero desde el principio el humor se coloca al nivel del intelecto de Michelangelo, cayendo no pocas veces en el patetismo (a estas alturas ya no compramos chistes de pedos). En la primera ya se evidenciaba esa falta de ambición, pero al menos había algún momento de lucidez (la escena de las tortugas haciendo beat-box en el ascensor sigue siendo lo mejor de la saga). Aquí, no.
En lo que sí se mejora es en la planificación de la acción. Aunque la primera entrega ya contenía alguna escena elogiable es en esta donde se explota (aunque duela decirlo) la espectacularidad del digital. La película, que encuentra en 'Arrow' a su mayor referente, se estructura como cualquier película de superhéroes, y como tal contiene un puñado de secuencias que, esta vez sí, contentarán tanto al espectador joven como al adulto.
No encontramos en la película de Green un proceso de escritura demasiado arduo, y las escenas cuyo único propósito son ensalzar la belleza de Megan Fox, que sigue sin convencernos en el papel de April O'Neil, son buena muestra de ello, pero esta vez se incluyen conflictos que van más allá de la mera presentación (como pasaba en la primera), y aunque su resolución sea de lo más previsible permiten un respiro entre tanto sinsentido y chiste zafio. El propósito de 'Ninja Turtles: Fuera de las sombras' es muy claro: hacerse un hueco entre los blockbusters actuales, sin destacar pero sin decaer, y proporcionar al público un entretenimiento que, aunque pasajero, sea suficiente para llevarle a las salas en su siguiente entrega.
Nota: 5
Lo mejor: Mejor ritmo y más entretenida que la primera.
Lo peor: Su humor infantiloide.