Hay algo placentero en la inevitabilidad de un buen tipo destruyéndose la vida con una mala decisión. Eso es lo que le pasa a Dani, el pobre pringado al que da vida Mario Casas en 'No matarás', una entretenida mezcla de 'Irreversible' de Gaspar Noé (pero contada en tiempo lineal) y 'Good Time' de los hermanos Safdie.
Casas vuelve a intentar diluirse en un personaje distinto a la imagen que tenemos de él: Dani es un joven tímido e introvertido, callado y absorto en la música que escucha por sus auriculares, que se ha dedicado a cuidar a su padre enfermo durante un tiempo. Cuando este muere, Dani se nos revela como un hombre bloqueado, incapaz de tomar decisiones y aterrorizado ante la vida. Cuidar a su padre era una excusa para no vivir. Su hermana Laura (Elisabeth Larena) le obliga a lanzarse a un viaje por el mundo, y el pobre Dani acaba accediendo a regañadientes. Sin embargo, la noche antes del vuelo su camino se cruza con el de Mila (Milena Smit), una joven inestable que le arrastra a una noche de desfase y descontrol por Barcelona.
Desde la primera escena, un plano secuencia pegado a la nuca de Casas en el que escuchamos la música que Dani oye en sus auriculares, el director y guionista David Victori se esfuerza por convertir 'No matarás' en una película inmersiva, como si se tratara de un videojuego en el que el personaje principal es una tabula rasa en la que proyectar al espectador. Quizá por eso no molesta demasiado que Casas construya a un personaje tan gris y apocado, porque lo importante aquí es que su experiencia será nuestra experiencia.
Esa es la propuesta más interesante de una película que no resulta especialmente original, aunque pocos fallos se le pueden sacar a un director como Victori, que firma aquí su segundo largometraje. Curtido durante los últimos 20 años como director de cortometrajes y ayudante de dirección de Bigas Luna, saltó a la fama por ganar un concurso de YouTube apadrinado por Ridley Scott y Michael Fassbender, que produjeron su corto 'Zero'. Su primera película, 'El pacto', ofrecía, al igual que esta, un buen rato para espectadores entregados a los que no les molesten los déjà vu. 'No matarás' es atmosférica, tiene una puesta en escena intachable y sostiene el ritmo sin mayores problemas.
Mención especial para Milena Smit, debutante con mucho carisma y que imprime en su personaje toda la locura necesaria. Por su físico y su energía se aleja rápidamente del terreno de la Manic Pixie Dream Girl para convertirse en una especie de duende demoniaco que arrastra al pobre protagonista a la perdición. Uno llega a pensar que podría tratarse de una visión, como el Brad Pitt de 'El club de la lucha', aunque eso sí que sería un cliché.
Una propuesta sensorial perfecta para la gran pantalla
Por la parte de Casas, es el tercer thriller normalito que estrena este año. 'Hogar' y 'El practicante' son de Netflix, pero 'No matarás' también se encontraría como en casa en la plataforma de streaming, donde una película como 'El hoyo' puede convertirse en un fenómeno mundial.
De hecho, con una taquilla tocada por el coronavirus y el caos político, probablemente un estreno directo en Internet habría sido una estrategia comercial más segura. Hay que aplaudir, pues, que Filmax apueste por los cines, y más con una sugerencia tan sensorial como esta, con esos neones que iluminan la noche barcelonesa y esa cámara en mano pegada a Mario Casas. A ver si el público responde.
Nota: 7
Lo mejor: El viaje sensorial e inmersivo que propone
Lo peor: La falta de una voz clara, originalidad o personalidad