Que el cine de acción llena salas nadie lo discute, otra cosa es cuando se crea una producción en la que sí hay muchos tiros y brutales peleas pero no ofrece nada que una trama tan incoherente que hasta el espectador más condescendiente es incapaz de defender. Es el caso de 'Noche de venganza', dirigida por el suizo Baran bo Odar y protagonizada por Jamie Foxx y Michelle Monaghan.
Vincent Downs es un agente de asuntos internos infiltrado en el departamento de narcotráfico. Está investigando la conexión de mafias relacionadas con el juego ilegal y la venta de drogas con policías corruptos. Creyendo la mafia que él les ha robado 25 kilos de cocaína, deciden secuestrar a su hijo de 16 años. Se iniciará así una carrera contrarreloj en la que Downs deberá rescatar a su hijo y evadir a sus compañeros policías, que creen que él es un corrupto.
Más acción, más tensión... mayor desastre
Remake de la película francesa homónima de 2011, parece que esta versión estadounidense ha querido mantener el ritmo frenético y de intrigas de la película original. Sin embargo, por su intención de querer ser más espectacular, con más acción y con "mayor trasfondo", la película naufraga por todos sus costados. Por un lado se quiere presentar a un tipo de antihéroe cuya lucha por la corrupción pone en peligro a su propia familia, por otro lado quiere demostrar la corrupción del sistema, por otro lado quiere ser un thriller de espionaje en lo que nada es lo que parece y, por otro, quiere ser una brutal cinta de acción típica hollywoodiense.
En todas sus intenciones, la película falla, el antihéroe resulta completamente inverosímil, esa crítica a la corrupción del sistema se queda en un completo segundo plano, ese juego de espejos no es que sólo sea predecible, es que es hasta paródico y las escenas de acción son excesivamente sanguinarias para lo que finalmente acaba siendo la película. De hecho, en el afán de mantener la tensión hasta el último momento, la cinta va dando tumbos con incoherentes giros de guion que provocan no sólo el hartazgo en el espectador, sino la más completa perplejidad.
Hecha con el piloto automático
De ahí que la película sea completamente exagerada y haya olvidado que la tensión de la cinta original se basaba en el juego de poder y en que ninguno de los personajes mostraba abiertamente sus cartas, cosa opuesta la de esta cinta, en la que Jamie Foxx se convierte en una especie de Liam Neeson menor con una compañera, Michelle Monaghan, que no convence como mujer de armas tomar. Además de tener un villano, Dermot Mulroney, que desaparece completamente a mitad de película y que pasa de ser un mafioso sin escrúpulos a un don nadie en cuestión de segundos.
Inverosímil y absurda, da la sensación de que el suizo Baran bo Odar, que dirigió mucho mejor 'Silencio de hielo', va con el piloto automático, además de tener un guion, obra de Andrea Berloff, que parece ser un cajón desastre de ideas más que una cinta de acción. Con todo, hace que películas como 'xXx: Reactivated' o incluso las últimas entregas de la saga 'Venganza' sean mucho más disfrutables. Puede que logre convencer a los fans del género, pero hay que ser demasiado aficionado a la acción y excesivamente condescendiente con una cinta que más que tensión, provoca cansancio.
Nota: 3
Lo mejor: La presentación de los personajes, hasta ahí la trama es interesante.
Lo peor: Sus continuos giros sin sentido para darle mayor impacto, sus actuaciones, sus incoherencias... La lista es larga