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CRÍTICA

'Nomadland': El club de los abandonados y el hueco en la grieta

Chloé Zhao escribe, dirige y edita esta propuesta de mirada tremendamente empática, que se luce desde la verdad sin artificio, sin instrumentos embellecedores. Su narrativa es inmejorable. Tremenda.

Por Berta F. Del Castillo Más 26 de Marzo 2021 | 08:57
Creadora de contenido digital y periodista especializada en cine y series. Fan de 'Star Wars'.

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Dramática desde la verdad sin artificio, sin instrumentos embellecedores. Ni una grandilocuente banda sonora, ni unos ojos que juzgan, ni planos abiertos de observador, solo una mirada llena de empatía y un piano sencillo. Así narra Chloé Zhao esta sentida historia de abandonados, de personas que se cayeron por las grietas de esas estructuras sociales que dominan el mundo. Cayeron hasta encajar de otra forma, creando hermandad en otro sitio... Cayeron hasta encontrar un hueco en la grieta, un sitio para vivir en libertad entre otros cómplices de esa rebeldía de no amoldarse a un engranaje social en aparente evolución, que les ha decepcionado con sus rigideces y su cada vez más innegable falta de humanidad. Una rebeldía forzosa que se acaba asimilando, un carretera y manta que nace del dolor y se convierte en parte de esos eternos itinerantes que ansían alcanzar cierta paz escurridiza que parece no llegar nunca.

 'Nomadland' (2020)

Zhao firma el guion, dirige y se encarga de editar esta película absolutamente compacta en su intención, punto de vista y manera de doler. Es lo que tiene el cine tan de autor, tan en manos de la sensibilidad de una cineasta de tramas que se crecen en su desnudez, en su planteamiento entre géneros, a ratos mucho más documental que drama en la forma; con un estilo muy de narrar calando hasta dejar un poso duradero. Dicha limpieza de casi toda trampa artística favorece muchísimo a esta adaptación de la novela de Jessica Bruder, 'País Nómada: Supervivientes del S.XXI', una obra que sigue a Fern en su aceptación de la pérdida de toda una vida, pero también da pinceladas de otros casos que han empujado a que esos supervivientes busquen una alternativa al orden establecido.

Estos acompañantes de la mujer ficticia que protagoniza 'Nomadland' son personajes reales, una elección que convierte al planteamiento de la trama en algo arriesgado, sujeto a un excelente trabajo de Frances McDormand que pasa por actuar como amiga y confidente de los nómadas que se interpretan a sí mismos. Especial mención merece en este sentido Linda May. Te vuela la cabeza descubrir que el único actor profesional junto a McDormand en ciertas escenas, es David Strathairn y que Linda May es, simplemente, linda.

 'Nomadland' (2020)

Esta apuesta híbrida tan diferente y cruda, verdadera, define a una película que en ningún momento deja ver este entresijo, planteando unas interacciones tan poderosas como carentes de aparente esfuerzo. Dichos intercambios se construyen en torno a la experiencia de Fern, una mujer cuyo periplo arranca con el fin de Empire, pueblecito minero cerca del desierto de Black Rock en Nevada, Estados Unidos, y rincón perdido de la mano de Dios que se vio obligado a dejar de existir cuando la mina de yeso en torno a la cual había nacido, cerró bajo el peso de la recesión, extinguiendo a la comunidad y dispersando a sus habitantes. Ni siquiera el código postal sobrevivió.

Desde entonces Fern, en la piel de McDormand, vive en su furgoneta y se mueve de trabajo temporal en trabajo temporal de un rincón a otro de los Estados Unidos, huyendo de la pena por lo que ya no tiene y sintiéndola cada día un poquito más. Como ella otros nómadas buscan consuelo en la ausencia de raíces, formando un club de desplazados que oscilan entre lo voluntario y lo forzoso según la etapa del camino. Qué bonito esto. Las cosas nunca son tan sencillas. ¿La soledad elegida verdaderamente se elige en algún momento? Si tan solo todos los seres humanos estuviesen cortados por el mismo patrón... probablemente no habría descosidos en el tenderete que hace funcionar el mundo actual. Pero la realidad es otra, una que muchos ignoran, eligen no ver, les parece incómoda, rechazan directamente y un largo etcétera. La realidad incluye a esas piezas diferentes, piezas que nacieron distintas o a las que las circunstancias han moldeado hasta hacerlas difíciles, piezas que si se quedan es para luchar, para esforzarse por esa compañía que tanto se echa de menos.

 'Nomadland' (2020)

Luchar por la compañía que ansían pero con la que no acaban de conectar, luchar por que el sistema no les ignore, que no les descarte cuando no resultan "útiles", que no les mate en vida cuando la cosa se complica. Solo los óptimos encajan en el sistema, las anomalías que se busquen las habas, ya sea renqueando cada día siendo los vapuleados del patio, o huyendo y apostando por una solución que viene del centro de ellos mismos. Y en esa elección hay mucho dolor y tristeza, pero también un punto inspirador, bello y valiente. Es duro pero no se rinden, no cogen el camino fácil, primero porque literalmente no tienen la opción, luego porque no serían fieles a si mismos... Y todo lo cuenta Zhao, discreta, aliándose con una bella y un tanto melancólica fotografía, vehículo de la paz dolorosa en la que se mueve toda la película. Y es que al final lo que rodea a la Fern de McDormand transmite cierta serenidad desde el desasosiego de unas entrañas convulsas y sometidas a un conflicto constante. Ese recorrido personal vertebra un viaje que se ve salpicado de las individualidades de otros inmersos en la misma búsqueda, algo que sustenta la posibilidad de que nazca un sentimiento de comunidad desde lugares que no son los habituales.

Zhao habla de la soledad desde puntos de vista interesantísimos. Soledad que es abandono al final, soledad que termina siendo elegida desde una exposición continuada al aislamiento. Habla de capitalismo, de una sociedad insensibilizada, de pérdida, del significado de lo material y de las beldades de conectar con la naturaleza. Habla de elecciones, de la necesidad de desaprender, de la pena propia y la que uno siente al verse reflejado en la mirada ajena, de los prejuicios, del miedo a lo diferente, de los automatismos, de los eufemismos que evitan plantar cara a la verdad de frente, de la añoranza y del conflicto entre el querer, el poder y el recorrido inherente, educacional, que es ancla a la vez que codiciado objetivo. El rango de cuestiones existenciales y emociones que repasa es de todo menos sencillo y está mucho más que pegado a ese hueco de cada película que ha de terminar rellenando el espectador. Así el equilibrio es complejo, pero Zhao hace que parezca natural presumiendo de una fluidez argumental envidiable. Cargar de complejidad a una historia con tantas aristas y dependiente de personas que no viven de la actuación, probablemente dificultó la tarea de esta cineasta, pero eso son peculiaridades que no llegan a la pantalla, más bien el espectador se topa con algo tan compacto como pulido y diseñado con mimo para alcanzar hasta al más estoico.

 'Nomadland' (2020)

La esencia de lo extrapolable

El estereotipo imperante tiene tan fuertemente agarrado al orden mundial que los individualismos de las excepciones se agudizan cuando, si bien esa esencia única que compone a cada ser lo diferencia de su vecino, al final las similitudes y la conexión están a tiro de piedra para unir a los peculiares y dar respuestas diferentes que quizá no puedan verse sin salir del recuadro social más común. Sobre esto también reflexiona Zhao subrayando la potencialidad de encontrar siempre una mano amiga aunque el crecimiento lo tenga que abordar uno, eligiendo un camino que efectivamente será único y marcará una distancia siempre imperante para los que experimentan dicha pelea con sus propios sentimientos.

Al final son muchas cuestiones entremezcladas, pero la aceptación pesa especialmente en 'Nomadland'. Aceptación como fin, como meta para no cargar con tanto peso, pero también como principio de un cambio necesario para no dar por finiquitada la vida cuando no toca, cuando aún tiene mucho que ofrecer. Aceptación para no rendirse. Aceptación para no conformarse. Y aceptación como base para sanar.

Nota: 10

Lo mejor: Esa mezcla de ficción y realidad que marca un estilo híbrido tan magnético como infalible a la hora de convertirse en vehículo de sentimientos.

Lo peor: Que se experimente como algo tan irrepetible. Ojalá esa sensibilidad de Zhao fuese universalizable.

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Nomadland 8,3 Nomadland