Hay que tener mucho cuidado con la melancolía por los recuerdos del ayer, pues la memoria puede jugar una mala pasada, especialmente en lo relacionado a ciertas acciones o eventos traumáticos que el cerebro, en pos de mantener el equilibrio mental, haya podido modificar. Eso mismo se puede aplicar a 'Nostalgia', nuevo largometraje de Mario Martone, mostrado en la Selección Oficial del 75 Festival de Cannes, candidato al galardón al mejor actor en los Premios del Cine Europeo y elegido por Italia como representante en la categoría de mejor film internacional en los 95 Premios Oscar.
El film comienza creando expectación por la llegada de su protagonista, Felice, un hombre de casi 50 años, a su Nápoles natal, después de haber casi 40 años en Egipto, donde se ha convertido en un importante hombre de negocios y vive feliz con su esposa, esta médico de profesión, la cual le espera en El Cairo. Este reencuentro con su tierra provocará efectos que harán que el público esté intrigado por el motivo de la vuelta a los orígenes del protagonista, un hombre que dice más por lo que calla que por los que habla.
Aquí Martone, quien firma el guion con Ippolita Di Majo, su esposa y habitual colaboradora de su filmografía como guionista, comienza haciendo un viaje al pasado y a la nostalgia que encierra un peligro latente que va sintiéndose poco a poco, acentuándose más conforma va pasando la trama. El cineasta guarda sus cartas, dejando varias incógnitas para su parte final, como los motivos del regreso de Felice a Nápoles, ciudad que apenas ha cambiado en sus 40 años de partida.
En esa sensación de que nada ha cambiado, se esconde una profunda crítica al estado de abandono de una región que bien podría beneficiarse más y mejor del turismo, como la propia cinta indica haciendo referencia a las catacumbas. Pero Martone opta por centrarse en cómo querer recuperar la esencia del pasado conlleva a tener que enfrentarse a los incómodos fantasmas del ayer que atormentan.
Un film que aroma a wéstern que hubiera podido ofrecer mucho más
Y es ahí donde Martone enlaza la sensación de tierra abandonada con la de los fantasmas del pasado. Nápoles se retrata como un círculo vicioso en el que sus nuevas generaciones son atrapadas por las redes de las mafiosos locales, los cuales también vivieron lo mismo en su juventud, como si el futuro de las diferentes generaciones estuviera marcado. Aquí es donde el cineasta comienza a mostrar sus cartas, pues el mafioso más peligroso de la zona fue el mejor amigo del protagonista. Su amistad se rompió tras un trágico incidente y es ese suceso lo que marcó la huida de Felice y que regresa en forma de demonio del pasado.
Es aquí donde Martone juega con el wéstern, al enfrentar a dos chicos que se querían como hermanos a ser una versión cincuentona de Caín y Abel. Y es en este apartado donde la cinta cae. A pesar del loable trabajo de Pierfrancesco Favino como protagonista, así como el de Francesco Di Leva como el sacerdote que escucha todos sus pecados y el de Tommaso Ragno como la némesis de Felice; Marton dilata demasiado la tensión, hasta el punto de quitarle cualquier rastro de épica. Es más, la cinta termina siendo predecible.
La puesta en escena funciona, los actores secundarios cumplen con su trabajo, pero Martone se pierde en subtramas que apuntaba a aportar algo pero se quedan en nada. El resultado es una producción a medio gas que se salva medianamente por la labor de su elenco, especialmente el de Favino, quien cuesta creer que ha nacido en Nápoles al pecar de ingenuo. Martone se muestra más errado que con 'Aquí me río yo' o 'El alcalde de Rione Sanità'. A pesar de su buen comienzo, 'Nostalgia' deja la amarga sensación de que podría haber sido más redonda, de que podría haber estado a la altura de otros grande títulos del cine italiano reciente como 'Para Chiara', 'Dogman' o 'El traidor'. Sin embargo, se pierde en secuencias excesivamente aletargadas y una resolución demasiado evidente.
Nota: 6
Lo mejor: La interpretación de Pierfrancesco Favino. No hay dudas de por qué es considerado el mejor actor del panorama italiano actual.
Lo peor: Se pierde demasiado en escenas que no aportan nada, Martone retrasa tanto el misterio que provoca desconexión con la historia.