Aunque sea su tercer largometraje, la efusividad que está recibiendo 'Notas sobre un verano' bien podría pensarse que se trata de una ópera prima. Pero no, más bien, diríase que esta propuesta, que está ya en salas comerciales tras causar sensaciones en los festivales de Buenos Aires, Róterdam, Múnich, Atlàntida y en el D'A, es una interesantes reinterpretación y continuación de lo que el propio David Llorente planteaba en la que sí fue su primera película, 'Estos días'.
'Notas sobre un verano' ya avisa en su propio título de que será una apuesta que aluda a la ligereza que evoca el propio estío, momento de desconexión, de descanso y también, en muchos casos, de calma antes de la tormenta. En cierta forma, es lo que sucede en esta propuesta, en la que Marta, encarnada por Katia Borlado, una profesora adjunta en una universidad de Madrid, se marcha a su Gijón natal para pasar unas semanas de asueto y lo hace en medio de una reflexión existencial, dado que tiene dudas sobre si irse a vivir junto con su novio, Leo, interpretado por Antonio Araque.
De ahí, que Llorente, quien también firma el guion, aproveche esos días de descanso para realizar una sutil reflexión generacional, en la que se retrata a una joven que cabalga como puede en una insatisfacción personal que bien podría decirse que es la característica de las generaciones Y (también llamados millenials) y Z. Llorente divide el filme en estados de ánimo que quedan bien representados entre la urbe gris que representa Madrid y los bellos parajes verdes de la ciudad asturiana de Gijón, convirtiendo al barrio de Cimavilla en ese lugar nostálgico que el hecho de migrar a la capital idealiza.
Agradable reflexión estival con toques de Rohmer
En ese regreso a los orígenes, en los que la protagonista se reencontrará con antiguas amigas y tendrá una aventura con un antiguo amor de juventud, Llorente ahonda en esa reflexión sobre la insatisfacción de su protagonista, la cual está entrando de lleno en la vida adulta y ve en ese verano una especie de escape de la realidad. Eso se plasma en sus deseos. El cineasta sabe crear una protagonista empática, a la que se le llega a comprender en su infidelidad.
Esto se consigue gracias a la magnífica interpretación de Katia Borlado. Llorente, quien cuenta con una notable carrera como cineasta independiente, apuesta por ese talento desconocido que consigue llenar teatros y que se gana la vida de bolo en bolo. De ahí, que para el cinéfilo, sean auténticos y agradables descubrimientos. Borlado está magnífica como esa mujer joven con dudas. En ciertos momentos, llega a evocar un estilo que recuerda al de Itsaso Arana en 'La virgen de agosto' o Anaïs Demoustier en 'Los amores de Anaïs'.
Con clara influencia del cine de Éric Rohmer (imposible no pensar también en Jonás Trueba), Llorente aprovecha una historia de dudas existenciales que se ha visto anteriormente para crear un film con alma, con mirada propia y que conquista por esa atmósfera de cercanía que despierta. Es prematuro hablar de consagración, pero sí que puede decirse que 'Notas sobre un verano' es un punto de inflexión en la carrera en ascenso del cineasta asturiano.
Lo mejor: Lo cercano e íntimo que transmite su atmósfera. La interpretación de Katia Borlado.
Lo peor: Su historia, realmente, está demasiado vista.