Siete años después de dirigir 'Boomerang', el francés François Favrat regresa a la gran pantalla con un drama de corte social, 'El oficio de aprender', con el que se acerca al estilo cinematográfico de Laurent Cantet, poniendo el foco en la labor social de la asociación Les Compagnons du devoir. Una propuesta que tampoco olvida su vocación cinematográfica ni su mirada comercial, recordando la virtud del equilibrio entre una mirada y otra, un fiel espíritu de la industria cinematográfica gala.
Les Compagnons du devoir no es una asociación cualquiera en Francia, se trata casi de un movimiento en el que sus miembros ofrecen a los jóvenes, a partir de los 15 años y hasta casi la treintena, un oficio tradicional. Sería una especie de logia, cuyo espíritu se basa en el aprendizaje, la vida comunitaria, el compañerismo y la fraternidad, ofreciendo alojamiento y alimento para aquellos jóvenes que buscan encontrar un oficio con el que ganarse la vida y enfrentarse a la vida adulta. Una labor que Favrat, quien escribe el guion junto con Johanne Bernard, transmite muy bien.
La industria francesa ha sabido crear ciertos cánones propios para el cine social y Favrat realiza un ejercicio no muy distinto de títulos recientes como 'Los profesores de Saint-Denis', 'El buen maestro' o 'Alta costura', en la que se incidía en lo esencial que resulta poner en valor la vocación y el sacrificio de los trabajadores sociales; así como lo importante que resulta encontrar un oficio para jóvenes excluidos por el sistema. Francia sabe mucho de esto, dados los problemas sociales que existen en las banlieues, una preocupación que se ha ido enquistando con el paso del tiempo como la cal en los electrodomésticos.
Notable film social y homenaje al movimiento
De ahí, que Favrat realice un filme que busca ofrecer una luz de esperanza, pero que rehúye completamente de fórmulas sensibleras o finales completamente felices, recordando que el salir adelante es una carrera de fondo. Para ello, cuenta con una protagonista estupenda Najaa Bensaid, cuyo carisma recuerda al de Lyna Khoudri o Rod Paradot, jóvenes que supieron captar la furia interior de sus personajes, los cuales buscan huir de ese círculo vicioso en el que sus vidas parecen estar condenadas a estar.
'El oficio de aprender' es un correcto homenaje a Les Compagnons du devoir cuyo mensaje llega a buen puerto gracias a una historia cuya fuerza está en sus actores. Najaa Bensaid está muy bien acompañada por unos estupendos Agnès Jaoui y Pio Marmaï, los cuales tienen un trasfondo que vuelve a recordar la importancia del espíritu de este movimiento fraternal. Un recordatorio de cómo la producción francesa continúa siendo capaz de crear títulos notables con mensaje social y mirada comercial.
Nota: 7
Lo mejor: La visibilidad que se hace al trabajo y al oficio, especialmente de aquellos profesionales que buscan que los jóvenes encuentren esa vocación, como es el caso de Les Compagnons du devoir.
Lo peor: Realmente, su historia es arquetípica, no se diferencia mucho de otros relatos sociales de superación.
