La comedia negra permite hablar de temas más subversivos y polémico a través del humor, saliendo, muchas veces, situaciones completamente extremas y absurdas. La directora Gracia Querejeta da un giro radical en su carrera, cambiando el tono costumbrista de 'Siete mesas de billar francés' o 'Cuando vuelvas a mi lado', por uno más extremo y salvaje con 'Ola de crímenes', en la que la directora convierte a Maribel Verdú en una madre capaz de todo, incluso de cometer actos atroces, con tal de salvar a su hijo.
Leyre es un ama de casa acomodada, su exmarido es un rico empresario y vive apaciblemente con su hijo Asier en un chalet a las afueras de Bilbao. Un día, su ex, Cosme, llega a casa para terminar de llevarse sus cosas y para anunciarle que va a vender el piso y que los va a dejar en la calle. Cansada, la mujer decide marcharse a la cocina, cuando en ese momento escucha un ruido. Su hijo, al que su padre humillaba constantemente, en un arrebato de ira, le ha clavado unas tijeras a Cosme en el cuello, matándolo en el acto. Decidida a proteger a su hijo hasta las últimas consecuencias, Leyre se meterá sin querer en una auténtica ola de crímenes.
El cambio de registro de Gracia Querejeta
Querejeta se enfrenta, por primera vez, a una película en la que ella no participa en el guion, que lo firma Luis Marías, guionista de 'Mensaka' y 'El misterio Galíndez'. De hecho, si algo se percibe, es precisamente que la directora de 'Héctor' y '15 años y un día' no está detrás del guion. La película continúa con el cambio que empezó la realizadora con 'Felices 140', en la que ya empezaba a virar su tono costumbrista a uno más cercano al cine de comedia negra.
Aunque es con 'Ola de crímenes' con la que Querejeta se suelta realmente el pelo, porque se trata de un filme extremo, salvaje y con escenas que podrían estar firmadas por Álex de la Iglesia. La directora se toma realmente en serio el concepto de humor negro, para llevar a sus personajes a situaciones subversivas e incómodas. La muerte de Cosme, desencadena una serie de conflictos que deja la pregunta de hasta qué punto una persona, aparentemente honrada, es capaz de corromperse.
Porque, en tono de comedia, la película denuncia la desigualdad y, sobre todo, la corrupción política y empresarial. Eso sí, con una sonrisa irónica y cínica, al ver a sus protagonistas vivir un constante "sálvese quien pueda". En ese ambiente, se ve la mano de Querejeta en hacer un filme lo más coral posible, todos tienen su momento importante, pasando por las tres protagonistas, hasta los personajes de la abuela, interpretada por Teresa Lozano, y Julen, el amigo del hijo de Maribel, interpretado por Miguel Bernardeau.
Una propuesta radical, salvaje y muy loca
Sin embargo, las que realmente se lucen, son las tres mujeres protagonistas. Imponentes, sensuales y con mucho carácter, Maribel Verdú, Paula Echevarría y Juana Acosta son los tres pilares del filme. Mientras que Verdú tiene el peso protagonista, mostrando todo su talento al tener un personaje con momentos de comedia, de drama, de acción, hasta de terror tarantiniano, Echevarría y Acosta forman un tándem en el que se complementan como una dupla de mujeres corruptas. De hecho, el lado más salvaje de las tres hay que celebrarlo que tanto Marías como Querejeta hayan decidido retratarlo desde un punto de vista femenino, ya que ese lado, de crimen y corrupción, ha sido mostrado en el cine mayoritariamente con protagonistas masculinos.
Todo esto convierte a 'Ola de crímenes' en una de las propuestas más radicales, locas y maliciosamente subversivas de Gracia Querejeta, que sale de su zona de confort para crear un filme que es capaz de hablar de problemas de actualidad, como la corrupción, desde un punto de vista ácida e irónico, dejando momentos en los que no se sabe si reír o hacer una mueca. Extrema, será difícil que deje indiferente a alguien.
Nota: 4
Lo mejor: Las tres actrices protagonistas, Maribel Verdú, Paula Echevarría y Juana Acosta.
Lo peor: Al final, el guion se pasa de frenada.