Las diferencias sociales, el clasismo y el racismo consecuente de dicho clasismo son temas que comienzan a tocarse de manera más directa en el cine iberoamericano, siendo más frecuente encontrarse con protagonistas mestizos, amerindios o indígenas. El español nacionalizado mexicano Xavi Sala, nacido en la Comunidad Valenciana, ha querido aportar su granito de arena a la industria azteca, con una propuesta que parece estar hermanada con la aplaudida 'Roma' de Alfonso Cuarón, aunque con una perspectiva completamente diferente: su ópera prima 'El ombligo de Guie'dani'.
'El ombligo de Guie'dani' pone el foco en las mujeres de la limpieza, concretamente en la hija de una de ellas que termina viviendo con su madre en las dependencias de una familia de clase media-alta. A diferencia del filme de Cuarón, la ópera prima de Sala pone de protagonista a una preadolescente rebelde, que niega aceptar el pacto tácito que existe en la sociedad mexicana: ser servicial y aceptar de buen grado la condescendencia. Ese es el punto que más sobresale de una propuesta que busca ser un grito de desafío en una industria que está en constante evolución.
Ahí triunfa la interpretación de la joven Guie'dani. La debutante Sótera Cruz deslumbra con un papel que es un maremoto interno, que es también el retrato de una nueva generación que busca encontrar una nueva posición en la sociedad del país azteca, en la que haya mayor libertad de decisión, especialmente en lo que se refiere a orígenes, que estos no sean determinantes para quedarse en un estrato social, lo que puede verse como opciones reales de ascenso de posiciones en la sociedad.
Sótera Cruz, la heredera interpretativa de Yalitza Aparicio
No obstante, 'El ombligo de Guie'dani' tiene un problema similar al de la cinta alemana 'System Crasher', hay demasiada furia en su personaje. Cierto es que la rebeldía es propia de esa edad, que, además, tiene plena justificación respecto a la situación que vive dentro de una casa burguesa, en la que el aparente progresismo queda en evidencia al tener ciertos comportamientos condescendientes, machistas y racistas. Sin embargo, Sala, quien también firma el guion, comete el mismo error que en sus cortometrajes anteriores, especialmente 'Hiyab', crea un relato maniqueo, que no invita a la reflexión, tampoco a la concordia, siendo excesivamente identitario, con una historia que reclamaba mayor conocimiento de la realidad mexicana. Además, tampoco ayuda que la extensión del filme sea demasiado, cuando su premisa hubiera estado mejor resuelta con un menor metraje.
Aquí se ve que Sala no conoce la realidad concreta y cotidiana del país que representa, es lo opuesto a Lila Avilés y su 'La camarista' o Alonso Ruizpalacios y su 'Güeros'. Llevándolo a otros países de Iberoamérica, carece de la mirada histórica del guatemalteco Jayro Bustamente en 'Ixcanul' (un retrato mucho más certero y que va en la línea de lo que pretende denunciar Sala) y 'La llorona' o de la peruana Melina León en 'Canción sin nombre'. No obstante, esta primera toma de contacto con la realidad mexicana puede servir de calentamiento, especialmente para sus actrices protagonistas, que demuestran que hay espacio para historias con personajes principales diferentes al clásico caucásico de las producciones mexicanas.
Nota: 6
Lo mejor: La interpretación de Sótera Cruz, una joven promesa a la que habrá que seguir muy de cerca.
Lo peor: Su larga duración y la mirada maniquea de Sala.