å

CRÍTICA ECARTELERA

'Operación U.N.C.L.E.': un trío de actores guapos que pone cachondo a público y crítica

La adaptación de la serie estadounidense sobresale del montón, pero solo gracias a la mano de Ritchie y, sobre todo, a que el montón apesta.

Por Diego Pla Portell 11 de Agosto 2015 | 18:42

Comparte:

¡Comenta!

Con 'Operación U.N.C.L.E.', Guy Ritchie parece reafirmarse en esa línea emprendida ya hace unos años con 'Sherlock Holmes'. Corría el año 2009 cuando el cineasta británico decidió cambiar de bando, pasarse al de los buenos. Hasta entonces, Ritchie siempre había contado la historia desde los bajos fondos, desde el lado de los perdedores, de los buscavidas, muchas veces maleantes, cuando no criminales. Al meter mano al famoso detective creado por Sir Arthur Conan Doyle, no solo empezó a colaborar con la justicia, que es lo de menos, sino que dejó de escribir los guiones y saltó el charco. Porque ahora las películas de Guy Ritchie, desprendidas del hollín y la bruma londinenses, son americanas.

Cavill y Vikander

Es cierto que seguimos reconociendo algo de Ritchie en los tres films posteriores a 'RocknRolla': algún plano vertiginoso, algo en cuanto al ritmo, perspectivas ocurrentes, la música, la peculiar dicotomía en los caracteres de los protagonistas... pero todo suavizado, edulcorado, hollywoodeado. No obstante, Ritchie fue elegido por un motivo (o varios) para hacer, precisamente, estas películas. Y es que tanto las dos de Sherlock como 'Operación U.N.C.L.E.' comparten temática, y no una cualquiera: el mundo del crimen y el espionaje ligeros, lindando con lo fantástico o inverosímil. Y a este género en particular le va muy bien ese toque Ritchie, que combina escenarios de antaño con técnicas y tratamiento modernos.

El problema de hoy en día: los personajes

Pero si algo tenía de exclusivo, de genial el cine de Ritchie era la construcción de personajes. No dejaban de ceñirse a patrones, claro está, hablamos de películas, pero los matices añadidos y las maneras en que se relacionaban esos personajes exquisitos... los hacían únicos.

No sería raro pensar que, una vez concebidos, esos personajes, de tanto carisma y tantas aptitudes con que habían sido dotados, cobrasen vida propia y desarrollasen las tramas por sí mismos. Pero como eso es ir demasiado lejos, coincidiremos en que Ritchie también tiene (o tenía) esa cualidad: la de crear tramas y subtramas trepidantes, con giros inesperados y muy ágiles. Y para rematar, para acabar de darles toda esa vida de que rebosan sus antiguos personajes, los diálogos: ocurrentes, mordaces, redondos.

¿Hay algo de todo esto en el nuevo cine de Ritchie? Bastará decir que son adaptaciones de obras paridas por otros, y además por encargo. Así pues, la libertad creativa, el ingenio en estado puro, ha dejado paso, forzosa, perezosa o estratégicamente, eso no sabemos, a la urgencia de taquillazo-y-a-otra-cosa.

Una copia de una copia de una copia...

'Operación U.N.C.L.E.' es una adaptación de la serie televisiva estadounidense 'The Man from U.N.C.L.E' (que en España conocimos como 'El Agente de C.I.P.O.L.'). Fue emitida por la NBC desde 1964 hasta 1968 (105 episodios). La diferencia más nottoria entre la película y la serie es el protagonismo que adquiere Gaby, el personaje femenino que interpreta Alicia Vikander.

Armie Hammer

La inclusión de Gaby como algo preciado (como una "segunda misión") de lo cual deben cuidar los dos protagonistas da pistas sobre de qué pie cojea el film. Sin Vikander en la mente de los dos hombretones (y en la del espectador), la historia decaería hasta límites soporíferos. Sencillamente, la misión que deben cumplir no da mucho juego, y el atractivo de la trama se fundamenta, además de en la propia figura de Gaby, en la relación de amor-odio entre Napoleón Solo (Henry Cavill) y Illya Kuryakin (Armie Hammer).

Solo y Kuryakin son dos agentes secretos, estadounidense y soviético respectivamente, que deben dejar de lado sus diferencias personales (que se reducen a que cada uno ha nacido en una parte del mundo y a cierto atisbo de distinto posicionamiento ético) y unir sus fuerzas para cumplir una misión en común (salvar al mundo de un cataclismo nuclear). La aventura transcurre en plena Guerra Fría, de ahí que la tensión entre los agentes sea extrema: además de que cada uno es el mejor en lo suyo, ambos representan los dos sistemas y visiones del planeta que competían por entonces (y de los que parecen sentirse orgullosos). Estas circunstancias dan pie a muchos de los gags cómicos que se suceden en pantalla y que ejemplifican muy bien el tono general de la película: el tono distendido que parece estar de moda en el género detectivesco/de espionaje. ¿Se trata de un thriller? Sí, pero en el término más amplio de la palabra.

Los dos actores protagonistas están a la altura de lo que exigen sus roles, que tampoco dan para mucho más. Sin embargo, Vikander parece estar, en ocasiones, un poco fuera de lugar, descentrada. Después de verla en 'Ex Machina', donde nos agradó sobremanera, no acaba de convencer con su interpretación de la altiva Gaby; quizá la comedia no sea el género en que mejor se maneja la actriz sueca.

Con todo, personajes arquetípicos, vistos una y mil veces, que entretienen pero merecen ser olvidados rápidamente. Y, como consecuencia, sus relaciones y actos resultan igualmente faltos de brío, sin chispa. Por sí solos, carecerían de carisma y personalidad propia. Salva el film ese toque Ritchie al que nos referíamos: el ritmo no decae, la música acompaña en todo momento y podemos disfrutar de unas cuantas escenas de factura magnífica. En definitiva, un blockbuster para pasar el rato con actores guapos. Y a otra cosa.