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CRÍTICA

'Oso vicioso' da lo que promete en un surrealista y tronchante delirio

La nueva película de Elizabeth Banks supera sus expectativas regalando una obra autoconsciente y divertidísima.

Por Carlos González Manzano Más 31 de Marzo 2023 | 09:30
Periodista crepuscular que vive en las viñetas de Tintín, los mundos de Tolkien y las películas de Ghibli

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'Oso vicioso' da lo que promete en un surrealista y tronchante delirio

Desde siempre, al público nos ha atraído, casi de manera sobrenatural, aquellas películas basadas en hechos reales increíbles. A pesar de estar acostumbrados a ver las ficciones más locas e imposibles, nada nos impacta más que un hecho que nos alucine basado en algún suceso real. Ahí está, por ejemplo, la persecución al filo de la legalidad de 'Atrápame si puedes', el tsunami de 'Lo imposible', el asesinato de Kennedy de 'J.F.K. (Caso abierto)' o una evasión tan improbable como la de 'Fuga de Alcatraz'.

Que la realidad supera a la ficción nos sigue sorprendiendo de tal manera que incluso pasamos por alto cualquier licencia o distancia que se tome respecto al hecho real, como podría pasar con 'Dunkerque' o incluso 'Ciudadano Kane', ya que entendemos que cualquier modificación tiene como objetivo la adaptación de esa historia en términos cinematográficos manejables. También es el caso, por supuesto, de 'Oso vicioso', el surrealista proyecto que tiene por protagonista a un gigantesco oso que esnifó varios paquetes de cocaína para más tarde cobrarse unas cuantas víctimas.

'Oso vicioso'

Ya desde principios de 2021 -cuando se anunció el proyecto- la incredulidad y el escepticismo cundía por doquier. También una extraña sensación por ver lo que saldría de ahí. La historia en la que se basa se ha vuelto archiconocida. En 1985, Andrew Thorton, un exoficial de narcóticos reconvertido a narcotraficante, sobrevolaba un bosque de Kentucky cuando lanzó al vacío varios paquetes con cocaína dentro. Cuando hubo vaciado la avioneta, él mismo abandonó el vehículo pero, tras un fallo en el paracaídas, murió durante el salto. Este es el punto de partida de 'Oso vicioso', la nueva apuesta de Universal Pictures por traer una historia fresca y sorprendente que se encuentre en las Antípodas de toda propuesta actual de la cartelera. Ya la traducción del título al español es una declaración de intenciones en toda regla.

Al mando de este proyecto se encuentra Elizabeth Banks, la directora del acribillado remake de 'Los ángeles de Charlie'. Tras aquel despreciado producto, la realizadora pensó que nunca más volvería a dirigir. Sin embargo, con 'Oso vicioso' contó con lo que podría ser una nueva apuesta suicida para su carrera. Nada más lejos de la realidad, teniendo en cuenta el trabajazo que hace. Mucha culpa de ello la tiene el brutal reparto con el que cuenta, lleno de caras conocidas pero exento de una estrella protagonista que opaque al resto.

Aun así, la cinta está marcada a nivel sentimental por el contrario entre sus filas con Ray Liotta. El legendario actor figura como un mafioso en lo que sería uno de sus últimos papeles ante del triste fallecimiento. Completa el equipo la productora Lord Miller, comandada por Phil Lord y Christopher Miller, una de las parejas creativas más prolíficas de los últimos años, pues cuentan con trabajos como 'Infiltrados en clase' o 'La LEGO película', además de producir 'Han Solo: Una historia de Star Wars' o el pelotazo animado de 'Spider-Man: Un nuevo universo'.

'Oso vicioso'

Con todo este equipazo a sus espaldas, 'Oso vicioso' se erige orgullosa por su condición ridícula y patética en la premisa y en el tratamiento. Teniendo esto como punto de partida, Banks y compañía tenían vía libre para imaginar todo lo que podría haber sucedido a raíz de ese gigantesco animal, y lo hacen intercalando de manera inteligente una autoconsciencia típica de una película de 'Deadpool' con un gore brutal y divertidísimo que roza la serie B por momentos (más en su patetismo vital que en cualquier costura estética).

'Oso vicioso' intercala mucha comedia absurda con un suspense trabajado, un festival de sangre y miembros amputados, acción tronchante y toques de terror muy interesantes. En definitiva, un thriller atípico y disparatado que engloba distintos patrones por lo que resultar tremendamente encomiable.

De Tarantino a los Coen

Uno de los mayores retos era recrear a ese oso demoniaco e histérico sin caer en la parodia o la caricatura. Banks esquiva ese obstáculo haciendo un animal fabuloso, mezclando CGI con efectos prácticos para conseguir un estilo visual hiperrealista más cercano al documental de lo que podría esperarse de una película con estas condiciones. Pero, a pesar de que el oso y el consiguiente caos que va dejando por el camino, el reparto complementa de manera brillante esa otra cara de la historia menos amable y, al mismo tiempo, más divertida.

'Oso vicioso'

Keri Russell encarna a esa madre todopoderosa que haría cualquier cosa por salvar a su hija. Cuando esta y un amigo suyo desaparecen, hará todo lo posible por mantenerlos a salvo, en una suerte de heroína al más puro estilo Sigourney Weaver en 'Aliens: el regreso'. Por su parte, Alden Ehrenreich y O'Shea Jackson Jr. conforman un dúo dinámico divertidísimo, con personalidades totalmente alejadas entre sí; estarán al servicio del personaje mafioso de Liotta, en una suerte de secuela espiritual y póstuma del Henry Hill de 'Uno de los nuestros'.

El resto de personajes, como el de Margo Martindale, Jesse Tyler Ferguson o Kristofer Hivju, no dejan de representar esa carne de cañón necesaria que te hará rabiar con sus insufribles sugerencias o reír con su placentero sufrimiento. La genialidad que encuentra Banks está en entrelazar las historias de estos personajes de la manera más aleatoria posible, como en 'Fargo' o 'El gran Lebowski' de los Hermanos Coen, mientras condimenta todo con las situaciones más absurdas y desternillantes posibles, como prácticamente cualquiera de Quentin Tarantino.

Que Hollywood tome nota

¿Qué por qué una película sobre un oso descomunal que esnifa cocaína y mata gente es un ejemplo? Muy fácil. Para empezar, porque se trata de una obra original (basada en hechos reales, sí, pero con muchas licencias), de esas que escasean en el Hollywood actual. Y es, además, una historia sin antes ni después, autoconclusiva, y con tan solo 90 minutos de duración -que, con el panorama actual, también es de agradecer-. Es un compendio de buenas ideas y soluciones eficaces a la hora de aprovechar su ridículo potencial, una obra que no pretende reflexionar acerca de nada sino, más bien, pretende reírse de los estigmas que podrían sobrevolarle en un primer momento.

'Oso vicioso'

Podría haber sido una cinta estilo 'Tiburón', un superdepredador sediento de sangre que se venga de los humanos porque, de alguna manera, le han infestado un ecosistema que por derecho es suyo. Podría haber perdido tiempo y fuerza en intentar construir un poderoso relato familiar sobre una madre que salva a su hijo. Nada de eso. 'Oso vicioso' no se separa de la extravagancia de la historia real y fluye por aquellos caminos que cualquier persona de bien habría fantaseado en su mente. No cae en el error de tomarse demasiado en serio a sí misma y, en cambio, decide esgrimir una crítica al postureo rural de esas personas que van a la montaña a hacer payasadas o a fingir un amor postizo por la naturaleza y su flora.

Hacen falta más películas como 'Oso vicioso', que sepan reírse de sí mismas, que no pretendan cambiarte la vida, que no extienda su metraje hasta pasadas las tres horas, que no se tornen pretenciosas. Que, en definitiva, resulten un espléndido entretenimiento alejado del blockbuster típico. Esperemos que la carrera de Elizabeth Banks no haga más que remontar a partir de 'Oso vicioso'. Lo merece.

8
Lo mejor: Su punto de partida, el tono autoconsciente y surrealista. Ese oso.
Lo peor: Que sea tomada en serio. No deja demasiado poso.