Aunque admirador de sus obras, es curioso que Bille August no haya adaptado ninguno de los títulos de la afamada y emblemática escritora Karen Blixen, conocida especialmente por 'Memorias de África', cuya versión cinematográfica dirigida por Sydney Pollack en 1985 con Meryl Streep encarnando a la baronesa encumbró la vida de la autora a la cúspide de Hollywood. El cineasta opta por mostrar sus últimos años en 'El pacto', adaptación de la novela autobiográfica del poeta Thorkild Bjørnvig, en la que narraba su complicada amistad con la autora entre 1948 y 1955.
Filme sobrio, la trama narra los años de esa amistad, desde que Blixen descubrió al autor, pasando por el mecenazgo que ejerció sobre su carrera y posterior ruptura debido a que la relación terminó convirtiéndose en una situación tóxica. Es interesante cómo August, quien dirige un guion escrito por Christian Torpe, va creando esa atmósfera opresiva que termina apresando a sus protagonistas en un elegante drama de época que bien podría ser una mirada literaria a 'El crepúsculo de los dioses' de Billy Wilder, con la autora de 'El festín de Babette' convertida una intelectual Gloria Swanson.
Todo comienza con una aparente e inocente invitación del poeta, quien acaba de publicar su primer libro, a la mansión Rungstedlund, donde vivió buena parte de su vida la baronesa. El joven, recién casado y con un hijo a cargo, acude deseos de saber la opinión de Blixen sobre su libro. August inicia así un juego de poderes en el que es Blixen la que comienza dominando al escritor y aprovecha para plasmar un retrato muy distinto del que tuvo la baronesa en el alabado filme de Pollack.
Las casualidades del tiempo han hecho que 'El pacto' se produjese un año después de 'Karen', otra mirada nada complaciente de la autora, en la que la directora María Pérez Sanz convertía a Christina Rosenvinge en una Blixen joven que aún está digiriendo el fracaso de su matrimonio. La Blixen mayor de Birthe Neumann bien podría ser la evolución natural de la de Rosenvinge, al ser una mujer cuya soledad y tormentos del pasado le convierten en una persona manipuladora, intrigante, capaz de enredar a sus amigos para que vivan las experiencias que la sífilis le impidió disfrutar de sí misma.
Los tormentos del pasado que terminan hiriendo a los inocentes
Es interesante ver cómo Blixen utiliza ese poder de manipulación para un beneficio abstracto, en el que se muestra su claro desprecio a la vida mundana y el matrimonio burgués, provocados por sus desamores de antaño. Tal altivez contra una vida equilibrada en lo personal y lo artístico derivan a que la autora llegue a tener una actitud muy ambivalente con el poeta, quien termina teniendo una viciada relación con la escritora, cuyo juego de poder y sumisión recuerdan también a la vivida en 'Las amargas lágrimas de Petra von Kant' de R.W. Fassbinder.
Por otro lado, es muy interesante cómo August logra que tanto el poeta como todo aquel que rodea a la autora vayan entrando sin querer en su juego, como si fuera la tela de araña fuese tan fina que una vez se dan cuenta de que han quedado atrapados, ya sea demasiado tarde. Un círculo vicioso que hipnotiza gracias al contraste entre la ponzoña de las relaciones y un diseño de producción detallista y una fotografía exquisita y que incida en ese contraste al ser tremendamente lumínica.
Su dos actores protagonistas están sublimes Birthe Neumann domina la situación y aprovecha su experiencia, mientras que el joven Simon Bennebjerg consigue transmitir la sensación de ambicioso pusilámine. En medio, dos féminas en discordia, que funcionan de forma complementaria. Por un lado está Asta Kamma August, como un rayo de esperanza dentro de ese ambiente tóxico e intelecual; por el otro está Nanna Skaarup Voss, la cual es el elemento incómodo, al dejar en evidencia que la mirada artística de Blixen esconde a una mujer que solo sabe cicatrizar sus heridas provocando dolor en el prójimo.
Retrato nada amable de Blixen, el cineasta, quizás para resarcirse, para la adaptación cinematográfica de 'Ehrengard', obra póstuma de la autora. 'El pacto' es un elegante y sinuoso drama de época, que muestra una ambigua relación marcada por el deseo, la ambición, el ansia de reconocimiento, el miedo a la mediocridad y la soledad. Un notable filme que muestra que los genios no tienen por qué ser buenas personas, que cuenta con un reparto sublime y una opresiva atmósfera que termina atrayendo al público como si de la fruta prohibida se tratase.
Nota: 7
Lo mejor: El duelo interpretativo entre Neumann y Bennebjerg.
Lo peor: Le falta más garra en esa relación ambigua entre mentora y pupilo. August se muestra demasiado contenido, como si él temiese también a Blixen.