Tras su exitosa saga 'Torrente' y tras dirigir el remake de la comedia chilena 'Sin filtro' bajo el título de 'Sin rodeos', Santiago Segura se aventura ahora en el terreno de la comedia familiar. Su nuevo trabajo, 'Padre no hay más que uno', nos presenta una cinta con un tono y humor mucho más amable respecto al que el cineasta y actor suele recurrir en sus trabajos, contándonos el relato de un padre que tiene que hacerse cargo de sus cinco hijos después de que su mujer decida tomarse unas merecidas vacaciones.
Segura suele mostrar cierta irregularidad en sus trabajos, pero, a pesar de ello, el realizador tiende a ofrecer situaciones cómicas bastante acertadas. Aquí, en 'Padre no hay más que uno', este patrón se repite, y, aunque la película disponga de ciertos inconvenientes, el resultado final logra sobresalir gracias a un humor muy funcional, personajes remarcables y a un tono bastante afectuoso que se complementa a la perfección con alguna que otra situación más brusca.
Es precisamente en esta mezcla entre lo amable y familiar y lo brusco y menos fino donde se encuentra la gran esencia que define a esta comedia. La construcción de su humor es bastante admirable, dejándonos momentos y escenas que consiguen despertar fácilmente la risa en el espectador. Además, los diversos y peculiares personajes que pueblan esta última comedia de Segura consiguen elevar la propuesta a un mayor nivel de diversión y encanto, especialmente los niños, entre los que se encuentran las hijas del director, y los roles interpretados por Toni Acosta y Silvia Abril.
De hecho, Acosta y Abril son las que tienen el mérito de protagonizar las mejores secuencias y gags de toda la película. Mientras que una interpreta el papel de madre responsable y preocupada, otra, Silvia Abril, es la encargada de ser su total contraposición mediante un personaje alocado, fiestero y sin preocupación alguna. Esto hace que ambas constituyan un dúo cómico altamente desternillante, interpretando situaciones y líneas de guion con una gran soltura cómica que con simplemente escuchar cualquier frase salida de su boca la risa se genera con total facilidad.
También cabe destacar a otros personajes secundarios, como, por ejemplo, el grupo de madres de la escuela a la que asisten los niños protagonistas. En cambio, no puede decirse lo mismo de otros roles como el de Leo Harlem, actor que apenas tiene presencia dentro de la película a causa de un papel bastante prescindible con el que, aparentemente, parecen querer apelar al éxito de 'El mejor verano de mi vida' (cinta que protagonizó el pasado 2018 junto a Toni Acosta) y lograr captar cierto interés del público en base a ello. Mencionar también los cameos que tienen lugar durante la película, un hecho muy habitual en el cine de Segura que aquí, nuevamente, también nos ofrece algunos de los momentos más divertidos del film.
Uno de los mejores trabajos de Segura, pero...
'Padre no hay más que uno' puede ser considerada como uno de los trabajos más lúcidos y divertidos de su director, aunque, por otro lado, también nos encontramos ante una cinta que vuelve a recaer en muchos de los errores más comunes de su filmografía. Como ya ocurría en 'Torrente', muchas de sus escenas o gags cómicos suelen ser un "quiero y no puedo", dejando una impresión de que bajo una ejecución más cuidada y una mayor atención a los detalles todo podría haber funcionado mucho mejor. De hecho, 'Padre no hay más que uno' deja entrever ciertas prisas en su realización, pudiendo apreciarse un montaje muy precipitado o incluso fallos en algunos rótulos.
Por otro lado, estamos ante una comedia que no va mucho más allá de repetir fórmulas y esquemas vistos en gran cantidad de ocasiones. Segura nos presenta a un personaje que se limita a repetir el estereotipo de padre patoso, no apreciándose siquiera intención de ofrecer algo nuevo que aporte algo más de frescura a esta producción, algo que también ocurre con la mayor parte del resto de personaje. De hecho, apenas hay momentos donde el espectador no sepa de antemano cómo va a desarrollarse una escena o situación determinada, lo que puede derivar fácilmente al desinterés durante el visionado.
Pero, pese a sus inconvenientes, 'Padre no hay más que uno' consigue hacer que salgas de la sala con la impresión de haber visto una agradable comedia familiar, resultando una película bastante entretenida, entrañable y con momentos ciertamente desternillantes. Además, tras haber estado ligado durante la mayor parte de su carrera a un humor tan adulto y rudo como el de 'Torrente', resulta interesante ver a Santiago Segura aventurarse en otros terrenos como el del cine familiar.
Nota: 6
Lo mejor: Los momentos protagonizados por Toni Acosta y Silvia Abril.
Lo peor: Es una comedia familiar que recae continuamente en demasiados tópicos del género