Cuatro años después de dirigir el thriller de espías 'Gorrión rojo', Francis Lawrence vuelve al cine familiar con 'El país de los sueños', con la que se atreve a adaptar de nuevo, en este caso a la pequeña pantalla, la famosa tira cómica de Winston McCay, 'El pequeño Nemo', con una reinterpretación moderna titulada 'El país de los sueños'. Una cinta en la que parece que Jason Momoa intenta captar el espíritu extravagante e irreverente de Johnny Depp con un personaje más pensado para el actor de 'Piratas del Caribe' que para él.
Técnicamente, Lawrence tiene experiencia en sagas juveniles pensadas para el cine familiar, los cuatro últimos largometrajes de 'Los Juegos del Hambre' dan buena fe de ello. Sin embargo, enfrentarse a la obra de McCoy supone un reto mayor, especialmente por ser un cómic que, además, fue editado a inicios del siglo XX y considerado el primer gran clásico de los tebeos. Es más, han sido varios los intentos de convertir a Nemo en una aventura propia del cine, la última, titulada 'El pequeño Nemo', fue en 1989, una coproducción entre Japón y Estados Unidos que estuvo a punto de liderarla parte del equipo de Studio Ghibli (cinco años antes realizaron un corto a modo de prueba que no convenció a los productores norteamericanos) y que es considerada actualmente una cinta de culto, a pesar de haber sido un fracaso comercial en su estreno original.
Dados los antecedentes, en 1984 se produjo una versión en imagen real que fue también un fiasco, tocaba ver con cierto escepticismo si Lawrence iba a ser capaz de adaptar la obra de McCoy. Y, la verdad, su propuesta le quita casi toda la magia y sentido de aventura que tenía tanto la adaptación anime de 1989 como la tira cómica original de McCoy. Más allá de cambios meramente estéticos, como el convertir a Nemo en una niña y darle una forma más estilizada a Flip, el cuerpo de Jason Momoa invitaba a ello, lo cierto es que se está ante una producción fallida que no sabe interpretar el espíritu steampunk de la obra original y que convierte lo que podría haber sido un alucinante viaje épico a través de las ensoñaciones en un intento familiar de reproducir 'Origen', con un trasfondo dramático con el que busca ser una especie de versión más oscura de 'Donde viven los monstruos' o 'Un puente hacia Terabithia'.
Una aventura familiar fallida que no está a la altura de su material original
Lawrence, quien dirige un guion de David Guion y Michael Handelman, provoca que los sueños sean varios, dividiendo la historia en un mundo real y otro de ensoñaciones. Eso le quita toda opción de sentido épico a un relato que se va interrumpiendo, como si fuera por fascículos. A ello se suma unos efectos especiales que se notan demasiado cuando Nemo entra en el País de los Sueños, notándose en algunas secuencias que se está ante un croma. Esa ejecución de romper el sueño y continuarlo más tarde provoca que tampoco las interpretaciones llamen la atención, a pesar de contar con dos secundarios de lujo como Chris O'Dowd o Kyle Chandler. Jason Momoa como excéntrico fauno (o sátiro) convence poco o nada. Como se ha comentado antes, se trataba de un personaje que parecía haber sido escrito más para el estilo de Johnny Depp que para el de actor de 'Aquaman', al que le falta chispa y sentido del absurdo.
Dado que su estreno es en Netflix y exclusivo de la plataforma, 'El País de los Sueños' se libra de los datos públicos de una inclemente taquilla, algo que la beneficia más allá de los números, dado que parece una producción de bajo presupuesto (aunque ha costado 150 millones de dólares), con un guion flojo y poca intención de ofrecer un entretenimiento que permita verse mientras se hace otra cosa. Sin duda, Lawrence no muestra estar a la altura del cómic de McCoy.
Nota: 4
Lo mejor: Tiene un comienzo prometedor, lástima que solo se quede en eso.
Lo peor: La decisión de convertir una aventura épica en un mundo de sueños por fascículos, que convierte la historia en algo aburrido.