El Palacio Ideal es uno de los monumentos más singulares que tiene Francia. Aunque para extraordinaria, la historia que hay detrás de este edificio, que comenzó a construir un cartero, Ferdinand Cheval, en 1879 y que completó en 1912, 33 años después. Hecho íntegramente por él, más temprano que tarde su hazaña iba a acabar convertida en película y es así como llega ahora a salas españolas 'El palacio ideal', el tercer largometraje de Nils Tavernier, que protagonizan Jacques Gamblin y Laetitia Casta.
Tavernier busca conocer más al hombre que hay detrás de la figura del artista. Por ello, comienza la película antes del inicio de la construcción del palacio. No obstante, va dejando pequeñas pinceladas que invitan a ver cuáles fueron sus inspiraciones. El centrarse en el carácter de Cheval es una de las mejores cualidades de este drama histórico, pues la personalidad reservada del cartero sirve como referente para poner el ojo en esa mirada que existe en los artistas, en los que se llega a dudar hasta qué punto sus obras tienen una base creativa o, simplemente, son productos de un lunático.
A ello se enfrenta precisamente Cheval a lo largo de la cinta. Tavernier, quien firma también el guion de la cinta junto con Laurent Bertoni y Fanny Desmarès, pone el foco en cómo el amor por su hija saca del ensimismamiento al cartero, al igual que muestra cómo de una situación casual pueden darse ideas extraordinarias que gracias a la convicción son capaces de sacarse adelante. En esa mezcla de carácter contenido y entrañable, Jacques Gamblin se mueve como pez en el agua, tal y como ya demostró en 'Con todas nuestras fuerza' -el anterior filme de Tavernier- como en 'Los nombres del amor'.
Un esmerado homenaje para el creador de uno de los monumentos más singulares de Francia
A su lado, una maravillosa Laetitia Casta, como la enamorada pero sufrida esposa. La actriz sigue haciendo alarde de una belleza cada vez más natural, que se combina muy bien con cada uno de sus personajes que son, con cada nuevo proyecto, más complejos y ricos en trasfondo. En el caso de su Philomène, la exmodelo le otorga una humanidad y, sobre todo, una entereza que contrasta con la pasión artística de su esposo.
Quizás el filme de Tavernier no pueda abarcar todas las aristas que componía la mente de Cheval (algo prácticamente imposible de plasmar). Sin embargo, 'El palacio ideal' es un largometraje que sabe ofrecer una historia entrañable, que no busca el melodrama pero que tampoco rehúye abordar los momentos más trágicos que vivió el cartero hasta completar el monumento. Un ejercicio de divulgación y didáctico, que sirve para conocer un poco mejor al creador de una de las obras más singulares de la arquitectura francesa. Un esmerado homenaje para un artista que nunca se catalogó como tal y que vivió en los bordes de la exclusión social, al ser una mente diferente.
Nota: 7
Lo mejor: Tavernier consigue transmitir la pasión y vehemencia de Cheval, gracias a un estupendo Jacques Gamblin.
Lo peor: Se echa en falta mayor ambición artística por parte del director, le falta la garra de su icónico padre.