San Francisco de Asís dijo: "La verdadera enseñanza que trasmitimos es lo que vivimos; y somos buenos predicadores cuando ponemos en práctica lo que decimos". No es casualidad que el Papa haya elegido el nombre de este santo que defendía y protegía a los animales y al medio ambiente y que vivió de forma coherente a sus propias ideas. Ese deseo de ejercer de ejemplo de lo que se predica es la principal premisa del documental 'El Papa Francisco, un hombre de palabra', con el que el aclamado cineasta Wim Wenders se acerca a una figura que no deja indiferente a nadie.
El documental se centra en los cinco años del papado de Francisco, en sus viajes por el mundo, poniendo el foco en los pobres, los refugiados, las familias desfavorecidas, en su mensaje a favor del medio ambiente, de la sabiduría que los científicos dan a la Humanidad, de su lucha contra la corrupción... Un acercamiento a un líder que despierta sentimientos, tanto positivos como negativos, logrando que sea imposible que pase desapercibido.
Un acercamiento a una figura que no deja indiferente a nadie
Realmente llamaba mucho la curiosidad este documental, sobre todo porque Wim Wenders, cuyos últimos trabajos más aplaudidos han sido en su faceta de documentalista, es un cineasta alejado de cualquier sospecha de sesgo parcial a la hora de retratar al Sumo Pontífice. De ahí el que haya que quitarse prejuicios que se pueden tener antes de visionarlo. Porque 'El Papa Francisco, un hombre de palabra' no es un alegato propagandístico, sino un retrato de las buenas intenciones y el deseo de Francisco de cambiar una estructura vetusta y acomodada.
De esa forma, el documental logrará captar la atención tanto de aquellos que admiran su figura, como de los que la rechazan. Eso sí, ambos sentimientos serán diferentes, porque el filme, realmente, muestra que, en cinco años de pontificado, Francisco poco ha hecho y mucho ha hablado, dándole Wenders un voto de confianza a sus buenas intenciones y a querer vivir de forma semejante a San Francisco de Asís. Es precisamente, los momentos en los que Wenders recrea la vida del santo los que más atrapan, al ser una figura mucho más transgresora e interesante.
Un documental que llega antes de tiempo
Porque, en ese retrato de buenas intenciones, Wenders no logra crear un documental tan redondo como lo fueron 'La sal de la tierra' y, sobre todo, 'Pina'. Básicamente porque la obra del Papa Francisco aún está inacabada, faltan hechos, pero más porque no ha tenido tiempo que por dejación de sus deberes. El filme no tiene reparo a la hora de mostrar el compromiso del Sumo Pontífice en la lucha contra el cambio climático, su férreo rechazo a la corrupción, incluso dentro de la propia Iglesia, a la que critica abiertamente por su "excesiva ambición de poder". También aborda, de forma más ligera, temas de actualidad como el feminismo y los derechos de los homosexuales. Eso sí, Wenders tampoco se deja temas más espinosos, como los escándalos de pederastia dentro de la Iglesia.
El Papa habla directamente mirando a la cámara, sin tapujos, con sinceridad, tanto de su deseo de reforma como de temas mucho más polémicos. Wenders crea un documental correcto pero que podría haber sido mucho más redondo, complejo y completo dentro de 10 o 15 años, cuando ya se puedan ver esas buenas intenciones en retrospectiva. Quién sabe, quizás una segunda parte pueda ofrecer ese documental deslumbrante que se espera de un cineasta de la talla de Wim Wenders.
Nota: 7
Lo mejor: Las escenas de San Francisco de Asís y los deseos del Papa de cambiar la estructura eclesiástica.
Lo peor: Es un documental que llega antes de tiempo, al que le falta retrospectiva y una mirada más crítica.