Debutó el pasado mes de enero siendo la única representación española en el prestigioso Festival de Sundance y, recientemente, se ha presentado en el Festival de Sitges donde compite en la sección oficial de cine fantástico. El 11 de octubre se estrena 'Paradise Hills', la ópera prima de la realizadora bilbaína Alice Waddington. Le queda como anillo al dedo el hecho de estar en competición dicha categoría porque es como mejor definiría esta película: una fantasía, para bien y para mal.
Uma (Emma Roberts) despierta un día en una isla remota llamada Paradise donde se dará cuenta que, detrás de la fachada de centro de rehabilitación elitista con centenares de tratamientos, actividades y facilidades, hay una realidad mucho más turbia por la que ella y el resto de jóvenes están ahí. Roberts, personificando la rebeldía y el inconformismo de la juventud ante los falsos ideales que las generaciones más viejas tienen de ellos, irá descubriendo el gran entramado que se cuece en sus cimientos e intentará acabar con ellos desde dentro.
La premisa es interesante y la ejecución envidiable para alguien que está debutando y tiene el respaldo de personas ya establecidas dentro de la industria cinematográfica de nuestro país como son Nacho Vigalondo, que firma el guión de la cinta, o Josu Incháustegui, ganador del Goya a Mejor Fotografía por 'La sombra de la ley' de Dani de la Torre. Pero esta fábula feminista tan ambiciosa se queda a medio gas, precisamente, por aquellos dentro de la pantalla, no fuera.
El gran problema que se encuentra en 'Paradise Hills' es la poca credibilidad del elenco que lo forma. Emma Roberts, lejos de evolucionar en pantalla tras varias oportunidades, sigue siendo la "Megapetarda" con la que se presentó en público con la película homónima en 2008 y que le ha acompañado hasta el día de hoy. Su intento de mostrar el drama, la desesperación de su personaje se queda a medio camino. El tecnicismo que rodea la cinta hace que el espectador pueda llegar a conectar con la situación a la que se enfrenta su personaje pero ella, como actriz, no logra hacer su trabajo.
Y lo mismo pasa con el resto del elenco. El alivio cómico, del que se encarga Danielle Macdonald, puede que sea el personaje que más llama la atención porque todas las imposiciones de la sociedad en la que vivimos están reflejadas en ella y en el motivo por el que está ahí. Mientras que el resto de mujeres aterrizan en Paradise Hills por sus espíritus independientes e inconformistas al no querer ser más que un rostro bonito, sucumbir a contratos o a matrimonios forzados, Chloe ni siquiera puede aspirar a eso porque ademas de ser rebelde, tiene sobrepeso y así nadie va a quererla nunca.
El cuarteto protagonista lo completan Awkwafina y Eiza González Reyna, que aportan su granito de arena en su medida por la diversidad del casting y porque no deja de ser interesante la premisa a la que pertenecen. Pero en conjunto, y aunque parezca difícil de creer, a las cuatro les viene grande sus papeles y la falta de química y complicidad entre ellas hace que te creas más bien poco la amistad y la lucha que les une.
Milla Jovovich, quizás más fuera de su elemento debido a que todo el mundo la relacionamos al instante con la saga 'Resident Evil', lleva con gracia su papel de La Duquesa, la dueña de Paradise Hills, que puede pasar de complaciente a desquiciada en cuestión de un par de segundos. Hace que su personaje sea interesante y llamativo, pero en la medida justa.
Fábula feminista a medio gas
Su espíritu feminista, acusador e ilustrador a la misma vez, es quizás lo que más llama la atención en esta película. La cinta critica cómo la sociedad tiende a tratar a las mujeres como niñas a las que mandar, entretener y educar de la manera más represiva posible. El propio vestuario diseñado para las chicas, además de ser estilizado e impactante, recuerda también a las camisas de fuerzas de centros psiquiátricos capaces de reducir a la persona que lo lleva.
En conclusión, 'Paradise Hills' es una más que aceptable presentación en sociedad de una realizadora joven que puede que marque escuela si sigue fiel a su estilo y a su visión creativa a la hora de hacer cine. Con suerte, para la próxima, podrá contar con un elenco que sea capaz de abordar de manera creíble todo lo que quiera contar.
Nota: 6
Lo mejor: La estética que envuelve toda la cinta y el mensaje feminista.
Lo peor: El elenco encabezado por Emma Roberts, insulso y poco creíble.