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CRÍTICA

'Las paredes hablan': Explorando los orígenes del arte rupestre

Crítica de 'Las paredes hablan', documental dirigido y escrito por Carlos Saura. Galardón a la mejor dirección en los Premios Cygnus 2022. Mostrado en el 70 Festival de San Sebastián.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 3 de Febrero 2023 | 08:04
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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'Las paredes hablan': Explorando los orígenes del arte rupestre

Carlos Saura es historia viva del cine. El nonagenario cineasta sigue incombustible y mostrando la mente siempre curiosa. Tras su regreso a la ficción con 'El rey de todo el mundo', presentada en la 67 Seminci de Valladolid, el director aragonés retoma su mirada documental con 'Las paredes hablan', con la que explora los orígenes del arte a través de sus obras más ancestrales, como son las pinturas rupestres, las cuales muestran cómo el ser humano, desde su concepción, buscó las maneras de ir más allá de la lógica de la supervivencia.

Las paredes hablan

Saura muestra su curiosidad por las pulsiones del ser humano, de cómo desarrolló su habilidad para el arte, la cual, junto con la razón y la filosofía, hicieron del homo sapiens el ser racional que terminó erigiéndose como la especie dominante. De ahí, que el cineasta busque ahondar en las motivaciones que hicieron que el humano se manifestase a través de la pintura, plasmando imágenes de lo que veía a su alrededor, mostrando esa dualidad que existe entre mirada colectiva -lo que se retrata era lo que veía la tribu- y la individual -se considera que las pinturas son hechas solo por una persona.

También la cinta plantea la hipótesis (muy lógica) de que las ilustraciones de cuevas como las de Altamira o Atapuerca las hayan podido realizar mujeres, pues nada indica lo contrario. La cinta va más allá, divagando sobre los motivos por los que se realizaron, 40.000 años atrás, dichos motivos; así como también, en las mismas piedras y cuevas, otras personas realizaron más pinturas, que datan de entre 30.000 y 10.000 años atrás. Saura muestra su fascinación por la evocación artística innata del ser humano, comentándolo con expertos como el artista Miquel Barceló o Pedro Saura, pintor de la neocueva de Altamira, junto con Matilde Múzquiz, representando así a los dos sexos como posibles autores de las obras originales.

Las paredes hablan

Un recorrido fascinante

Junto con conversaciones de expertos en arte paleolítico y recorridos por el Puente Viesgo, Altamira, Atapuerca o las francesas cuevas de Chauvet; Saura busca enlazar esa mirada artística prehistórica con otra más urbana, el grafiti, al que convierte en una especie de respuesta contemporánea. Para ello, conversa con grafiteros, creadores urbanos, como Zeta, Suso33, Musa71 o Cuco. Ellos son los que le dan un nuevo significado al mero arte de exponer una rúbrica, algo que bien podría ser lo que los humanos plasmaban en las cuevas 40.000 años antes.

Las paredes hablan

Saura logra que el público entre de lleno en su reflexión, en sus divagaciones, a través de una mirada cinematográfica que busca provocar un sentimiento más profundo que el de la mera admiración, al recordar una de las máximas virtudes del homo sapiens y que lo convierte en esa palabra llamada 'persona'. Una mirada sobre el arte que el cineasta aragonés supo exponer con la belleza de la danza y la música con 'Fados', 'Flamenco, flamenco' o 'Jota, de Saura'.

Da gusto ver al nonagenario artista mostrarse en plena forma en la gran pantalla. Un realizador que vive cada momento de manera única y que comparte su sapiencia a la par que su infinito afán de querer saber más. Un hermoso ejercicio cinematográfico de un realizador excepcional que, como se indica al inicio del texto, es historia viva del cine.

Nota: 7

Lo mejor: Sentir esa curiosidad sobre el arte rupestre y su yuxtaposición con los grafitis.

Lo peor: Tiene una ejecución propia del documental de declaraciones, lo que le da cierto aire televisivo.

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