Tras dirigir las aventuras de Han Solo en su juventud, Ron Howard cambia de tercio y se va a la ópera a hacer un retrato de uno de los grandes tenores del siglo XX, por no decir el mejor: Luciano Pavarotti, una figura célebre cuyo reconocimiento trascendió del mundo operístico, para convertirse en un icono pop, acercando a un público ajeno a Donizetti, Verdi o Puccini arias tan reconocidas como el do de pecho de 'Ah! Mes amis!', 'La donna e mobile' o 'Nessun dorma'. Un acercamiento a su excelsa carrera y una breve mirada a su lado personal y más desconocido.
Este documental, mostrado fuera de concurso en la 64ª edición de la Seminci de Valladolid, ha sido aprobado y apoyado por Nicoletta Mantovani, viuda del tenor y presidenta de la Fundación Luciano Pavarotti, con la que busca preservar su legado, impulsar el talento de las nuevas generaciones y acerca la ópera a público de todo el mundo, dando igual su procedencia, siguiendo el espíritu del divo. Con lo cual, este filme contiene declaraciones apasionadas y acceso a documentación e información privilegiada.
En lo referente a su vida artística, el documental, cuyo guion corre a cargo de Mark Monroe, con Cassidy Hartmann como guionista a la que se le ha consultado, hace un apasionado y entregado homenaje a Pavarotti, mostrando sus inicios, su conquista de grandes escenarios como La Scala de Milán, la Ópera Nacional de París, el Met de Nueva York, el Royal Opera House de Londres, la Ópera Estatal de Viena o el Teatro Real de Madrid. Es fascinante cómo narra sus inicios, su infancia, la relación con su padre, panadero de profesión pero que fue tenor aficionado y el que impulsó a su hijo para que desarrollase una carrera en la música.
Un acercamiento a la carrera de uno de los más grandes de la ópera
El director aprovecha las imágenes de archivo para acerca al divo al público, otorgándole al propio Pavarotti la capacidad de ser él que hable de sí mismo, de sus emociones ante de su debut en escena, ante su triunfo en el Met o a sus pasiones culinarias, fiel amante de la cocina italiana. Esas escenas rebosan autenticidad, permitiendo al público ver facetas personales del tenor, una figura carismática, cálida, que rebosaba energía. Ello ayuda que en el filme aparecen declaraciones de amigos cercanos, compañeros de profesión, que rinde tributo a su figura, como también cantantes pop-rock, que evidencian la versatilidad del divo, que siempre buscó acercar la música a público de todo el mundo, fusionando artes que habían estado separados.
Por ello, el filme cuenta con la presencia de grandes de la ópera como Angela Gheorghiu, Plácido Domingo y José Carreras, estos dos últimos miembros del grupo Los Tres Tenores; como también reconocidos directores de orquesta, como Eugene Kohn o Zubin Mehta, además de imágenes de archivo donde puede escucharse a Pavarotti cantar con la que fue una de las sopranos más reconocidas del siglo pasado: Joan Sutherland, ofreciendo al público poder presenciar auténticos momentos históricos para la música académica.
Aunque, efectivamente, no solo hay estrellas de la ópera y es magnífico ver las actuaciones de los conciertos de Luciano Pavarotti & friends, en los que el tenor compartió escenario con reconocidas figuras como Sting, Mariah Carey, Bon Jovi, Stevie Wonder o Céline Dion. Es fascinante escuchar cómo 'persiguió' a Bono, líder de U2, para que la banda irlandesa cantase con él. También es magnífico ver su labor humanitaria, en la que influenció mucho la princesa Diana de Gales, de la que fue gran amigo.
Trabajo académico, muy propio de Howard
Howard hace un minucioso trabajo, en el que sale a relucir su vena más académica, para estar a la altura del gran Pavarotti, que hace que se venga a la cabeza que él fue el artífice de otro documental musical de éxito, 'The Beatles: Eight Days a Week - The Touring Years'. Notable producción que servirá para recordar su figura y legado, como también permite que el público profano a su fama puede conocerle.
No obstante, quizás se hubiera agradecido una mirada más compleja hacia su persona, puesto que la faceta personal del tenor es narrada por encima, con el fin de evitar polémicas, pese que se intuye que Pavarotti tuvo una cara menos amable en ciertos aspectos de su vida. En ese aspecto, se echa en falta la mano de un director que busque hacer un homenaje con sus claroscuros, como el que hizo Tom Volf de la Divina en 'Maria by Callas'; el que realizado Kevin Macdonald de Whitney Houston o los trabajos de Asif Kapadia con 'Amy' o 'Senna'. En ese sentido, sí se nota que Howard es un director de estudio, cuyo objetivo siempre es realzar.
Por otro lado, se intuye que, de haber querido realizar un retrato más profundo del tenor, quizás no hubiera sido posible acceder a tanta documentación, no hay que olvidar que el filme cuenta con la aprobación tanto de su viuda, como de su exmujer y sus hijas, que aparecen en el documental y que, efectivamente, hablan brevemente de ese otro rostro más incómodo para el público que, no obstante, es tocado de puntillas.
Pese a ello, 'Pavarotti' es un trabajo loable, con el que se disfruta, gracias a sus magníficas imágenes de archivo, en las que puede verse el talento y carisma de una de las voces míticas del siglo XX, digno heredero de Enrico Caruso en el bel canto, una estrella única, que ahora revive para deleite del público.
Nota: 7
Lo mejor: Las declaraciones del propio Pavarotti, las escenas de archivo en las que se puede escuchar y ver cantar, secuencias que erizan el vello y transportan a otro mundo.
Lo peor: Falta ver esa faceta más personal de forma más profunda.