La selección de fútbol de Samoa Americana pasó dudosamente a la historia en la Copa Mundial de 2001 al perder ante Australia con un épico resultado de 31-0, la peor derrota de la historia de esta competición. Más de una década después, el equipo recibió a un nuevo entrenador, el holandés-estadounidense Thomas Rongen, con el objetivo de redimirse en las clasificaciones para el mundial de 2014 y marcar aunque fuera un solo gol para reponerse de la humillación.
Esta historia, conocida por todo aficionado al fútbol que se precie, fue narrada en forma de documental en 2014 con 'Next Goal Wins', dirigida por por Mike Brett y Steve Jamison, y ahora se convierte en película de la mano de Taika Waititi. 'El peor equipo del mundo (Next Goal Wins)' se basa directamente en dicho documental y en ella, Waititi vuelve a sus raíces cómicas y culturales tras su paso por Marvel y su Oscar a Mejor Guion Adaptado por 'Jojo Rabbit'.
Pero en realidad, el proyecto es anterior a su última entrega de Thor, ya que el rodaje tuvo lugar a finales de 2019. La película se retrasó y en 2021 volvió al set para para regrabar escenas y sustituir a Armie Hammer, caído en desgracia tras las escabrosas acusaciones vertidas en su contra, por Will Arnett. Cuatro años después del inicio de su producción, la película por fin llega a las salas, y lo hace en un momento delicado para Waititi, que tras 'Thor: Love and Thunder' no da pie con bola y parece haber perdido el favor de una parte del público.
El fútbol es solo una excusa
'El peor equipo del mundo' es una comedia deportiva clásica en su aproximación a la competición como excusa para el crecimiento personal y el refuerzo de las relaciones. En otras palabras, como suele ocurrir con este tipo de cine, el deporte al final no es más que un pretexto. Lo importante son, en todo momento, los personajes, sus lazos y el mensaje de superación.
Al igual que en 'Ted Lasso', serie con la que es inevitable compararla por las similitudes entre sus historias (aunque hay que recalcar que la de Waititi es anterior y, por supuesto, se basa en hechos reales), lo recomendable es no acercarse a esta película esperando una lección sobre fútbol. De hecho, Waititi ha reconocido varias veces que no sabía nada del deporte antes de hacerla, y no aprendió nada después.
Pese a su origen en la realidad, 'El peor equipo del mundo' se estructura como tantas otras películas similares en las que un mentor debe educar a regañadientes a un grupo de perdedores mientras lidia con sus propios demonios personajes. Una premisa que no se limita únicamente al cine deportivo, pero que encuentra en este subgénero muchos de los lugares comunes que han resultado ser infalibles, como hemos visto en la propia 'Ted Lasso' o en la española 'Campeones'.
Aquí, Waititi recurre a todos esos tópicos para construir una película que funciona según lo que se espera de este tipo de historias, pero además se permite (porque le sería imposible no hacerlo) darle ese toque personal que hace que sepamos que estamos ante uno de sus trabajos. De hecho, 'El peor equipo del mundo' supone una vuelta al cine más pequeño y regional con el que Waititi empezó a despuntar como director antes de estallar en Hollywood, solo que en esta ocasión, sin tan buenos resultados como en 'Boy' o 'Hunt for the Wilderpeople'.
En su nueva película encontramos esa inconfundible combinación de humor tontorrón y emoción entrañable que define toda su filmografía. No faltan los momentos muy divertidos y ese infalible toque de ternura con el que compensa su excentricidad, pero falta chispa y cae a menudo en lo convencional, presentando una versión muy descafeinada de su talento para la comedia. Vamos, que no hay mucho de dónde rascar.
La cuestión trans
También es verdad que a la hora de incorporar algunos elementos más delicados en el guion, que escribe él mismo junto a Iain Morris, Waititi falla, desarrollando un enfoque más bien anticuado que chirría en el contexto de su filmografía. Por su tono y algún que otro chiste de gordos, 'El peor equipo del mundo' parece por momentos una comedia de otra época, algo que se ve sobre todo en el tratamiento de su personaje trans.
Y es que, más allá de Rongen, interpretado de forma correcta por Michael Fassbender, la verdadera protagonista de la película es Jaiyah, jugadora trans que se identifica como Fa'afafine (tercer género en la cultura samoana) y jugó con la selección de Samoa Americana. Kaimana, actriz también trans y Fa'afafine que debuta en el cine con este personaje, es la revelación del film. Ella está genial, pero su desarrollo está supeditado en gran parte del film al de Rongen, funcionando más como herramienta narrativa para mostrar el crecimiento del entrenador, incluso recurriendo al uso del dead name para forzar el conflicto.
Afortunadamente, a medida que avanza la película, nos damos cuenta de que Waititi no tiene más que buenas intenciones, y acaba elevando a Jaiyah, y por tanto a Kaimana, al lugar que le corresponde, dándole su propia entidad como protagonista. También hay que elogiar cómo retrata su disforia y cómo se muestra su relación con el resto del equipo, que nunca hace chistes a sus costa, ni se muestra incómodo ante ella, es más, que la celebra y ensalza por ser como es. En ese compañerismo natural y libre de prejuicios está el corazón de la película.
Más allá de esto, 'El peor equipo del mundo' no logra ser especialmente memorable. Aunque desempeña bien su función como crowd-pleaser ligero y sirve para pasar el rato, no tiene ese toque mágico de otras obras de Waititi. Es verdad que, pese a que los métodos sean discutibles y algunas escenas parezcan salidas de una película de los 90, el mensaje es el correcto, y su celebración de la diferencia y la especificidad cultural, así como el valor representativo y normalizador de centrar la historia tanto en su personaje trans, no se puede menospreciar. Pero no es suficiente para declarar la victoria.
