El célebre cineasta sueco Ingmar Bergman dijo: "Envejecer es como escalar una gran montaña: mientras se sube, las fuerzas disminuyen; pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena". Tras acercarse al cine de género con 'Thelma', en la que demostró tener mano para los protagónicos femeninos, el noruego Joachim Trier estrena la que puede ser su película más ambiciosa desde 'Oslo, 31 de agosto'. Laureada con la Palma de Plata a la mejor actriz en el 74 Festival de Cannes, nominada a dos Premios BAFTA y candidata a dos Premios Oscar, llega ahora a salas comerciales 'La peor persona del mundo', el cénit de una continua carrera en ascenso.
Uno de los aspectos más característicos de 'La peor persona del mundo' es que es un retrato generacional basado en lo cotidiano de la clase media noruega, uno de los países más desarrollados del mundo. De ahí, la ironía del título de la película. En una sociedad en la que la mayor parte de la gente sale adelante por vivir en un estado de bienestar, aquel que no logra conseguir sus propios objetivos (o, mejor dicho, los que se esperan de su generación) es visto como una de las 'peores personas del mundo'.
Es fascinante cómo Trier, quien firma el guion con Eskil Vogt, configura una comedia que ciertos tintes románticos al más puro estilo Woody Allen a cómo va tornándose en un drama más cercano a las reflexiones existenciales de Bergman. Para ello, es fundamental la fragmentación en 12 capítulos más un prólogo y un epílogo, que inciden en que lo que se narra es, ante todo, ficción, lo que conlleva a que la cinta pueda permitirse ciertas licencias artísticas que realzan el resultado final.
Lo curioso es que el retrato de la generación Y, llamada más popularmente millennial, lo realizan dos guionistas pertenecientes a la anterior generación, la X. Lejos de parecer un retrato impostado, ambos demuestran estar cercanos en cuestión de edad pero lo suficientemente lejos para ver a los veinteañeros y treintañeros con cierta perspectiva. Por otro lado, 'La peor persona del mundo' no es solo un retrato generacional, sino que explora más allá, pues plasma ciertas dudas existenciales con un toque coming-age movie que puede vivirse en cualquier momento de la vida.
Un fascinante retrato generacional con una protagonista femenina extraordinaria
Para rizar el rizo, Trier se atreve a tener una protagonista femenina, explorando sus dudas existenciales dentro de las convenciones sociales que están impuestas a su sexo. Sorprende gratamente como el cineasta ha sabido construir un personaje principal tan rico, tan profundo y tan complejo, expresando una crisis de edad en la que se recuerda que incluso en uno de los países más desarrollados e igualitarios del mundo, a las mujeres siempre se les exige más. Mención también a cómo se abordan temas como la maternidad o la ausencia de ella, las relaciones sentimentales, la crisis vocacional, la sensación de no encajar o quedarse a destiempo o la crisis identitaria. Todo enfocado de manera unipersonal, aunque eso no quita que todo se aborde con muchos matices.
Eso sí, nada de esto hubiera sido posible sin una protagonista a la altura del papel. Renate Reinsve es mucho más que un descubrimiento, su manera de transmitir la crisis existencial de Julie es tan natural y espontánea que es difícil no conectar con ella. La joven derrocha química no solo con sus partenaires masculinos, sino en general, desde los personajes secundarios hasta su entorno. Produce la sensación de ser un espectador voyeur. Merecidísima Palma de Plata en Cannes, se le echa muy en falta entre las nominadas al Oscar de este año.
La joven no está sola, mención merecen también sus compañeros masculinos, especialmente Anders Danielsen Lie, una de las musas de Trier, quien fue el que acuñó a esta propuesta como la culminación de una trilogía temática que el cineasta noruego comenzó con 'Reprise' y continuó con 'Oslo, 31 de agosto', al ser tres largometrajes que exploran la reflexión sobre la vida y la muerte a través de personajes que están entre los 20, los 30 y los 40 años. No se puede olvidar mencionar la deliciosa banda sonora que acompaña a Julie en cada uno de sus 12 capítulos, fragmentos de una vida que permiten explorar mejor el crecimiento personal de la joven.
'La peor persona del mundo' es el mejor largometraje de Trier hasta la fecha, su apuesta más redonda y también la más ambiciosa. Una apuesta refrescante que mira sin prejuicios a esa realidad que viven muchos treintañeros en la sociedad occidental actual, haciendo especialmente hincapié en esa mirada femenina que deja en evidencia el sexismo presente en la sociedad del país nórdico. Una propuesta que reivindica el derecho a vivir en la indecisión y no ser 'productivo' de forma constante para el sistema económico y cómo el hecho del 'laissez-faire' permite que cada uno encuentre su propio centro.
Nota: 9
Lo mejor: Su ejecución en 12 fragmentos permite conocer mejor la evolución de Julie. La magistral interpretación de Renate Reinsve.
Lo peor: En algunos momentos aparenta ser más liviana de lo que es, lo que puede confundir a cierto público.
