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CRÍTICA

'Pequeña flor': Mátale suavemente

Crítica de 'Pequeña flor', dirigida por Santiago Mitre, escrita por Mitre y Mariano Llinás. Comedia satírica protagonizada por Daniel Hendler, Melvil Poupaud, Vimala Pons y Sergi López.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 9 de Diciembre 2022 | 09:40
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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'Pequeña flor': Mátale suavemente

Aunque ahora Santiago Mitre está obteniendo el reconocimiento internacional por su espléndido drama histórico y judicial 'Argentina, 1985', uno de los favoritos para entrar en la terna de los Oscar al mejor film internacional; este mismo año, el cineasta argentino se atrevió a dar el salto al cine internacional, rodando en francés con 'Pequeña flor', presentada en el Festival de Buenos Aires, allá por abril, y que, por cosas de las distribuciones, llega ahora a salas comerciales, tras el laureado triunfo en taquilla del mentado largometraje protagonizado por Ricardo Darín.

Pequeña flor

Realmente, tocaría mirar más a fondo 'Pequeña flor' que 'Argentina, 1985'. No porque la experiencia gala de Mitre sea mejor o peor, sino porque la película que narra el Juicio a las Juntas va en la línea propia del cineasta, quien estuvo detrás de la fabulosa 'La cordillera' o 'Paulina', todas con un fuerte elemento político en su trama. 'Pequeña flor' adapta la novela homónima de Iosi Havilio y rompe el la línea dramática de Mitre, para probar en la comedia. Dado el carácter autoral del realizador, su apuesta por el cambio de registro va más allá de hacer una comedia, al dirigir una malévola sátira.

'Pequeña flor' se sitúa en una ciudad de provincias francesa, alejada de esa gran capital llamada París. El protagonista, un expatriado argentino llamado José, encarnado por el uruguayo Daniel Hendler, se ve obligado a mudarse a esa región, de carácter industrial, debido a que su trabajo como ilustrador de una empresa le ha hecho trasladarse allí. El varón no parece integrarse, pues no habla francés y toda su comunicación laboral debe hacerla su esposa, Lucie, interpretada por Vimala Pons, quien acaba de dar a la luz a la primogénita de la pareja.

Pequeña flor

El film muestra a un personaje taciturno, consumido por su propia tristeza, al ver que llegar a la mediana edad no era cómo había imaginado, especialmente por su carácter artístico, pues se deja entender que es un ilustrador de cómics frustrado. Esa sensación de ahonda cuando es despedido y es Lucie la que sale a buscar trabajo, mientras que él se queda haciendo labores del hogar. Mitre narra con una mirada particular la crisis del hombre de mediana edad, lo hace desde la óptica de un cuarentón contemporáneo, que ve con resignación su frustración y que, finalmente, abraza su lado de amo de casa, lo cual termina siendo ajena a su sensación de fracaso como artista.

El director de 'Argentina, 1985' aprueba en su salto a la comedia

La irrupción de un vecino excéntrico, interpretado por un fabuloso Melvil Poupaud, al que matará accidentalmente, será la ruptura de la lógica del relato, para introducirlo en una especie de 'Atrapado en el tiempo' del crimen, pues, aunque los días pasan, el vecino muerto revive cada semana, repitiéndose el patrón de muerte, asesinando al susodicho de manera diferente en cada encuentro. Es ese momento sádico y cruel lo que hace que, poco a poco, José comience a despertar.

Pequeña flor

Es ahí donde Mitre crea una especie de parábola de realizar una acción de riesgo para romper la rutina. Unos hacen puenting, otros surfean, otros matan a sus vecinos. Dado el carácter satírico de la cinta, logra que ese momento criminal, tras el desconcierto inicial, se pueda observar como una metáfora que, por otro lado, guarda ciertos tintes homoeróticos, especialmente por la ambigüedad que desprende Poupaud con su personaje.

Finalmente, el mensaje último es que, aunque romper la rutina y vivir una aventura, puede ser una experiencia de éxtasis; lo que fortalece a una pareja son las rutinas y el día a día, donde lo predecible es mucho mejor opción. Desde esa perspectiva, el salto a la comedia de Mitre recuerda a 'Ramona', la ópera prima de Andrea Bagney. Eso sí, como cambio de registro, el cineasta logra el aprobado, especialmente por una visión muy particular de lo que es el humor.

Nota: 7

Lo mejor: La interpretación de Melvil Poupaud resulta de lo más hipnótica. Da gusto verle alejado de los papeles dramáticos a los que suele acostumbrar al público.

Lo peor: Realmente, la dinámica de los asesinatos no queda del todo bien introducida. En la teoría se entiende, mas no en la práctica.