Tras la estupenda 'Un hombre fiel', había curiosidad por ver hacia dónde iba Louis Garrel como director con su siguiente proyecto. Tras una ejecución muy personal, en la que él era el centro de atención de un seductor triángulo amoroso, parece que el artista se atreve a salir de su zona de confort y quedarse con un discreto papel secundario en 'Un pequeño plan... como salvar el mundo', presentada dentro de la sección Proyecciones Especiales de la 74ª edición del Festival de Cannes, así como también en la categoría Perlas del 69 Festival de San Sebastián.
Si sus anteriores películas narraban complejos triángulos amorosos, que dejaban a entrever que Garrel parecía ser un claro sucesor de su padre, el afamado Philippe Garrel, en cuanto estilo, su tercer ejercicio como director lo aleja de su progenitor, pues opta por narrar una fábula medioambiental en la que cede protagonismo a la nueva generación, pues el personaje principal de la trama es Joseph Engel, su hijo en la ficción. No obstante, aunque sea una propuesta con un enfoque más juvenil, eso no impide que se vean ciertos rasgos de los anteriores filmes de Garrel.
Es más, su ejecución, así como su escueta duración (apenas 67 minutos), la hermanan con 'Un hombre fiel', de la que parece una especie de secuela espiritual, ya que los actores principales son los mismo -Garrel, Engel y Laetitia Casta-, interpretando papeles tremendamente similares, pues el director encarna a un periodista algo taciturno; Casta interpreta a una jefa de prensa de un prestigioso político y Engel es el hijo de ambos. Es más, los tres tienen los mismos nombres que tenían en 'Un hombre fiel'.
Louis Garrel saca su lado más paternal
Así pues, 'Un pequeño plan... como salvar el planeta' sería una especie de continuación enfocada en el vástago del matrimonio, que permite ver el compromiso medioambiental de la nueva generación. Aunque sea imposible no pensar que la producción haya sido inspirada por el movimiento liderado por Greta Thunberg -la cual aparece referenciada en un momento del filme-, lo cierto es que esta propuesta fue premonitoria, puesto que fue Jean-Claude Carrière, fallecido en febrero del año pasado, quien se la sugirió a Garrel antes de que surgiese la voz de la adolescente sueca.
El resultado es una producción simpática, llena de buenas intenciones que invita a pensar en cómo resulta de esencial la concordia para lograr un mundo más justo, lo que se traduce en un mayor cuidado del medio ambiente. Eso sí, Garrel huye de cualquier mirada moralista y aleccionadora, plasmando también las contradicciones de un movimiento y una juventud a la que le falta esa experiencia que da el crecer para poder manejar algo que, a pesar de todo, sigue siendo una losa para cualquier tipo de iniciativa: la burocracia. Por otro lado, parte de esos enredos amorosos que Garrel plasmó en sus anteriores trabajos ahora se trasladan a la nueva generación, mostrando otro tipo de relaciones, ofreciendo una imagen emancipadora de las compañeras adolescentes del joven protagonista que son inspiradoras.
'Un pequeño plan... como salvar el mundo' es un notable tercer trabajo como realizador de Garrel, que muestra una manera de dirigir y escribir más cercana al cine de Emmanuel Mouret, en el sentido de que se ve que va siendo capaz de narrar elementos cotidianos alejándose de su propia perspectiva y trasladándola a otros protagonistas. Una manera artística y magnífica de ceder el testigo. Garrel muestra una madurez interesante como cineasta, que invita a querer ver más sobre sus reflexiones sobre la sociedad burguesa actual.
Nota: 7
Lo mejor: La naturalidad que ofrece Joseph Engel, así como también sus contrapartes femeninas, encarnadas por Julia Boème e Ilinka Lony.
Lo peor: Su desenlace provoca la sensación de que Garrel no sabía cómo terminar esta fábula medioambiental.