Convertida en una de las grandes favoritas de la pasada 66ª edición de la Seminci de Valladolid, donde obtuvo el premio a la mejor dirección novel y tras haberse proyectado en la Berlinale de 2021, llega a salas comerciales 'El perdón', nuevo largometraje del tándem formado por Behtash Sanaeeha y Maryam Moqadam, quienes hacen una crítica directa al sistema penal iraní, todo un ejercicio de riesgo para uno de los países más autoritarios de Oriente Próximo, al ser un estado teocrático cuyas leyes son dictadas según la Sharía.
La manera en la que comienza 'El perdón' es frontal, pues el filme muestra el duelo de una viuda cuyo marido fue condenado a muerte injustamente, con el que Sanaeeha y Moqadam, quienes firman el guion de la cinta junto con Mehrdad Kouroshniya, dejan en evidencia un sistema jurídico carente de lógica y de sentido, provocando que sea el título del filme (tanto en español como en francés) el que pone en cuestión la propia esencia del estado actual en el que se encuentra el país persa. Es tremendamente reveladora la metáfora visual inicial que hace referencia a lo poético de su título en inglés, la balada de la vaca blanca, en la que se ve a la res atrapada en un destino del que parece que es imposible salir, además de hacer referencia a ello con el trabajo de la protagonista, en la industria lechera.
En su primera parte, desde que se descubre que han ajusticiado a un inocente y las consecuencias que eso desencadena, el filme es llevado con buen tempo. Su crítica es feroz, recordando al cine de Massoud Bakhshi, Jafar Panahi o Asghar Farhadi, con ciertos momentos en los que evoca a títulos recientes como 'La vida de los demás', 'Tres caras' o 'Un héroe', enfocado desde la desgarradora situación de su protagonista femenina, una sublime Moqadam, aunque quien deslumbra es su contraparte masculina, encarnada por Alireza Sanifar, al ser el juez que condenó a muerte al marido de la protagonista y que ahora carga con la culpa de haber llevado a la horca a un inocente, sumado con una reflexión sobre su vida, marcada enteramente por su carrera judicial, provocando un distanciamiento profundo con su propio vástago.
Una crítica directa a un país sin justicia real
De manera directa a la par que sutil, Sanaeeha y Moqadam abordan temas tabú en la sociedad iraní como la depresión o el suicidio y cómo estos son provocados por un gran sentimiento de culpa que termina corroyendo, pues este se usa para manipular y crear una relación ambivalente entre los individuos y la sociedad. Cierto es que los cineastas hacen especial hincapié en la situación de la mujer y de cómo esta es mal vista por cualquier movimiento, pues es cuando la viuda y el juez toman contacto el momento en el que se deja en evidencia que, en sociedades tan opresoras, son las mujeres las que se ven completamente expuestas al escarnio público, cuyas consecuencias pueden llevar, precisamente, a la propia muerte.
Tras una primera parte que cuenta con diálogos afilados y lanza una crítica feroz y certera a la realidad iraní, el largometraje llega a un punto en el que los realizadores dudan de los pasos que han ido siguiendo, provocando que la resolución de la trama desluzca completamente el resultado final, echando por tierra todo su mensaje aparentemente pacifista (al cual se hace referencia desde el propio título de la cinta), lo que provoca una contradicción tan importante como para sentir que los realizadores se echado para atrás en su narración, como si se hubieran apoderado de ellos el miedo a ser represaliados.
'El perdón' apuntaba a ser uno de los títulos imprescindibles del cine persa actual. Sin embargo, se queda corto en todo su planteamiento, dejando que incluso títulos menos punzantes en su crítica como 'Yalda, la noche del perdón', 'Nahid' o 'Hijos del sol'. Es más, termina siendo una demostración de cómo un buen trabajo puede tener un resultado irregular debido a contar un final que deja sentir cierto poso de decepción.
Nota: 6
Lo mejor: La interpretación de Alireza Sanifar, cuyas escenas son las más dramáticas. También destaca la propia Moghadam como actriz.
Lo peor: La demostración que un mal final echa por tierra todo un buen trabajo.