Si el reto de realizar una nueva versión de un clásico que está grabado a fuego en la memoria colectiva ya es considerable, cuando se suma el detalle de que esa historia en cuestión ya ha sido contada, adaptada y reescrita en incontables ocasiones, el desafío se torna casi imposible. ¿Qué puede aportar un remake de 'Peter Pan' cuando el relato de J.M. Barrie ya ha sido llevado a la pantalla (y los escenarios) tantas veces y de tantas formas distintas? Esta es la cuestión principal que 'Peter Pan & Wendy', la relectura en acción real del Clásico Disney de 1953, tenía que responder. Y, contra todo pronóstico, no solo se las arregla para justificar su existencia, sino que además consigue aportar algo nuevo, diferente y verdaderamente emocionante al canon de adaptaciones sobre el niño que no quería crecer.
A cargo del remake nos encontramos a David Lowery, cineasta de culto que, a lo largo de su todavía joven filmografía, ha demostrado tener una visión artística muy clara y una capacidad de adaptación bastante solvente que le permite mantener su voz a la vez que se ajusta a las necesidades del medio. Ya lo hizo con su anterior incursión en los live-actions de Disney, 'Peter y el dragón', una de las adaptaciones más bonitas que nos ha dado la Casa del Ratón desde que empezó a rehacer sus clásicos. Y vuelve a poner en práctica su buen hacer en la historia de otro Peter que, como para tantas personas en todo el mundo, tiene un significado muy personal para él.
Si a priori, Lowery parecía una buena opción para hacerse cargo de 'Peter Pan & Wendy', después de ver la película, se confirma que su voz y la del relato de Barrie no podían ser más afines. El aclamado director de 'El caballero verde' reescribe la historia apoyándose tanto en el material de origen como en el clásico de animación, encontrando ese difícil equilibrio entre la fidelidad y la modernización para contar la historia que creíamos conocer desde un punto de vista fresco y sorprendente. El revisionismo actual de Disney pasa por eliminar los elementos más problemáticos de sus películas originales para adaptarlas a nuestros tiempos, y hay que reconocer que, pese a ser un clásico querido, la 'Peter Pan' original ha envejecido mal en varios aspectos, especialmente en su representación de la cultura nativa americana y sus personajes femeninos. Y en este sentido, Lowery y Disney han hecho un buen trabajo actualizando el cuento sin traicionar su esencia.
Cambios orgánicos que enriquecen la historia
Aunque el esqueleto narrativo del remake es el mismo y a lo largo del metraje nos encontramos muchos momentos sacados directamente de la original, 'Peter Pan & Wendy' efectúa numerosos cambios que el guion -escrito por el mismo Lowery junto a su productor de confianza Toby Halbrooks- fusiona orgánicamente para añadir nuevas capas y aristas a unos personajes que todos conocemos perfectamente. El cambio más importante nos lo anuncia el título de la película, que recupera el original de Barrie y apunta a un mayor protagonismo de Wendy. La mayor de los Darling, interpretada con energía por Ever Anderson ('Viuda Negra'), sigue representando junto a Peter el grueso temático de la historia: el sempiterno enfrentamiento de todo niño a la inevitabilidad de crecer, a lo que en su caso se añade la presión que conlleva ser una niña y aceptar la vida que se espera de una mujer. Sin embargo, su carácter es muy distinto al de la animada, definiéndose más por la sed de aventura (en una clara declaración de intenciones, esta Wendy empuña la espada para jugar con sus hermanos desde el principio) y convirtiéndose en igual de Peter en cuanto a acción y peso en la historia. A veces incluso dejándolo en un segundo plano.
Pero no solo eso, su relación con el resto de personajes también difiere significativamente. Empezando por Peter, con quien sigue manteniendo una dinámica tensa, pero sin componente romántico, y continuado con los otros dos personajes femeninos principales: Campanilla y Tigrilla. Es aquí donde Disney aprovecha para corregir los aspectos de la original que no pasan el filtro actual, convirtiendo a Wendy y Campanilla en aliadas y a Tigrilla en una representación positiva y sin estereotipar de la cultura indígena. El hada, interpretada por Yara Shahidi, no solo se diferencia de la animada en el color de piel, también en sus motivaciones: aunque sigue protegiendo a Peter, ya no se mueve por los celos, ni intenta hacer daño a Wendy. Esto hace que se pierda ese componente incómodo e interesante que hacía la película animada más oscura al recrearse en la ira del hada y lo retorcido del cuento. Pero a cambio, se explora mejor a los personajes para construir una relación más rica, culminando en un final precioso que reconcilia con cualquier duda que pudiéramos tener ante esos cambios.
La otra relación principal que se modifica es la de Peter Pan con su archienemigo, el Capitán Garfio. Jude Law interpreta al pérfido y emblemático pirata de Nunca Jamás y, lejos de poner el piloto automático para cobrar su cheque y pasar a lo siguiente, se entrega al personaje para darnos un villano complejo, encarnado con pasión y gravedad emocional en una interpretación carismática e imponente. Pero es que Law tiene material de sobra para jugar y sacar brillo a su versión del personaje, gracias a un guion que decide darle a Garfio una historia de origen diferente, añadiendo dimensiones a su relación con Peter, con el objetivo de dejarnos un mensaje inesperadamente conmovedor. Y en relación a esto, hay que elogiar también a Alexander Molony, joven actor que personifica muy bien la insolencia y el egoísmo de Peter, un personaje eternamente fascinante que, en esta ocasión, es humanizado a través de momentos de intimidad con el resto de personajes, en consonancia con el esfuerzo de Lowery por darle mucho más empaque psicológico y sentimental a los personajes y la historia.
Y por último, el otro gran cambio a destacar de 'Peter Pan & Wendy' tiene lugar entre los niños perdidos, que ahora está formado también por niñas e incluye diversidad de etnias, además de tener entre ellos y ellas al primer actor con síndrome de Down que asume un papel secundario destacado en Disney. Estas actualizaciones se producen con la mayor naturalidad del mundo, deteniéndose lo justo en ellas (la cuestión se despacha con un diálogo estupendo en el que Wendy dice "¿Niños perdidos? Pero también hay niñas. Supongo que no importa"). Esto, sumado a Peter, interpretado por un actor de ascendencia india, y Campanilla, en la que no es su raza lo importante, sino la bellísima interpretación de Shahidi y su reformulación del personaje, hacen de 'Peter Pan & Wendy' una película en la que la representación y la diversidad brillan por su integración fluida en la propuesta.
Una película de David Lowery (casi) al 100%
Si bien es cierto que en 'Peter Pan & Wendy' se puede detectar esa tensión entre la visión del director y la necesidad de hacer una película Disney, con todo lo que ello conlleva, sorprende comprobar cómo el estudio ha otorgado mucha libertad a Lowery para dar rienda suelta a sus ideas. Esa confianza da como resultado una película que nada tiene que ver, por ejemplo, con la reciente 'Pinocho', teniendo esta una personalidad propia, además de una identidad estética y visual muy definida. Lejos de homogeneizar su estilo, se puede sentir inequívocamente la presencia de Lowery tras las cámaras, manifestada en un cuidado apartado artístico que por momentos nos remite al misticismo de 'El caballero verde'. Hay pasajes de gran inventiva y fuerza visual, como el primer vuelo a Nunca Jamás, el clímax en el barco o las peleas (atención a la elegancia de Alyssa Wapanatâhk luchando como Tigrilla), secuencias muy logradas que nos regalan estupendas coreografías de acción y planos cargados de épica. Por no hablar de la banda sonora, un trabajo a constante flor de piel que además integra hábilmente algunas de las canciones y las melodías de la original, y acompaña escenas que hacen difícil contener la lágrima.
También hay que destacar las escenas de vuelo, mucho más conseguidas que en otras producciones similares, y los efectos digitales, también por encima de la media (ojo al original rediseño del cocodrilo y sus escenas con Garfio). Si hay que reprocharle algo en este departamento es el hecho de que, como suele ocurrir últimamente con la mayoría de blockbusters, la fotografía, aunque muy bonita, es demasiado apagada. Aunque se podría argumentar que, en este caso, van en línea con el rediseño de Nunca Jamás, que pasa a ser un lugar más frío y natural, aprovechando los paisajes de Canadá, donde se filmó la película. Sin dejar de apoyarse fuertemente en el CGI, el film se beneficia de esa ambientación real, rebajando la sensación de croma y artificio digital que comparten casi todos los remakes de Disney (salvo por Campanilla, claro, que se rodó aparte). Por todo ello, es una pena que Disney decidiera estrenar esta película directamente en streaming, cuando es quizá el trabajo artístico reciente del estudio que más se luciría en una pantalla de cine.
Y lo mejor es que lo de Lowery no es un mero ejercicio estético. Aunque no es perfecta (hay algún que otro problema de ritmo y puede que sea demasiado complicada para los más pequeños), se nota en todo momento el respeto y el cariño que el director de 'A Ghost Story' siente por 'Peter Pan', su legado e influencia. Lowery entiende el texto, y por eso se permite reinterpretarlo con la seguridad de que, incluso cambiándolo, se mantendrá fiel a lo que ha significado a lo largo de los años: el proceso universal de crecer, aceptar el paso del tiempo y enfrentarse a las expectativas que se tienen de nosotros, un eterno conflicto del que Peter y Wendy (y Garfio) representan distintas formas de abordarlo. Lowery utiliza el relato coming of age por excelencia para ofrecer su propia versión del género, subrayando su aire melancólico y amargo sin sacrificar la magia y la alegría de la niñez, reordenando sus componentes con ingenio y diálogos inspirados, y añadiendo acertados toques de misterio.
Todo para darnos una versión más asentada y visceral -aunque siempre imaginativa- en su exploración de la magia, el sentido de la aventura y la infancia, que no busca lo fácil ni recurre a resoluciones simples y sorprende por ser una película mucho más arriesgada de lo que acostumbramos a ver últimamente en Disney. Una película de David Lowery, al fin y al cabo. Lo resume perfectamente Wendy cuando dice: "Nunca Jamás no es como yo me esperaba. Todo es mucho más real", a lo que Peter responde "Pues claro que sí. Es real, pero distinto. Mejor". Y eso es exactamente 'Peter Pan & Wendy', el mismo cuento de siempre, pero como no te esperas.