Que Eduardo Casanova tiene personalidad y estilo a estas alturas es innegable. Empezó como el niño amanerado de la sit-com 'Aída', y durante los nueve años que duró la serie, pasó de tener 14 años a forjarse una carrera como director de cortometrajes. Todos ellos muy influidos por la cultura trash y kitsch y con un estilo colorido muy marcado.
Su mayor éxito en las redes sociales llegó con 'Eat My Shit', un cortometraje en el que Ana Polvorosa interpreta a una chica con una deformación física muy especial: tiene el ano donde debería estar la boca, y la boca entre las nalgas. Con este llamativo concepto, Casanova logró explorar dos temas: la censura en las redes sociales de todo lo que se salga de la norma (la protagonista subía una selfie de su "caraculo" e Instagram retiraba la foto), y la crueldad de la sociedad con respecto a todos esos individuos que sufren alguna discriminación, sobre todo, en base a su físico.
Y de ahí nació 'Pieles', su primer largometraje. Aquí, Casanova recupera al personaje interpretado por Polvorosa, incluso introduce la escena vista en el corto, pero añade otras tramas y otros personajes. Todos ellos tienen en común alguna deformidad o disociación física. La mayoría no se conocen entre sí. Tenemos una chica sin ojos (ni cuencas para ellos) que es prostituida (Macarena Gómez), una mujer con media cara a lo 'El hombre elefante' (Candela Peña), un hombre con la cara quemada (Jon Kortajarena), un adolescente que siente que sus piernas no son suyas, que en realidad es una sirena, con una madre que no le entiende (Carmen Machi). También hay una enana, una mujer obesa lesbiana y un pedófilo.
No parece haber barreras para que Casanova exponga su tesis. Porque tiene que haber un fondo para que todos esos recursos no resulten gratuitos y conviertan 'Pieles' en una comedia ofensiva sin sentido. El problema es que la tesis no parece alejarse mucho de la que ya se vio en el citado corto, y peca de ser algo obvia. Por otra parte, no hay ninguna película parecida ahora mismo en el panorama nacional, ni nadie que se haya preocupado por hablar de este tema.
Por su estructura coral y de historias cuyo nexo es más conceptual que narrativo, 'Pieles' funciona más o menos dependiendo de la trama y el personaje. Sus mejores momentos están protagonizados por Candela Peña y el novio de su personaje, interpretado por Secun de la Rosa. No solo porque ellos sean dos de los mejores actores cómicos de todo el elenco (la escena en la que ella le deja a él es la más divertida del conjunto), sino porque su historia, en la que un chico "normal" fetichiza las deformidades de ella, es probablemente la más compleja e incómoda de todas.
Por lo demás, 'Pieles' es una especie de parada de los monstruos sentimental y de comedia de situación. Explora las diferentes relaciones, tanto sexuales como románticas o familiares, que pueden tener las personas cuya apariencia física es tan manifiestamente diferente.
Por otra parte, la historia de una mujer enana que está embarazada mientras la explotan en la televisión hace pensar que quizá Casanova podría contar una historia interesante sobre el show business nacional, aunque aquí se diluye junto a las demás líneas del relato.
Un estilo personal y una ejecución por pulir
Visualmente, Casanova ha creado un producto memorable y original con algo muy sencillo: una paleta cromática de rosas y lilas que monopolizan los escenarios. Curiosamente, estos amables colores hacen que el visionado de personajes y situaciones intencionadamente feos se vuelva más llevadero. No por ello es 'Pieles' más mainstream: tanto sus temas incómodos como su tratamiento estilizado causarán un intenso rechazo por parte del público general cuando llegue a las salas comerciales el 9 de junio.
Lo que gana en puesta en escena, y en maquillaje y prótesis, lo pierde en sus recursos como realizador y director de actores. No hay fluidez ni naturalidad en la planificación ni en el montaje. No hablemos siquiera de elegancia, pues es probable que Casanova no buscara nada cercano a ella. A veces parece que el joven está haciendo un trabajo para la escuela de cine. En ese sentido, Eduardo Casanova ha demostrado que es un buen estilista y que puede generar conceptos interesantes, pero como director de cine aún tiene mucho que aprender. Tenemos tiempo y ganas para verlo, eso sí.
Nota: 5
Lo mejor: la creación de un universo, un concepto y un estilo únicos
Lo peor: Es menos graciosa y transgresora de lo que pretende