Hace 26 años Spielberg creó la vida (jurásica) y dejó con la boca abierta a Sam Neill y Laura Dern y a todo el que se acercara a una sala de cine. Nunca antes habíamos visto así unas criaturas que llevaban viviendo en nuestra imaginación tanto tiempo. Spielberg sabía que rodaba algo histórico y tenía el talento para insuflar esas imágenes de significado y sentimiento, con la ayuda de la inolvidable música de John Williams. En algunos momentos de 'POKÉMON Detective Pikachu', como fan de esta franquicia de anime y videojuegos desde mi infancia, quise tener una reminiscencia de 'Parque Jurásico', más cosa de mi imaginación que por lo que estaba viendo en la pantalla. ¡Qué maravillas podrían haber creado el director Rob Letterman y su equipo con algo más de ambición y talento! Ay, si se hubieran atrevido a crear algo más que una mezcla de divertimento familiar y anuncio de juguetes y secuelas. Si Hollywood siguiera siendo la industria que fue.
En algún momento del metraje (corto, poco más de hora y media, algo que se agradece en una propuesta tan ligera), tuve que centrarme en la película que estaba viendo y no en la que me habría gustado ver. Y lo cierto es que 'POKÉMON Detective Pikachu' es una propuesta en cierta medida arriesgada y valiente, y a todas luces consigue lo que se propone. No dábamos un duro hace un par de años cuando supimos que la primera película en acción real de la franquicia estaría basada en un videojuego muy secundario sobre un Pikachu parlante. En su momento muchos fans lo intuimos como una entrada en el universo de 'Pokémon' a medio gas, una idea que no se tomaba en serio una franquicia que ha marcado muchas infancias y sigue entreteniendo a personas de todas las edades en todo el mundo. Parecía una oportunidad perdida, Hollywood desaprovechando el potencial del mundo creado por Satoshi Tajiri, como ha hecho con otras adaptaciones de obras japonesas, desde 'Dragonball Evolution' hasta 'Ghost in the Shell: El alma de la máquina'.
Ahora sé que fue una buena decisión por parte de Legendary y Warner Bros, que producen la criatura con la ayuda de The Pokemon Company. Porque gracias a su "sencilla" premisa y el digerible resultado, 'POKÉMON Detective Pikachu' ejecuta su mayor logro, una verdadera hazaña: trasladar el universo de los "monstruos de bolsillo" a una película de acción real que funciona visualmente. No solo funciona: es muy atractiva. Hay que agradecer el resultado de la colaboración entre Letterman, el director de fotografía John Mathieson (nominado al Oscar por 'Gladiator' y 'El fantasma de la ópera') y el diseño de producción de Nigel Phelps, que apuestan por un toque noir y cercano al cyberpunk, siempre desde una perspectiva blanca y juguetona, junto con el impecable trabajo digital de Industrial Light & Magic. Desde la primera (y única) Pokéball que vemos hasta esa Ryme City, una metrópolis en la que conviven humanos y Pokémon en harmonía, pasando por el diseño de cada una de las criaturas: el mundo de 'POKÉMON Detective Pikachu' está tan bien armado que consigue atraparnos a pesar de que la historia en sí misma no lo haga. Supongo que es a lo que aspira el cine post-'Avatar': las tres dimensiones están ahora en mundos digitales en los que quedarse a vivir, no en las historias o los personajes.
Un resumen rápido a esa historia: Tim Goodman (Justice Smith, 'The Get Down', nominado al Razzie por su irritante personaje en 'Jurassic World: El reino caído') es un joven de veintipico años que empieza a investigar la desaparición de su padre, un detective del que lleva años distanciado. Contará con la ayuda del Pokémon compañero de su padre (en Ryme City los Pokémon no son capturados, sino que cada persona tiene una criatura que la acompaña en su día a día): un Pikachu gamberro y desmemoriado al que Tim puede entender perfectamente cuando habla. La desaparición de Harry Goodman está relacionada con el legendario Mewtwo, un Pokémon creado por la ciencia que al principio de la cinta escapa de un laboratorio secreto. También están la joven periodista Lucy Stevens (Kathryn Newton, 'Big Little Lies', '#Sexpact', 'Tres anuncios en las afueras') y el empresario de buen corazón Howard Clifford (Bill Nighy, nada más y nada menos), entre otros personajes que ayudarán a enrevesar el misterio lo suficiente para que nadie se aburra pero sin que se pierdan los pequeños de la familia, a quienes la película no pierde de vista en ningún momento.
El guion, escrito por tanta gente que vamos a dar por hecho que no está escrito por nadie en realidad, es lo menos interesante de la película. Su mezcla de aventura e investigación no busca otra cosa que no sea entretener, o más bien no estorbar mientras miramos el mundo creado por la cinta. Hay pequeños destellitos de conflictos (decir que las relaciones entre padres e hijos son el tema de la película sería exagerar) y pequeños valores básicos que trasladar al público infantil (no se puede hacer una película mainstream de 'Pokémon' sin revestirla con un mensaje ecologista). Incluso hay una escena dramática a mitad del segundo acto, a la que no le pude prestar demasiada atención porque estaba absolutamente hipnotizado por los primeros planos de Pikachu. En serio, ese diseño y ese realismo digital son un milagro.
Pero es que claro, el guion es una excusa para lo que la película pretende: llenar la pantalla de Pokémon. Y lo cierto es que 'Detective Pikachu' es el sueño húmedo de cualquier fan de la saga, lo que todos soñamos cuando jugábamos a los juegos de Game Boy y veíamos la serie de animación, incluso cuando nos tuvimos que conformar con aquellos 'Pokémon Stadium' y 'Pokémon Snap' en Nintendo 64. Estamos aquí por el espectáculo de ver en el mundo "real" a Pikachu luchando contra Charizard, a Psyduck (el gran robaescenas de la película) sufriendo sus dolores de cabeza o a Mewtwo, esa figura divina que todo lo puede (y cuya trama tiene un guiño a 'Pokémon: La película', que convierte a 'Detective Pikachu' en una especie de secuela). Y la película se esfuerza por llenar los planos de distintas especies, aunque se nota que se han limitado a unas decenas de ellas, sin duda para asegurarse de que el diseño quedara intachable. E intachables quedan todos: el Pikachu peludo, el pomposo Jigglypuff, el tosco Charizard, los graciosos Aipom, los adorabilísimos Bulbasaur (una de las escenas más deliciosas para los fans de la saga) y el resto de Pokémon que salen de fondo (quien quiera podrá jugar a enumerar y buscar las diversas especies en cada escena, y probablemente eso valga más la pena que atender al relato).
Si algo se le puede agradecer al guion es que se plantee como una historia cerrada. Termina sin dar lugar a una secuela directa u obvia, y sí, sin escena postcréditos. Si no supiéramos cómo funciona Hollywood no tendríamos por qué esperar una continuación. Sin embargo, la clave para una posible saga está en la propia construcción del universo de 'Pokémon' en acción real, en esa hazaña que destacábamos al principio: el equipo de 'POKÉMON Detective Pikachu' ha hecho un trabajo tan bueno con Ryme City, esa atractiva ciudad global que podría ser de cualquier país y de ninguno, en el que conviven personas de todas las razas y todas las especies de Pokémon, que no me importaría volver a ella para que me contaran cualquier otra historia. La próxima vez, con suerte, un poquito más interesante.
La fiesta de Ryan Reynolds
Como buena película familiar, aquí funciona mucho mejor la aventura y el humor que el misterio y la acción, dirigida de forma caótica y funcional por Letterman (como ya anunciaba su filmografía, compuesta por cintas como 'Monstruos contra alienígenas', 'El espantatiburones' y 'Pesadillas'). Una pena que los mejores gags se hayan visto en los tráilers, pero no dejan de funcionar en la propia cinta, como la divertidísima escena de Mr. Mime.
En fin, dejo para el final el mayor acierto de la película, el propio Pikachu. Con un diseño que consigue estar a la altura de su origen animado (quizá, incluso, superarlo en adorabilidad), ese muñequito es en sí mismo una razón para pagar la entrada de cine. Y lo más difícil todavía: es el mejor personaje de la película, gracias sin duda alguna al trabajo de Ryan Reynolds. Entre la autoconsciencia, la canallada y la inocencia, la personalidad de Pikachu podría resumirse como un Deadpool para toda la familia. 'POKÉMON Detective Pikachu' no funcionaría sin él, y cuesta pensar que el proyecto existiera sin la presencia del actor canadiense, que vuelve a levantar una película simplemente con su característico estilo propio.
Aunque recomiendo encarecidamente verla en versión original para poder disfrutar de su trabajo, es un acierto que José Posada, su voz tradicional en castellano, le haya doblado en esta película (no me habría sorprendido que un cómico del palo de Santiago Segura fuera el elegido, tal y como están las cosas).
Nota: 7
Lo mejor: El universo de 'Pokémon' que traslada de forma atractiva e impecable a la acción real
Lo peor: El guion, no solo familiar, también bastante simplón