En 2017, la saga cinematográfica de 'Pokémon' decidió desmarcarse de la línea temporal de la serie de animación, lo que provocó que el vigésimo largometraje de la franquicia fuese una especie de reboot que reimaginaba todas las aventuras de Ash y su fiel compañero Pikachu con 'Pokémon: ¡Te elijo a ti!', un regreso por todo lo alto a los orígenes, ofreciendo una de las mejores entregas de las películas basadas en el popular universo creado por Satoshi Tajiri. Lo que parecía un especial por el filme 20 ha ido tomando forma con las siguientes cintas, 'Pokémon: El poder de todos' y el remake en 3D 'Pokémon. Mewtwo contraataca: Evolución'.
Aunque 'El poder de todos' y 'Mewtwo contraataca: Evolución' eran propuestas muy notables, que demostraron que la saga estaba encaminándose por un lado completamente diferente, con tramas más maduras, animaciones muy cuidadas y trasfondo adulto complejo, quedaba la espina de una propuesta más arriesgada y que se alejase del factor nostalgia. Y es ahí donde comienza siendo una propuesta diferente la película número 23 de la franquicia, titulada en Japón 'Pokémon Coco' y cuyo título en español es 'Pokémon: Los secretos de la selva', en la que Ash y Pikachu se encuentran con un misterioso niño criado en la jungla por el Pokémon singular Zarude, perteneciente a la octava generación.
Dirigida por Tetsuo Yajima, uno de los artífices del cambio de rumbo tanto de la saga de películas como del anime para televisión -las últimas temporadas están entre las más aplaudidas de la franquicia-, el cual firma el guion con Atsuhiro Tomioka, 'Los secretos de la selva' es una fábula ecologista con ecos de títulos como 'Tarzán' o 'La princesa Mononoke' que la convierte en una de las mejores películas de 'Pokémon', demostrando que este nuevo rumbo que está viviendo la saga, que sigue creciendo con propuestas que evidencian que la marca, al menos a nivel audiovisual, está viviendo un renacimiento creativo.
Una de las mejores películas de la saga 'Pokémon'
Con una animación tremendamente cuidada, su mensaje a favor de un equilibrio en la convivencia de humanos y Pokémon, con el Bosque de Okoya como principal escenario, tiene la suficiente complejidad para narrar una historia épica en la que las posturas contrapuestas tienen diferentes capas de grises, pues ni todos los Pokémon son buenos ni todas las personas son malas. Por otro lado, toca un tema pocas veces tratado en la franquicia: los valores familiares y el amor paternal. Por primera vez, puede verse a Ash hablar sobre su padre. Además, la cinta explora lo que significa dicha responsabilidad y cómo el amor y la educación de un progenitor van más allá de los lazos sanguíneos, dejando secuencias desgarradoras y llenas de ternura.
A ello hay que sumarle que Ash cede el protagonista Koko, el joven salvaje criado por Zarude. Sin duda, se trata de uno de los personajes más ricos en matices que ha tenido la saga, con una dualidad entre humano y Pokémon excepcional. Él es el enlace entre los citados filmes de Disney y Studio Ghibli. Su carácter bondadoso y asilvestrado, junto con su noble corazón hacen de él un auténtico héroe. A ello hay que sumarle el carácter del Pokémon singular, el cual también ofrece una mirada alejada de anteriores películas y cuya complejidad -desde un punto de vista completamente distinto- puede equipararse a la de Mewtwo o Lucario.
'Pokémon: Los secretos de la selva' demuestra que las sagas más veteranas pueden ofrecer aún entregas magníficas, como sucedió en su momento con otros míticos animes con títulos como 'Shin Chan en Australia. Tras las esmeraldas verdes', 'Digimon Adventure: Last Evolution Kizuna' o 'Dragon Ball Super: Broly'. Una experiencia cinematográfica formidable.
Nota: 8
Lo mejor: Lo bien escrita que está la historia de Koko y lo que significa ser padre para Zarude.
Lo peor: Que no haya tenido un estreno en cines.