Ocho años han pasado desde que Russell Crowe saltase a la dirección con el correcto drama de época 'El maestro del agua', en la que el actor australiano de origen neozelandés demostró tener mano para relatos con cierto sentido de la épica, a la par que intimistas. En lugar de continuar esa tendencia como cineasta, el ganador del Oscar por 'Gladiator' ha dado un giro con su segunda película como realizador, 'Poker Face', un thriller con el que el artista se ha reunido con varios amigos y conocidos.
Se trata de una apuesta fuerte del propio Crowe, dado que, además de dirigir y protagonizar la cinta, la produce y ha firmado el guion, el cual está basado en otro escrito por Stephen M. Coates. A pesar de que el actor de 'El dilema' y 'Una mente maravillosa' parece tener una buena baza de barajas con su particular juego de póquer, en el que reúne a antiguos amigos de la infancia en su lujosa mansión tras haberse convertido en multimillonario, lo que termina produciendo es una increíble sensación de desconcierto.
Su puesta en escena es rápida, su ambientación elegante y lujosa, la presentación de los protagonistas se antoja algo apresurada. Sin embargo, a priori, el misterio interesa, llama la atención y bien podría ser un juego a lo 'Perfectos desconocidos', cambiando los móviles por el póquer y convertirlo en una partida digna de 'Casino Royale' o haberse convertido en una comedia negra digna de 'El menú', recientemente estrenada. Pero no, Crowe se monta un farol, haciendo creer que se guarda un as en la manga.
Russell Crowe se hace trampas en el solitario
Y, la verdad, es que ese as en la manga nunca llega. Incluso podría decirse que el propio Crowe cree que lo tiene, cuando lo que ha demostrado es ser un mal jugador. Y es que 'Poker Face' parece querer ser demasiadas cosas. Por un lado, busca ser una película de atracos, un thriller criminal; por otro, un reencuentro de viejos amigos con el toque dramático propio de la gente que se encuentra para encararse las cuentas pendientes; en medio, un melodrama sobre las últimas voluntades de un hombre que, dado que le queda poco, entra en una crisis existencial.
Son elementos a los que Crowe dota de una grandilocuencia impostada, algo que se muestra hasta en su interpretación. Es más, su nutrido reparto, en el que destaca Elsa Pataky como la crupier del juego, apenas brilla. Solamente mención para la actriz española, cuyo rol está más cercano al de árbitro, ofreciendo un enfoque distinto al de los amigos de toda la vida. Pero eso no es suficiente para levantar una cinta que pretende abarcar demasiado y que, finalmente, opta por tirar por lugares comunes, dejando una terrible sensación de tedio. Tampoco ayuda que el resto del reparto se muestre como si tuvieran puesto el piloto automático.
Cuesta creer que sea el mismo director de 'El maestro del agua'. Si bien, no era una película espléndida, era mucho más digna que esta propuesta. No puede ser que lo que apuntaba a ser un thriller elegante termine derivando en una presuntuosa cinta que decepciona en todo lo que se propone. Como se ha comentado antes, menudo farol resulta este juego.
Nota: 4
Lo mejor: Elsa Pataky, la actriz española vuelve a demostrar su poder de presencia.
Lo peor: La sensación que deja de que la trama no sabe adónde ir y entra completamente en barrena.