El cine policíaco con perspectiva social no es algo extraño en la cinematografía francesa, ejemplos como 'Polisse', de Maïwenn, o 'Los miserables', de Ladj Ly, son buena muestra de ello, siendo 'Ley 672', de Bertrand Tavernier, el mejor exponente contemporáneo. En plena crisis sobre la autoridad policial en Francia en 2019, Anne Fontaine decidió adaptar la novela 'Policía' de Hugo Boris. Un año después, y tras haberla presentado en la Berlinale de 2020, la cineasta estrenó 'Police', en la que ahonda en el lado humano de los agentes de la ley.
Fontaine es una de las cineastas más heterogéneas que hay en el cine galo actual, siendo 'Police' su primera incursión en el thriller policíaco. La realizadora, que coescribe el guion junto con Claire Barré, opta por narrar la crónica de una comisaría de policía de París dividida entre en las perspectivas de cada uno de los tres protagonistas, lo que permite ver sus personalidades, sus miedos, sus problemas personales y cómo estos acaban entrelazándose con los profesionales.
Esto ofrece conocer una faceta más humana de una de las profesiones más complicadas de las fuerzas de seguridad. A lo largo del día, deben enfrentarse a situaciones muy distintas, desde la protección de una mujer que es víctima de violencia machista al abandono de un menor, así como también toca la crisis de los refugiados y cómo la burocracia ahonda más una situación crítica. Todo mostrado desde el prisma de los agentes que evidencian que tras sus uniformes hay también diversidad de opiniones respecto a lo que es la propia ley y gestionarlo no es sencillo.
El lado humano de los agentes de la ley
Fontaine sabe plasmarlo con un tono tenso que aumenta en las situaciones más dramáticas sin caer en ningún tipo de sentimentalismo. Aunque la perspectiva del agente interpretado por Grégory Gadebois se ha visto anteriormente; es interesante conocer la mirada femenina de la agente que interpreta Virginie Efira, pocas veces vista en ficción. Por otro lado está Omar Sy, el cual sabe combinar su estupendo toque humorístico con un trasfondo dramático social, que recuerda al de Djebril Zonga en la citada cinta de Ly.
A pesar de que ese lado humano y la ejecución de los primeros casos son magníficos, Fontaine se enreda en lo referente a la crisis de refugiados, lo que provoca que lo que hubiera sido un thriller social con un trasfondo humanista, termine en un drama bienintencionado que acaba asemejándose demasiado al cine feel-good, lo que hace que su resultado final no sea tan redondo como prometía el filme inicialmente.
Nota: 6
Lo mejor: La interpretación de Virginie Efira y cómo Fontaine introduce la perspectiva femenina dentro de la policía.
Lo peor: Su parte final provoca que lo que era un acercamiento al cine policíaco social termine siendo algo más parecido a las películas de Olivier Nakache y Éric Toledano.