No ha de ser tarea fácil concentrar más de un año de trabajo siguiendo la actualidad política en apenas 120 minutos. La vertiginosidad en la creación de un partido desde cero hasta su llegada al Congreso, todo ello documentado en casi 500 horas de grabación y editado hasta dar con los momentos clave que den fe de lo grandilocuente e inédito del proceso. Ese, nada más y nada menos, era el ambicioso objetivo de Fernando León de Aranoa con 'Política, manual de instrucciones', el relato del proceso constituyente de Podemos. Un relato que el director ha conseguido llevar a cabo de manera fidedigna, con una narración equilibrada y la visión más fría y distanciada de los hechos, acudiendo al encuentro de los protagonistas como un espectador más, incluyendo éxitos, hitos y celebraciones pero también los momentos de crisis e incertidumbre. Y, sobre todo, sin tergiversar información fácilmente manipulable y evitando que el ruido de las disputas entre las diferentes formaciones, tanto ataques como réplicas, interfiriesen en el resultado final de su trabajo. Aranoa sigue a Podemos, y (casi) nada más.
La mano del director a la hora de abordar la narración es firme y concisa. No es nuevo para él, ya que su labor como documentalista viene refrendada tras dirigir en 2001 'Caminantes', en el que seguía la marcha zapatista para defender los derechos de los indígenas en el México rural. Por otra parte, en 2007 dirigió uno de los cinco capítulos de 'Invisibles', el titulado 'Buenas noches, Ouma', que versaba sobre la dramática situación de los niños de la guerra en Uganda. Su experiencia le sirve para afrontar con aplomo y firmeza un documental con todas sus bases perfectamente asentadas y ejecutadas. Ritmo, sustancia y la madurez necesaria para diseccionar con acierto entre lo importante y lo accesorio. De la misma manera, tampoco cae en el sensacionalismo ni el sentimentalismo, dando cabida únicamente a lo que reflejan los verdaderos protagonistas. Un relato veraz que cuenta además con todos los actores, tanto los que siguieron su camino hasta las comicios como los que terminaron abandonando el barco por diferentes razones.
Todo comienza, al menos en lo que abarca el documental, justo antes de la Asamblea fundacional de Podemos, que se celebró el 18 de octubre de 2014. Una cita clave en la futura estructura del partido y donde el documental centra consecuentemente buena parte del metraje. Ahí llegan las primeras discrepancias, proceso natural entre los más de 100.000 asistentes. Por un lado se presentaba el sector liderado por Pablo Iglesias, Íñigo Errejón, Juan Carlos Monedero y Carolina Bescansa, quienes apostaban por la elección de un secretario general que fuese la cabeza visible de la formación para tratar de derrotar al bipartidismo. En el bando contrario, Teresa Rodríguez, Pablo Echenique y Lola Sánchez, que apoyaban un organigrama más asambleario. Finalmente ganó la propuesta de Iglesias con un amplio margen, pero el documental nos ofrece un desmenuzado análisis de algunas de las primeras disputas dialécticas que durante aquella intensa jornada tuvieron cabida en Palacio de Vistalegre. "Queremos un pensamiento colectivo; no necesitamos un macho alfa", pregona un afiliado. "Soy un militante más, no quiero ser un macho alfa", responde Iglesias, que más tarde dejará para la historia la frase que quedó marcada de aquel fin de semana: "El cielo no se toma por consenso, el cielo se toma por asalto". Todo estaba en marcha.
La marcha del cambio que llenó la Puerta del Sol en enero de 2015, reuniones y más reuniones, la cuidada elaboración de los discursos, kilómetros y kilómetros visitando la geografía española, muchas muestras de agradecimiento de la gente por la calle, pero también los "palos" de los rivales y los escándalos internos. Todo ello recopilado y explicado por sus protagonistas en un documento que dejará un legado de lo que fue un proceso sin precedentes por su agilidad y crecimiento en el panorama político español. Y en medio, un innegable recuerdo al 15M, el movimiento ciudadano que "lo agitó todo", tal y como afirma Errejón. La "sacudida" necesaria para que algo como Podemos tomase cuerpo y forma.
Luces y sombras
Además de a los triunfos (especial hincapié en las victorias de las conocidas como "ciudades del cambio", destacando los casos de Madrid (Carmena) y Barcelona (Colau), el documental también hace referencia a los momentos de flaqueza que como toda formación Podemos ha vivido en su corta pero intensa historia. A 270 días de las elecciones generales llegó el cisma de las primarias. En ese momento Monedero no esconde su desilusión: "si perdemos el espíritu de desobediencia nos pareceremos a los que en un principio veníamos a combatir". Sobre la renuncia del número tres, por desgracia, apenas se dan unas pinceladas que son retratadas mediante las declaraciones de archivo de las partes implicadas. Nada nuevo; "mejor no remover el pasado", debieron pensar algunos. Pero con o sin él, el show debía continuar. Por eso los máximos dirigentes veían entonces con preocupación cómo la intención de voto descendía notablemente y todas las alarmas se disparaban. Y de ese temor e incertidumbre da fe Aranoa en su documental, mostrando las estrategias políticas que había de seguir la formación para recuperar un terreno perdido que parecía conquistado escasos meses antes.
También se documentan los encuentros con diferentes líderes políticos de todo el planeta (no así, por orden de guion, los acercamientos y disputas en territorio nacional). De esta forma vemos como los viajes a Latinoamérica (Ecuador, Bolivia o Chile) se tratan como elementos meramente testimoniales del desarrollo y crecimiento que fue adquiriendo Podemos lo largo de los meses, sin llegar a ahondar en las impresiones o consecuencias que tuvieron dichos intercambios de pareceres. De igual manera, resulta interesante pararse a pensar en cómo han cambiado ciertos lazos políticos. Al comienzo del documental se muestra el encuentro entre Pablo Iglesias y el entonces aspirante a primer ministro griego Alexis Tsipras en Madrid, meses antes de las elecciones helenas. Curiosamente, en los meses posteriores a la victoria de Syriza el ejemplo del país helénico parece desaparecer de los discursos. Para el recuerdo también las declaraciones de Iglesias que auguraban "poco margen de acuerdo" de cara a un posible pacto con Izquierda Unida. "Nuestra hoja de ruta no pasa en estos momentos por aliarnos con otros partidos". Vaya, cómo hemos cambiado. Es el resultado de que se hayan convocado segundas elecciones; un escenario que, como resulta evidente, no entraba en los planes de Aranoa ni de los protagonistas. Por eso mismo el cierre del documental lo firman las elecciones del pasado 20 de diciembre.
Los protagonistas
En cuanto a quien ocupa más o menos minutos en pantalla, Íñigo Errejón es, sin duda alguna, el estandarte del documental. Y es que el jefe de campaña se erige, en contra de lo que se pudiera pensar en un primer momento, como el auténtico protagonista. Su acertada dialéctica va desgranando poco a poco cada avance, propuesta o discusión del entramado interno y el discurso político de la formación. Él mismo es quien habla de la importancia del relato, apelando a la emotividad y dando el contra-toque sosegado a la par que entusiasta a la seriedad de Iglesias. En el caso de Bescansa su presencia es testimonial si lo comparamos con las apariciones de sus compañeros, mientras que Juan Carlos Monedero es, como ya hemos citado anteriormente, casi la única voz crítica a partir de la Asamblea fundacional.
También hay sitio para el ambiente y las escenas más distendidas (que no todo va a ser trabajar), y esos momentos dan cierto aire y frescura al metraje, sin llegar a distraernos de lo importante. A este respecto somos testigos de los "comités de verano" convertidos en barbacoas de confraternización con cerveza y vino de por medio, lo que da paso a una "magistral" interpretación del "Comandante Che Guevara" por parte de un desatado Pablo Iglesias guitarra en mano. Aunque los momentos realmente irrisorios son aquellos que quizá lo son sin pretenderlo. Ejemplo: Bescansa viendo los resultados del último CIS y asombrada por la caída del PSOE: "Sánchez se ha muerto", exclama espontánea. Escucharán más risas en la sala que en muchas comedias recientes, se lo aseguro.
Retomando el tono serio, y para ir concluyendo, creo que tras ver el documental pocos podrán argumentar falta de ecuanimidad en el relato de Fernando León de Aranoa, aceptando que todo es mejorable dependiendo de con qué ojos se mire. Quizá algunos esperasen ansiosos la oportunidad de criticar un pretencioso biopic sobre un diablo bolivariano llamado Pablo Iglesias; no es el caso. Quizá en el extremo opuesto alguien viese la oportunidad de sacar a la luz un emocionante y épico thriller con música de batalla que presentase al secretario general como el adalid patrio del cambio; tampoco lo pretende así su director. Haciendo poco o ningún hincapié en el programa electoral, entrega toda su atención al proceso de composición de un partido y, sobre todo, de un relato político convincente; el de cómo llegar a la gente en 428 días, lo que restaba desde la Asamblea Fundacional del partido hasta las elecciones general de diciembre de 2015. Esa era la idea, así se afrontó, y el resultado, sin duda, está a la altura.
En definitiva, bastantes son los medios que dan cuenta a diario de los tejemanejes políticos entre unos y otros, y que de la misma forma han informado sobre los avances y pasos en falso, las alabanzas y las críticas que ha recibido Podemos durante los últimos dos años. Por eso Aranoa no cae en el sensacionalismo, y es de agradecer. Tampoco en el sentimentalismo, y eso se agradece todavía más. La carga emocional la ponen únicamente los propios "actores" y esta es, con toda seguridad, la forma más apropiada de abordar un proyecto de estas características. El director se limita a llevar a cabo una labor antropológica que a buen seguro ganará valor con el paso del tiempo. Quizá sea un relato incompleto, dada la complejidad de la empresa, pero se trata de un documento necesario y honesto sobre un acontecimiento que, ideologías aparte, ya ha cambiado para siempre el panorama político español.
Nota: 8
Lo mejor: La distancia del director y que se centra en el proceso de formación del partido y la elaboración de su discurso, ajeno a disputas ajenas.
Lo peor: Pasa inevitablemente (o no) de puntillas por algunos momentos clave.