La fiebre de remakes en la industria cinematográfica estadounidense no son una novedad. Desde hace unos años son varios los títulos que han visto su versión renovada, algunas veces de manera satisfactoria y otras para olvidar. Las películas de miedo suelen ser el primer objetivo de este tipo de adaptaciones y como era de esperar, 'Poltergeist: fenómenos extraños' ha tenido la suya.
La película de culto de 1982 se popularizó durante aquellos años en los que los filmes de miedo tuvieron su mayor auge, son varias las producciones de serie B que consiguieron una gran taquilla, mientras que ahora podría ser que no. Esta adaptación viene de la mano de Gil Kenan y se ha convertido en uno de los estrenos más esperados del año, dado que se informó que sería una versión modernizada del clásico que ya conocemos, incorporando a los personajes en un mundo actual, donde los iPhones y la tecnología forman parte de sus vidas.
La polémica siempre ha rodeado al film de Kenan desde un principio, eran varios los detractores de realizar un remake o reboot de la película original de Tobe Hooper, considerada por muchos la película maldita. Por otra parte, había algunos curiosos que preferían ver una nueva adaptación, por si las mejoras técnicas y visuales pudieran dar un resultado mejor, como ocurriese con la adaptación de 'Posesión infernal (Evil Dead)'.
Pero tristemente, en esta ocasión, los detractores han acabado ganando la batalla. La premisa por la que circula el film durante todo su metraje acaba convirtiéndose en inverosímil y casi paródico, dado que los productores insistieron en darle un toque familiar al film, algo complicado dado al género que pertenece. Poco a poco se va convirtiendo en un "quiero y no puedo" constante, donde la tensión, el miedo acaba de resolverse sin causar ningún tipo de susto, ni siquiera el clímax que otorgan las sombras, la oscuridad, la música tétrica han podido salvar las escenas.
Las actuaciones de los actores son bastante aceptables, aunque hay que recalcar que quién se lleva la mayor parte del mérito es la pequeña Kennedi Clements, que aunque su talento se haya desperdiciado, por lo menos da el pego para convertirse en la niña que dice "Ya están aquí". Sam Rockwell y Rosemarie DeWitt no terminan de entender la química de sus personajes e incluso, podría verse un poco de machismo tal y como están dibujados, mostrando una madre dependiente del padre y aceptando lo que él diga, algo que en tiempos actuales queda un poco fuera de lugar. Por lo tanto, sus personajes se convierten en tópicos: la mujer ama de casa, el marido trabajador, el niño con miedo, la hija adolescente rebelde, algo que vemos tantas veces que si no hay una pizca de originalidad, aburre, además de ser tópicos demasiado anticuados.
El guion no se sostiene en una base firme, por lo que según va transcurriendo la película va perdiendo solidez. Esto se puede ver en algunos diálogos que dejan mucho que desear, sobre todo en las escenas finales, donde se supone que encontramos el clímax más importantes del film, llegando a causar carcajadas en muchas ocasiones. Mantienen los elementos fundamentales de la película original, pero los que son demasiado obvios, dejando de lado el relato y la profundización en él. Un producto que podría haber triunfado en los 80, o no, pero que actualmente queda muy fuera de lugar, en consonancia con la renovación que se está produciendo constantemente en la industria.
Confusiones y desilusiones
El mayor pecado que tiene el film es dejar la puerta abierta a que el espectador, durante el principio de la cinta, imagine la razón de los sucesos paranormales. Una explicación que se dará en una escena pero que no está en consonancia con lo ocurrido. Algunos de los elementos que se utilizan para algunas de las escenas de "terror" aparecen en un determinado momento, dejando una laguna narrativa demasiado grande, produciendo la confusión en el espectador. La explicación rápida de los sucesos provocaba la desilusión por entender forzadamente la trama. Las explicaciones se realizan por el diálogo, dado que por lo visual no llegarían a entenderse, creando la desesperación del espectador. Parece un puzzle que se ha querido resolver de manera rápida, pero de mala forma.
¿Un remake que podría haber dado más de sí? No sé sabe, lo que es cierto es que es un producto que no era necesario. Muchas veces los clásicos del cine merecen quedarse sin una versión modernizada y del siglo XXI. Aun así, esta versión de 'Poltergeist' pasará a la historia del cine sin pena ni gloria, volviendo a mitificar a la versión original, con sus leyendas urbanas incluidas.