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CRÍTICA

'Por los pelos': Viaje al paraíso del cuero cabelludo

Crítica de 'Por los pelos', comedia dirigida por Nacho G. Velilla, escrita por Velilla, David S. Olivas y Antonio Sánchez. Protagonizada por Antonio Pagudo, Carlos Librado y Tomy Aguilera.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 12 de Agosto 2022 | 10:00
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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'Por los pelos': Viaje al paraíso del cuero cabelludo

Tras regresar a México para dirigir la secuela de 'No manches, Frida', el zaragozano Nacho G. Velilla vuelve a su tierra natal para realizar 'Por los pelos', una comedia que vuelve a recordar que es este género el que mejor suele funcionar dentro de las producciones españolas. Tras el éxito de 'Padre no hay más que uno 3', de Santiago Segura, el director de 'Villaviciosa de al lado' busca replicar ese triunfo en taquilla, con una propuesta con la que muestra, con una mirada humorística, uno de los grandes miedos del hombre actual: quedarse calvo.

Por los pelos

'Por los pelos' surgió después de que Velilla, quien firma el guion de la cinta junto con David S. Olivas y Antonio Sánchez, leyese un artículo que revelaba que más de 500.000 personas viajaban a Turquía anualmente para hacerse un injerto capilar. Mucho se ha hablado de este tipo de turismo sanitario en el país otomano, famoso por los implantes de pelo y sus telenovelas. Por supuesto, era la premisa ideal para una comedia de corte coral con la que Velilla busca explorar los motivos que le llevan a cada varón a viajar a un país del cual desconocen el idioma para ver sus cueros cabelludos repoblados.

Más allá de tener en cuenta que 'Por los pelos' es la foto fija de una realidad que está viviendo un cambio, pues la propia España está convirtiéndose también en una potencia en los injertos capilares, Velilla pone frente al espejo los complejos del hombre contemporáneo y de cómo afecta la calvicie en la actualidad. Para ello, apuesta por tres protagonistas cuyos motivos para recuperar la melena son muy distintos. Y, aunque la química entre Antonio Pagudo y Carlos Librado sea estupenda, son los motivos de los protagonistas donde la cinta flaquea.

Por los pelos

Una comedia que daba para más

De los tres, solamente la trama de uno tiene una complejidad crítica que deja entrever una relación conyugal tóxica y en la que el guion hace un ejercicio de 'orgullo calvo'. En el caso de los otros dos, no se llega realmente a profundizar en ello, pues el dejar el peluquín para llevar pelo de verdad por presiones estéticas o sociales, no está del todo bien desarrollado. El problema, quizás, es que se opta por introducir elementos de la comedia de enredos, en pos de crear situaciones que inviten al humor o el gag. Ahí, la cinta flaquea, especialmente en su apartado final, en la que se crea una secuencia digna de una películas de atracos, cuyas consecuencias son excesivas para lo que demandaba el filme.

Por los pelos

La premisa ofrecía la oportunidad de hacer una propuesta de comedia comercial con un toque ácido e inteligente, al más puro estilo de Carlos Therón en 'Lo dejo cuando quiera' u 'Operación Camarón'. Es más, el filme cuenta con actuaciones de primer nivel, pues Antonio Pagudo y Carlos Librado son genios de la comedia. Mención también para Eva Ugarte, la cual lleva un tiempo desaprovechada, pues junto con esta propuesta se unen las fallidas 'Mamá no enRedes' y 'El juego de las llaves', en las que se vio que su potencial no estaba bien aprovechado.

A pesar de contar con un reparto estupendo e ideal para el género, 'Por los pelos' no va más allá de ser una comedia de entretenimiento con un tema que no sabe explotar del todo. Se queda lejos de 'Fuera de carta' y 'Que se mueran los feos', en las que Velilla sí mostró su habilidad para la comedia comercial de calidad, en la que es posible reírse de los estereotipos y reivindicar una belleza y estética distinta. Una propuesta hecha para pasar el rato pero que a la que se le exigía un poco más de contenido.

Nota: 4

Lo mejor: La química entre Antonio Pagudo y Carlos Librado.

Lo peor: Varios gags no funcionan, tampoco el introducir elementos de la comedia de enredos y su parte final es demasiado salvaje.

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