En su travesía por las producciones internacionales y rodadas en inglés, el chileno Sebastián Lelio toma el desafío de realizar cine de época. El cineasta se adentra en la Irlanda de mediados del siglo XIX para dirigir 'El prodigio'. Adaptación de la novela homónima de Emma Donoghue, quien también participa en el guion, tras su paso por cines seleccionados y tras haber estado en la Sección Oficial del 70 Festival de San Sebastián y obtener 12 nominaciones a los Premios BIFA, está disponible en streaming, distribuida por Netflix.
Quizás consciente de que era su primera producción de época, Lelio comienza la película en un set de rodaje, con una narradora, Niamh Algar, que introduce al público en la historia, pasando del set a un fuerte contraste al pasar poco a poco a los decorados, como si de un cuento se tratase. La manera en la que introduce el realizador a los espectadores en la historia resulta curiosa, pues se siente como si expusiese las costuras de ese fascinante trampantojo que es el cine.
Pero eso le permite a Lelio tomar impulso en un relato en el que cuida cada elemento de época, especialmente su excelente fotografía, obra de Ari Wegner, nominada al Oscar por 'El poder del perro' y quien coincidió con Florence Pugh en 'Lady Macbeth'; como también su minucioso diseño de vestuario, confeccionado por Odile Dicks-Mireaux; o su diseño de producción y dirección artística, con Grant Montgomery, Til Frohlich y Margot Cullen a la cabeza. Mención también para su estupenda banda sonora, compuesto por Matthew Herbert, quien le otorga sentido épico a lo que se acaba convirtiendo en la lucha de una mujer porque impere la razón frente al fanatismo.
Es Florence Pugh el alma del film. Es más, su interpretación, como la enfermera Elizabeth Wright, recuerda que, como les sucede a Keira Knightley, a Lily James (antes del cambio radical de 'Pam & Tommy') o a Adriana Ugarte, tiene un magnetismo especial para los papeles de época, pues se trata de un papel más complejo y desafiante desde la mentada 'Lady Macbeth', aunque también destacase en 'Mujercitas'. En este caso, la intérprete tiene una habilidad fascinante para transmitir una frustración y amargura inicial que irá evolucionando en esperanza y ansias de vivir conforme pasa la trama.
Aquí juega un factor fundamental su encuentro con la niña santa, Anna, encarnada por Kíla Lord Cassidy. Ambas tienen una magnífica química, en la que se muestra el choque de dos formas de entender la vida y cómo los factores ajenos influyen en que haya discordia. Solamente los momentos de intimidad y confesiones otorgan la posibilidad de diálogo, algo que termina convirtiéndose en esencial cuando la vida de la pequeña comienza a correr peligro tras ser casi considerada un milagro por parte del pueblo, que espera que la niña fallezca para convertir su morada en un lugar de peregrinación al más puro estilo de Lourdes o Fátima.
Lelio expone el poder corrosivo del fanatismo religioso en este elegante drama de época
Lelio expone los peligros del fanatismo religioso y convierte a Pugh en la heroína de la cinta, al representar la ciencia y la razón frente al oscurantismo. El cineasta se cuida de ser delicado respecto a la religión, diferenciándola del fanatismo, representándola con la monja enfermera que rota con el personaje de Pugh a la hora de cuidar a la supuesta niña santa. Lo que también deja en evidencia de manera magistral Lelio, es cómo el extremismo religioso busca una voz externa que dé credibilidad a sus creencias; inclusive si dicha tercera persona muestra su error.
Por otro lado, Lelio, quien firma el guion de esta adaptación cinematográfica junto con la propia Emma Donoghue y Alice Birch, vuelve a mostrar su habilidad para configurar protagónicos femeninos con una fuerza interior excepcional, pues esta valiente enfermera, sola ante la adversidad, bien podría medirse con el torbellino que fue Paulina García en 'Gloria' o la entereza y dignidad que tuvo Daniela Vega en 'Una mujer fantástica'. De su travesía en el cine internacional, se trata del mejor trabajo del chileno desde 'Disobedience'.
'El prodigio' muestra que Lelio sabe defenderse en el cine de época. Un relato que alma de fábula gótica, con la que el cineasta deja en evidencia cómo las creencias pueden ser capaces de destruir aquello que buscan proteger. Una cinta que, además, mira al presente respecto a la lucha entre la razón y el sinsentido, así como la defensa de las propias mujeres ante unas ideas que buscan oprimirla. Notable ejercicio del realizador chileno.
Nota: 7
Lo mejor: Su cuidado aspecto técnico y la interpretación de Florence Pugh.
Lo peor: Aunque se reconduce en su parte final, se pierde algo en su intermedio.