Tras convertir en cine noir cómo el Estado espía a ciertos individuos para beneficios desconocidos en la notable 'Testigo', Thomas Kruithof sigue adentrándose en la política francesa con un largometraje más ambicioso, que busca mostrar las costuras de un sistema sumamente complejo en el que queda en evidencia cómo los políticos y la ciudadanía pueden llegar a hablar dos lenguas completamente diferentes. Un reflejo de eso es 'Promesas en París', que inauguró la sección Horizontes de la 78ª edición del Festival de Venecia.
Aunque el filme tiene alma de thriller, 'Promesas en París' es un drama político que ahonda en esa mirada cercana, con el votante de a pie, en la línea de títulos recientes de la cinematografía gala como 'Los consejos de Alice' o 'Maravillas en Montfermeil', al narrar una historia sobre una alcaldesa de un suburbio cercano a París, en la Isla de Francia. A diferencia de largometrajes más apuntan a un puesto más alto, como puede ser 'Crónicas diplomáticas', estos títulos permiten ver el descontento general de la población y cómo la política local se encuentra entre dos aguas, pues la cercanía con el ciudadano le permite conocer mejor la realidad y necesidades de su localidad, pero, además, tiene que lidiar con la burocracia y los procesos propios del sistema.
Como sucedió recientemente con la espléndida 'Gagarine', 'Promesas en París' se centra en un banlieue a las afueras de París, reflejando el descontento sobre el discurso político, donde se ve todo como una mera pose, al ser poblaciones muy deprimidas económicamente. Kruithof muestra cómo dentro de ese propio cosmos, se crea un complejo sistema en el que hay tanto buenas intenciones, como ambiciones especulativas o usureros que explotan a personas que viven en riesgo de exclusión social.
Un espléndido drama político con alma de thriller
Y entre ese mar de tiburones, nada una espléndida Isabelle Huppert, alcaldesa de la localidad, a la cual tientan con un ministerio desde el gobierno central, aunque a cambio debería renunciar a sus propias promesas. El hecho de romper ese compromiso con el votante, algo demasiado habitual en política, muestra cómo el abuso de esa confianza depositada, poco a poco ha ido provocando esta ola de indignación y escepticismo sobre el sistema, el cual está demasiado ensimismado en una telaraña de favores y estómagos agradecidos, lo que Kruithof deja en evidencia cuando 'los de arriba' irrumpen cual elefante en una chatarrería.
Con un segundo de a bordo espléndido, encarnado por el siempre eficiente Reda Kateb, como ambicioso intrigante y a la par fiel escudero, 'Promesas en París' es un juego político con el que Kruithof muestra su ambición cinematográfica, al ser un trabajo más redondo que su ópera prima y título antecesor. Un largometraje que refleja el complicado equilibrio entre voluntad política, ambiciones individuales y los riesgos del ego en el poder. Una especie de versión localista de 'El mundo de ayer', que revelaba la calidad política del jefe del Estado galo y que ahora pasa a ser el jefe de un Ayuntamiento, que vuelve a demostrar cómo el cine francés continúa siendo ejemplo de análisis de su propio sistema político, siempre con mirada crítica y nada complaciente.
Nota: 8
Lo mejor: Ver a Isabelle Huppert y Reda Kateb en acción y cómo Kruithof retrata el complejo sistema político.
Lo peor: Tal es la complejidad de la política, que la cinta refleja poco el trasfondo personal de su alcaldesa protagonista.