La carrera de Ben Stiller como actor ha evolucionado de forma mucho más interesante que la de la mayoría de los cómicos de su generación o incluso de otras épocas. Quizás ha sabido aprovechar mejor que otros las oportunidades de mostrar facetas más serias cuando se lo han ofrecido. O puede que, simplemente, tras su rostro más disparatado, se encontraba un intérprete más completo de lo que pensábamos. El caso es que, desde 'Algo pasa con Mary' (1998), 'Los padres de ella' (2000) y 'Zoolander (Un descerebrado de moda)' (2001), le hemos visto madurar en pantalla y atreverse con registros dramáticos tan interesantes como los de 'La vida secreta de Walter Mitty'(2013) o 'Mientras seamos jóvenes' (2014), enriqueciendo a sus nuevas historias con todos los matices que la experiencia y el peso de la edad le han aportado.
En 'Qué fue de Brad', nos presenta a un padre de familia en plena crisis de los cuarenta (ya rozando los cincuenta). En la película, a pesar de tener una buena carrera profesional y una familia feliz, su personaje está obsesionado con las fortunas que poseen sus antiguos compañeros de la escuela. Durante un viaje a la Costa Este en el que acompaña a su hijo para ayudarle a elegir universidad, se verá obligado a enfrentarse a sus contradicciones, sus celos y su sentimiento de fracaso.
La cinta es una interesante dramedia introspectiva que plasma muchas de las neurosis que el capitalismo, el sueño americano y la sociedad del bienestar, con su competitividad y su obsesión por el éxito, han provocado en los hombres blancos de clase media actuales. Jugando entre la ironía realista y algunas conversaciones de calado más profundo, el filme propone una reflexión algo buenista sobre lo absurdo de estos sentimientos, apelando a quedarnos con aquello que de verdad importa en la vida.
Exceso de voz en off
Mike White, guionista y director de la película, abusa, en algunos momentos, de la voz en off que, aunque aporta siempre información trascendente, en algunos casos puede llegar a resultar algo literaria, tratándose de una serie de tramas medianamente ligeras. Probablemente, la relación entre Brad y su hijo (Austin Abrams) aporta los momentos más sugerentes, por la cantidad de aristas que aparecen a lo largo del viaje: amor, envidia, proyección emocional, miedo, orgullo, admiración, respeto, vergüenza...
Otro de los problemas, quizás, reside en los personajes secundarios. Aunque el guión gira muy entorno a los pensamientos e inseguridades del protagonista, en algunos casos, sus viejos amigos, los profesores y alumnos que encuentra o incluso su propia mujer tienen apariciones demasiado esporádicas. Estas fugaces participaciones generan una sensación de volatilidad en el argumento que debilita la cohesión de su relato.
Sin embargo, Stiller tiene suficiente carisma y credibilidad para hacerse querer con sus defectos y sus miserias, sin dejar de resultar un buen hombre y un buen padre. Su perfecto encaje en el personaje es importante para que, después, una vez lo hemos aceptado y le hemos dado un lugar en nuestro corazón, le compremos también la conclusión final, algo ingenua y suavemente aleccionadora. Algo que, en realidad, no tiene tanta importancia puesto que, todo lo mostrado hasta entonces, tenía su relevancia y, por lo tanto, ha conseguido captar nuestra atención durante su más de hora y media de duración.
Nota: 7
Lo mejor: la interpretación de Ben Stiller y el contenido de fondo.
Lo peor: su abuso de la voz en off y una intencionalidad, en algún momento, demasiado evidente.
Curiosidades de Ben Stiller
The Hustler of Money
Este actor siempre tuvo claro a lo que se quería dedicar, y trabajó duro desde joven. Una de sus "obras" antes de saltar a la fama fue una pequeña parodia de 'El color del dinero' llamada 'The Hustler of Money'. Gracias a ella, los responsables de 'Saturday Night Live' se fijaron en él, y le acabaron fichando para su equipo de guionistas.
Progenitores célebres
Está claro que los padres de Ben Stiller siempre han sido una inspiración para él y que, muy probablemente, fueron los que lo animaron a convertirse en el cómico que es hoy en día. Y es que sus padres son también comediantes, y siempre han llevado el oficio en la sangre. Ella es Anne Meara y, él, Jerry Stiller
Ganando por una buena causa
En 2001, Stiller tuvo a bien participar en la edición de famosos del clásico programa de televisión '¿Quién quiere ser millonario?'. El actor logró recaudar la nada desdeñable cifra de 32.000 dólares para Project ALS. Sin embargo, no pudo acertar la pregunta que le hubiese hecho llevarse 250.000 dólares, ni con la ayuda de su madre al teléfono.
Su actriz favorita
Es normal que la gran mayoría de actores tengan a otros intérpretes que idolatren y en los que se fijen a la hora de mejorar en su profesión. Ben Stiller siempre ha tenido claro que su actriz favorita es la célebre Diane Keaton. De hecho, en 1997, llegó a escribir un artículo para la revista Premiere alabando las habilidades de Keaton en su trabajo.
Trekkie
Todos tenemos grandes pasiones, y los intérpretes de fama mundial como Ben Stiller no iban a ser menos. Una de las cosas que siempre le han fascinado es el mundo de 'Star Trek', del que no ha tenido dudas a la hora de considerarse un gran fan. De hecho, el nombre de su productora, Red Hour Films, es un homenaje a un capítulo de la serie intergaláctica.
The Frat Pack
Si algo nos ha enseñado Hollywood a lo largo de toda su historia es que no es nada extraño contar con tu propio séquito en la meca del cine. Ben Stiller no iba a ser menos, y también lo tiene. De hecho, los llaman el Frat Pack, en honor al film 'Aquellas juergas universitarias'. Está compuesta de actores tan reconocidos como Will Ferrell, Jack Black, Vince Vaughn, Steve Carell, Owen Wilson y Luke Wilson.
El Rey de los Razzies
Si hacemos memoria, recordaremos que, a principios del nuevo milenio, podíamos ver a Ben Stiller a todas horas. En el año 2004, el actor logró estrenar 6 películas, pero sus interpretaciones no parecieron convencer, ya que obtuvo 5 nominaciones a los Razzie de aquel momento. El único film por el que no fue nominado ese año fue 'Los padres de él'.
Bipolar
Como todos sabemos, la vida nunca es un camino de rosas, y tampoco para la gente más adinerada y a la que mejor parece irle en la vida. Ben Stiller puede dar fe de ello, ya que siempre ha sufrido de bipolaridad. Su abuela también lo padeció, y siempre ha contado con el apoyo de su familia para superar los peores momentos que le ha hecho pasar este trastorno.
Buenos amigos
A priori, puede parecer que no peguen demasiado, pero, a pesar de los papeles tan diferentes que hacen, Ben Stiller y Tom Cruise son muy amigos en la vida real. Stiller nunca ha tenido reparos a la hora de declarar lo mucho que admira a su colega, y tampoco ha dudado cuando ha tenido que imitar a Cruise en pantalla.
Amante de la música
Está claro que la interpretación es su pasión principal, pero hay otro arte que siempre parece haber cautivado a Stiller: la música. Y es que el actor, que en su día tocó la batería en un grupo, nunca ha dicho que no cuando algún grupo famoso le ha pedido que hiciera un cameo en sus videoclips. Por poner un ejemplo, podemos verlo brevemente en el vídeo musical de la canción "Tribute", de Tenacious D.