'¡Qué guapa soy!' cuenta la historia de Renee Bennett, una joven totalmente condicionada por sus problemas de autoestima. Y es que Renee vive totalmente acomplejada por su físico, consciente de que no cumple, ni mucho menos, con los exigentes estándares de belleza que ella cree que se le exigen. Y desde luego no es por falta de esfuerzo. El personaje, al que interpreta la cómica Amy Schumer, lo pone todo de su parte para tratar de mejorar su vida en cualquier aspecto posible. Pero le falta confianza, y un poquito de buena suerte. Sin embargo, todo esto cambia de golpe cuando, tras una caída espantosa y cómica a partes iguales, Renee cumple su sueño de verse tan atractiva como las mujeres a las que tanto admira.
Así, la cinta se inspira claramente en otros grandes clásicos del cine romántico y cómico, como '¿En qué piensan las mujeres?' o 'Big'. En estas cintas, los protagonistas masculinos hacían realidad algunos de sus deseos más locos, aprendiendo importantes lecciones y cambiando sus vidas para siempre. Sin embargo, '¡Qué guapa soy!' añade un giro innovador para que, obteniendo un resultado muy parecido, el camino sea un poco menos previsible: ¿Qué pasaría si el sueño solo se cumple ante los ojos de la persona que lo ha deseado?
A partir de ahí, comienzan a sucederse las escenas más cómicas de la película, a las que Schumer saca el máximo provecho. Ella cree que es la mujer más bella del mundo, cuando nada ha cambiado en absoluto. En consecuencia, Renee pega un giro de 180º, y gana toda la confianza que antes le faltaba. Es entonces cuando queda claro a qué se debe la elección de actriz, puesto que la intérprete es, en el actual panorama de Hollywood, una de las pocas que podía sacar adelante un personaje como este, que se ve tan expuesto a lo largo de toda la historia.
A cargo de la dirección se encuentran Abby Kohn y Marc Silverstein, guionistas especializados en comedias románticas que, después de haber despuntado con su trabajo en '¿Qué les pasa a los hombres?' o 'Mejor... solteras', se lanzan a la dirección por primera vez. Y lo hacen con con un guión escrito por ellos mismos. Es ahí precisamente donde se notan las fortalezas de este dúo. Y es que la dirección no es mala ni buena, simplemente correcta, pero el guión es sólido y compacto. Nada sobra en la historia, que no se centra solo en la comedia, y emplea su tiempo sabiamente para aportar algunos momentos realistas que equilibran el humor. Por si fuera poco, Schumer se encarga de llevar a la gran pantalla estas escenas sin excesivos sentimentalismos, convirtiendo a su personaje en una figura con la que todos se pueden identificar.
Diferentes tipos de inseguridades
Otro de las mejores atributos de la película proviene de las tramas secundarias, que resultan tan importantes como la historia de la cinta. A medida que va avanzando la película, la historia va presentando progresivamente a diferentes personajes a los que Renee admira o con los que desea relacionarse. Pero lejos de mostrar a estas mujeres y hombres como personajes perfectos que encajan perfectamente con el resto de su mundo, la cinta hace el esfuerzo de mostrar sus defectos.
Y no son defectos relacionados solo con el físico, sino que son otras facetas en las que estas personas consideran que no están a la altura. Habría sido fácil coger a estos personajes femeninos interpretados por Michelle Williams o Emily Ratajkowski, que sí cumplen con los estándares físicos, y haberlos convertido en las malas de la cinta, pero ese no es el tipo de mensaje que se busca con '¡Qué guapa soy!'.
Al contrario: la cinta quiere dejar claro que todo el mundo tiene fallos, aspectos muy personales que no gusta enseñar, en vez de centrarse en dividir a la sociedad en malos y buenos. Es de esta manera que la cinta puede ofrecer una experiencia agradable para todos, porque trata de ampliar su público lo máximo posible y hablar sin tapujos de otros tipos de complejos, sin olvidarse de dónde pone el foco de atención.
Eso sí, la cinta también recoge muchos estereotipos del género romántico que ya se han visto hasta la saciedad. Aunque siguen siendo agradables y la cinta los incluye de un modo llevadero y orgánico, habría estado bien que se hubiera innovado un poco más. Por ello, se puede decir que '¡Qué guapa soy!' no dejará la misma huella que 'Y de repente tú', el éxito que puso a Amy Schumer de manera definitiva en el mapa. Pero su mensaje resulta tan positivo y natural que la película logra sostenerse casi por completo sobre la premisa de que, aceptando cada uno sus propios defectos, el mundo sería un lugar más alegre.
Nota: 7
Lo mejor: El guión, el mensaje de fondo y la vis cómica de una Amy Schumer que le saca todo el jugo posible a su personaje.
Lo peor: Una dirección convencional y carente de un visión más definida.
Las mejores comedias románticas de los 90
'La boda de mi mejor amigo'
Marcó un antes y un después en el mundo de las comedias románticas y en la carrera de Julia Roberts. Por un lado relanzó a la actriz, años después de haberse convertido en la novia de América gracias a 'Pretty Woman' y, por otro, demostró que no todas las películas románticas tienen que tener un final feliz. O mejor dicho: que el final feliz no es siempre chico y chica se quedan juntos. Por primera vez a una protagonista le daban calabazas, la vestían de morado cual si fuera una lavanda y todos aplaudíamos al ver que acababa bailando con su amigo gay. "Quizás no habrá matrimonio, quizás no habrá sexo... pero por Dios, seguro que habrá baile", se convirtió en toda una declaración de intenciones.
'Pretty Woman'
Una de las grandes películas románticas de todos los tiempos y la que lanzó a Julia Roberts al estrellato fue 'Pretty Woman'. Considerada un cuento de hadas actual -de por aquel entonces- era perfecta porque el chico rescata a la chica y al final se juntan y son felices. La escena de las ostras en la cena o el paseo que se da por Rodeo Drive permanecen en la memoria de todos los que la vimos. Años más tarde Julia Roberts y Richard Gere volverían a repetir, aunque no con tanto acierto, en 'Novia a la fuga'.
'Notting Hill'
Es sin duda una de las mejores comedias románticas de todos los tiempos, no sólo de la década de los 90. Y une a dos de los actores que más han trabajado en este género: Julia Roberts y Hugh Grant, quien ya apuntaba maneras como chico con cara de no romper un plato que se queda con la más guapa. Tuvo otro mérito: la normalización de personas discapacitadas en las películas, en otra historia de amor diferente con el personaje de Gina McKee.
'Cuatro bodas y un funeral'
Richard Curtis es el padre de la comedia romántica tal y como la conocemos hoy en día. Está detrás de los guiones de 'Love Actually', 'Notting Hill', 'El Diario de Bridget Jones'... pero casi todo empezó en 1994 con 'Cuatro bodas y un funeral'. Amigos treintañeros, relaciones de familia, la campiña inglesa, bodas muy pomposas... Lo tiene casi todo. Y a Hugh Grant también, claro está.
'Matrimonio de conveniencia'
Andie MacDowell hace doblete en nuestro recopilatorio de mejores comedias románticas de los 90 con una película que no está tan reconocida como las anteriores, pero que en su momento rompió moldes. En 'Matrimonio de conveniencia' se mostraban las vicisitudes de un emigrante para hacerse con la ansiada green card estadounidense. Pocos verían a MacDowell siendo pareja de Gérard Depardieu, pero como película romántica en que todo acaba bien no quedaba otra que se enamoraran y fueran felices comiendo perdices.
'French Kiss'
Hollywood era el principal valedor de las comedias románticas en los 90, pero queda claro que para ellos pocas cosas hay más románticas que el viejo continente, así que era habitual que recurrieran a él. En 'French Kiss' ofrecían una versión bucólica de Francia y cómo para una norteamericana como Meg Ryan resultaba difícil resistirse a los encantos de un francés con bigote que además era un estafador. Kevin Kline no es francés, pero la apariencia la daba.
'Cuando Harry encontró a Sally'
Fue una de las primeras comedias románticas de los 90 y una de las responsables de que Meg Ryan fuera considerada la reina de este género durante varios años. A día de hoy sigue fascinándonos y eso que su trama no puede ser más sencilla: chico y chica se conocen y no se soportan, la vida hace que se encuentren a lo largo de los años, uno se enamore del otro, la otra parte no está interesada, pero al final acaban juntos. Eso sí, la escena del orgasmo fingido en la cafetería fue algo que se salió de lo común y de las más memorables del cine de la década.
'Mucho más que amigos'
De una reina de las rom-com destronada a una que cogería el título años más tarde. Tras su paso por 'Friends' a Jennifer Aniston se le abrieron las puertas del cine, pero básicamente para hacer papeles parecidos al de Rachel. En 'Mucho más que amigos' recurrieron al estereotipo de chica se enamora de su mejor amigo gay. Y además tiene un añadido: está embarazada y él va a ayudarle con el niño. Lo tiene todo para encajar en el género, pero como otras muchas que la propia Aniston protagonizaría durante los siguientes años.
'Tienes un e-mail'
Comentamos que durante años Meg Ryan fue la estrella de las películas románticas (no sólo comedias, los dramas le iban muchísimo más) pero todo lo que sube baja y con el paso de los años tuvo que ir retirándose. Una de sus últimas rom-com fue 'Tienes un e-mail'. No es del gusto de todo el mundo, pero tiene algo especial y es que introdujo internet en el mundo de las relaciones de pareja y eso ha dado pie a numerosas películas en los años sucesivos.
'Algo para recordar'
La mejor muestra de lo que le gusta a Meg Ryan un buen drama romántico es precisamente esta película. Es imposible verla sin llorar, ya sea por la pena que nos da el viudo Tom Hanks o por verla a ella escondida en el escobero para poder escuchar el programa radiofónico de la noche. Un dramón de los que hay ver que con pañuelos de papel y tarrina de helado y luego soñar con quedar en el Empire State con la persona de la que te has enamorado y no conoces.
'Mientras dormías'
Y de dramón en dramón, porque menudo papel el del personaje de Sandra Bullock en 'Mientras dormías'. Está enamorada de un hombre al que no conoce y que un día queda en coma y, por cosas del destino (que sólo pasan en las películas románticas) toda su familia piensa en que eres su novia. El tema tenía más bien poca gracia, pero sí daban risa las situaciones en que ella se acababa metiendo. Como no podía ser de otra forma todo acaba bien, aunque las cosas no siempre salen como uno se piensa en un principio. Lección importante: si quieres a alguien díselo, no esperes a que lo atropelle un tren.
'Shakespeare in Love'
Las comedias románticas no suelen ser muy tenidas en cuenta por la crítica, por lo que el hecho de que 'Shakespeare in Love' se llevase en 1999 siete Oscar, incluido el de mejor actriz para Gwyneth Paltrow, tiene muchísimo mérito. Hay que decir que tampoco era una comedia al uso. El dramaturgo inglés tenía ciertos golpes, pero lo importante era la historia de amor de trasfondo. Nunca hemos vuelto a ver con los mismos ojos al autor de 'Romeo y Julieta'. Eso y el espectacular elenco que tenía detrás la película.
'10 razones para odiarte'
Y aunque las comedias románticas se suelen centrar en mujeres de 20 y 30 años no podíamos dejar de lado a una película de adolescentes, género que empezó a despuntar en esta década. '10 razones para odiarte' tiene a unas hermanas tan opuestas como poco se soportan, un padre controlador, un instituto con muchas hormonas alteradas y a un chico atormentado guapísimo,
Heath Ledger, todo lo que necesitamos para hacer una película romántica.
'Nunca me han besado'
De una serie de adolescentes a una en que la protagonista finge serlo. Drew Barrymore se curtió en las comedias románticas durante la década de las 90 y los primeros años del nuevo milenio. Una muestra de las primeras es 'Nunca me han besado'. A pesar de haber superado los años de instituto debía regresar a uno como periodista infiltrada para investigar un caso. La excusa perfecta para recuperar el tiempo perdido entre pupitres y taquillas y recrear una película para público adolescente.
'Algo pasa con Mary'
'Algo pasa con Mary' es una comedia y tiene tintes románticos, pero el hecho de ser de finales de los 90 hace que comparta poco más que eso con el resto de las películas de este ranking. Fue entonces cuando nuevas actrices, como Cameron Díaz, empezaban a copar los títulos más comerciales y las relaciones que se describían en la pantalla no eran tan idealizadas, ni pastelosas, como las de tiempo atrás. El flequillo levantado por el "fijador" ha pasado a la historia del cine y forma parte de esa comedia más gamberra que tanto triunfó por entonces.